NOTA DE TAPA
La estrella del periodismo del Río de la Plata abre las puertas de su casa para una entrevista íntima, justo después de anunciar que el año que viene le pondrá punto final a su programa televisivo.
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Las paredes del living de Jorge Lanata casi no se ven. Están cubiertas por una interminable colección de cuadros en los que prima lo abstracto. El periodista explica que hace seis años se despertó después de un trasplante de riñón con ganas de ver belleza. Por eso se dispuso a estudiar historia del arte y comprar las obras que más lo sedujeron.
No es casual que a Lanata le haya aflorado un profundo interés por las formas en el mundo del arte. El periodista dejó huella con productos que creó desde cero y que se caracterizaron por innovar en la forma de presentar sus contenidos, que podían ir desde una dura denuncia contra el gobierno de turno hasta una entrevista bajo un clima intimista. “Creo que si a vos se te ocurren fondos se te ocurren formas. Las dos cosas van juntas: uno se pregunta qué quiere decir, entonces se le ocurre la forma de la que es mejor decirlo”, explica.
Si bien indica que nunca se le cruzó por la cabeza probarse como artista plástico, diseñó la mayoría de las escenografías de sus programas y las tapas de sus emprendimientos gráficos. Recuerda, por ejemplo, cuando mandó a imprimir una edición de su revista Veintitrés con un agujero que la atravesaba de forma íntegra. Buscaba representar que “el presupuesto era un ‘agujero negro’”, así que ese fue el título de la nota y la revista estaba agujereada literalmente. Con este espíritu cambió las formas en gráfica, radio y televisión con productos como Página 12, Hora 25 y Día D, respectivamente.
En un estante del mismo living reposan 22 premios Martín Fierro, además de otros reconocimientos nacionales e internacionales. Son una síntesis de una trayectoria que lo consolidó como una suerte de leyenda viva del periodismo argentino; una leyenda que despierta profundos amores y odios que se acentuaron cuando comenzó a trabajar para el Grupo Clarín y se volvió el principal crítico del kirchnerismo.
En la gala de estos premios a la radio y a la televisión del año 2013 subió al escenario y pronunció por primera vez una palabra que definiría la décadaentrante: usó el término “grieta” como metáfora de la división política que se profundizó en Argentina desde el gobierno de los Kirchner. “Hay una división irreconciliable en Argentina, y yo la llamo 'la grieta'. Es lo peor que nos pasa”, expresó en aquel entonces ante la mirada de toda la industria. Pero lejos de cultivar un perfil conciliador, Lanata no ha tenido reparos en apuntar contra Cristina Fernández y definirla desde su programa Periodismo para Todos como una “pobre vieja enferma” a la que “ojalá la historia la juzgue como la mierda que fue”.
La actual vicepresidente se ha vuelto un objeto de investigación central para el periodista, por lo que cada vez que ella protagoniza una noticia rimbombante, el público y los medios corren detrás de él especialmente para conocer su opinión. Fue lo que ocurrió en las últimas semanas cuando ella recibió un pedido de condena a 12 años de prisión por parte del fiscal Diego Luciani y cuando fue víctima de un intento de magnicidio en la puerta de su casa.
Con un cigarrillo en la mano como marca personal, y vestido con un traje combinado entre violeta y rosado del estilo de los que luce en su programa, Lanata habla a solas con El País sobre estos temas que hacen a la agitada agenda política del país vecino. También se pronuncia sobre Uruguay, un país al que “quiere como un primo” pese a que es un lugar al que no volvería a trabajar “ni en pedo”. Se refiere al intento de robo que sufrió en su casa de José Ignacio y revela que pidió colocar rejas "aunque no me gusta". Y confirma el inminente final de Periodismo para Todos para 2023. Lo que sigue es la reproducción de la entrevista completa con Jorge Lanata.
