Por Nicolás Lauber
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Jimena Sabaris está feliz, pero sabe que tiene una misión complicada entre manos: tratar de contestar todos los mensajes que le llegan. Dice que su celular no para de sonar desde que este lunes anunció que está en la dulce espera. “A la gente le encantan las embarazadas”, dice entre risas la conductora de Canal 4 que conduce el reality Bake Off Uruguay y es integrante de los equipos en Buen día y Zoom Internacional.
—¿De cuántas semanas estás?
—Casi 16 semanas, unos cuatro meses, pero todavía no se nota mucho. Hay una cosita que parece estar empezando a asomarse. Pasa que soy chatita de panza, y dicen que si entrenás cuesta más que salga, pero ya se está empezando a asomar.
—Junto a tu pareja Eduardo Sasson, anunciaron que se va a llamar Lorenzo. ¿Hay algún motivo para el nombre?
—Estábamos buscando y siempre sobrevolaban posibles nombres. Lorenzo estaba en la cima de mi lista, Edu tenía a Alfonso. Nos gustaban los dos y hubo como una competencia hasta último momento. Incluso a nuestras familias les contábamos las dos opciones y se formaron como dos bandos, pero terminó ganando Lorenzo porque nos gustaba mucho a los dos. También nos copa mucho el apodo, Lolo.
—¿Así que cuando empezaste a grabar Bake Off ya estabas embarazada?
—Sí, empecé a grabar Bake Off embarazada y fue una exigencia bastante grande. Soy de esas suertudas que no tuvo ni vómitos ni nauseas en los primeros meses, así que hay que agradecer. Sí tenía sueño y cansancio extremo, y cuando cortábamos de grabar me iba a dormir 10 minutos todo el tiempo, pero zafaba porque como eran muchas horas y estaba todo el mundo cansado, podía pasar desapercibida. En la producción del programa, el círculo más cercano había unos pocos que sabían y me tenían muy resguardada y mimada. Por ejemplo, cuando me venían los ataques de hambre me preparaban comida, así que no me puedo quejar. Igual, el rodaje, eran jornadas de 14 horas diarias y en tacos, fue exigido pero Lolito se lo bancó como un campeón.
—Así que para la final del programa te vamos a ver con panza.
—La final es vivo va a ser una sorpresa para la gente, porque no es ni siquiera de un capítulo a otro, de un bloque a otro que voy a aparecer con panza. Las chicas de vestuario me quieren matar, están comiéndose la cabeza para ver qué hacen, pero nos lo tomaremos con humor. Le va a dar un toque distinto, y seguramente haga algún chiste como que “yo también tengo una preparación en el horno” o alguna cosa de esas, porque el humor nunca se pierde.
—¿Qué les dijeron primero familiares y amigos, que aprovechen para dormir ahora o que se despidan de su vida social?
—(risas) Son comentarios que se reciben con amor porque vienen de un lugar divino. Por ahora es todo positivo aunque de una todo el mundo te dice qué tenés que hacer. Disfrutá ahora, registrá cada momento, andá a dormir, aprovechá para viajar. Y una está tranquila y relajada pero llega esta catarata de comentarios y te pone un poco en alerta. Se dará natural y va a pasar toda la vida que te van a querer dar consejos. Primero del embarazo, después cuando nazca, pero hay que tomárselo con buena onda y entender que vienen con amor.
—¿Pensás trabajar hasta último momento en Buen día, por ejemplo?
—Ya me brindaron un banquito porque estábamos parados y la espalda empieza a tirar, las piernas también, así que ya me están mimando en Buen día. No soy de esas fanáticas, tengo amigas que sí, que se quedaron hasta el último segundo trabajando. Creo que cuando llegás a un punto, en las últimas semanas que estás incómoda, sobre todo con nuestro trabajo que es tan expuesto, si me llego a sentir incómoda sé que tengo el respaldo de la producción y del canal como para poder irme tranquila y estar en casa para disfrutar de esos últimos momentos.
—¿Cuál es la ansiedad hoy?
—Ahora es esa ansiedad de saber cómo será su cara, ¿será morocho?, ¿será castaño?. Va a estar lindo. Después está “la droga” de los padres que es cada ecografía que le hacen. Estamos contando los días para la próxima y poder verlo de nuevo.
—Sos amiga de Anahí Lange, imagino que te habrá dado algún consejo ya que Ciro tiene un año y medio.
—Sí, además de ser de mis mejores amigas, es una genia. Ya adelanto que va a ser la madrina de Lorenzo. Ella es de las que trabajó hasta último momento y me dijo: “si podés tomarte unos días antes, hacelo. No te vuelvas loca. Descansá porque lo vas a necesitar”. Y lo voy a tomar al pie de la letra.
—¿Ya tenés fecha para que nazca Lorenzo?
—Sí, pero otro consejo que me dio Ani fue: “no digas la fecha exacta porque te va empezar a llamar todo el mundo”. Es que desaparecés medio día y ya empiezan a llamarte para ver si nació. Ani me dijo: “decí un aproximado”. Eso hice.
—A toda esta situación que genera ansiedad con lo que te está ocurriendo, ¿puede ser que se le sume una mudanza?
—Sí, estoy con la mudanza. Es tremendo. Me sigo mudando. Fue todo junto el querer anunciar el embarazo con la mudanza, pero se dio así. Veníamos buscando apartamento hace un montón, con Edu estamos juntos hace un año y medio, y nos pasaba que cada uno tenía su propio contrato de alquiler. Entonces vivíamos miti-miti, mitad en una casa y mitad en otra. Aviso por las dudas, es algo terrible y cansador. Cuando se nos vencieron los contratos quedamos liberados para poder irnos y justo se dio que encontramos un apartamento ahora y nos vinimos. Así que este es un fin de semana movido. Sigo limpiando y guardando cosas en cajas. Mis gatos también se están adaptando a este cambio. Por suerte yo me siento muy tranquila. Pensé que iba a tener más ansiedad pero no. Edu va a ser un padrazo, es tremendo compañero y estamos los dos disfrutando ahora de este tiempo. Después será un laburo en equipo. Él está feliz, radiante porque hace tiempo que los dos queríamos.
—Si bien es un bebé buscado, ¿siempre soñabas con tener hijos?
—Siempre supe que quería ser madre, desde muy chica. Soy muy “Susanita” desde siempre. Sé que va a sonar cursi, pero soñaba que mi felicidad plena iba a llegar el día que tenga mi familia, siempre lo supe. Entonces estoy feliz.