-Después del atentado a Cristina Fernández abriste Periodismo para Todos (El Trece) generando suspicacias al tildar al atacante como un “raro loco suelto”, ¿vos creés que fue armado por el propio gobierno?
-No. Yo creo que el atentado fue real, pero si después veo la reacción del gobierno pienso que fue falso. A ver, no creo que haya sido falso, pero todo lo posterior pone en duda la veracidad del atentado. El gobierno hizo un uso político desvergonzado de lo que pasó, profundizó la grieta como nunca antes.
-¿Corre peligro la vida de la vicepresidente?
-No creo. En todo caso nunca hay dos atentados seguidos. Hay un chiste malo sobre un hombre que llevaba siempre una bomba cuando subía a un avión, y cuando le preguntan por qué, responde que lo hacía porque nunca iba a haber dos bombas en el mismo avión. Yo creo que el intento de atentado fue shockeante y mostró la vulnerabilidad de un político importante en Argentina. Que este tipo haya llegado a medio metro de la vicepresidente es increíble. El gobierno relajó la seguridad. Siempre que uno investiga un atentado termina dándose cuenta de que hubo un relajo en la seguridad. La convocatoria de Cristina a que fuera la gente a saludarla y que ella se pusiera a firmar libros sin darle pelota a su propia custodia también relajó la seguridad. No digo que haya sido culpable, pero no fue prudente.
-¿Desde los medios no se viene fogoneando un clima de confrontación que puede derivar en este tipo de situaciones límite?
-El gobierno dijo que nosotros fogoneamos el atentado. Eso es una barbaridad y una irresponsabilidad. Télam (la Agencia Nacional de Noticias) publicó el dibujo de un arma con un micrófono en el caño. Es demasiado. ¿Cuál es la permeabilidad de un loco suelto? El loco está loco y hace lo que quiere. No es que está influido por los medios y piensa en ir a matar a Cristina porque lo dijo Radio Mitre. Es ridículo. Nunca ningún medio dijo algo así contra Cristina.
-Más allá de lo lineal que planteó el gobierno, ¿desde la prensa no se establece un discurso que profundiza esa grieta política que lamentás?
-Es que ahí nos meteríamos en una discusión estéril que es quién empezó. Yo sinceramente creo que el que empezó fue el kirchnerismo. Ellos tenían un filósofo de cabecera que se llamaba Ernesto Laclau y decía que era bueno tomar al periodismo como enemigo. Nosotros somos el enemigo ideal para los políticos porque no competimos con ellos. No tenemos el poder ni la plata. Los tipos tienen el Estado, tienen todo. Es una competencia ficticia y despareja. Esto empezó cuando Néstor (Kirchner) se peleó con Clarín. Él intentó comprar Clarín a través de una maniobra hostil en la bolsa de Londres. No le salió. Y él tenía esa actitud: te conocía y te quería comprar, y si no te podía comprar te quería hacer mierda. Era su actitud frente a la vida. Cuando esto sucedió empezó la grieta: todos los que leían Clarín, escuchaban Radio Mitre o miraban Canal 13 pasaron a ser el enemigo. El gobierno fue abonando eso, y en muchos casos con mentiras atroces.
-La empezó el kirchnerismo, ¿pero hoy los medios no tienen cierta responsabilidad en profundizar esa confrontación?
-Hay canales de la oposición hechos con guita política en los que se grita y no se informa. Eso es verdad, pero eso no es periodismo. Es un momento en el que gritar a favor o en contra de Cristina garpa. Yo soy consciente de eso y trato de hacer otra cosa. Yo en PPT (Periodismo Para Todos) no grito. Tengo que informar responsablemente. Hace años que estamos y la mitad de las causas judiciales fueron por investigaciones nuestras.
-¿Sentiste como un logro personal el pedido por parte de Fiscalía de 12 años de prisión para Cristina Fernández, teniendo en cuenta que fue sobre la causa Vialidad que vos venís investigando hace años en tu programa?
-Lo sentí reparador, pero no desde un punto de vista personal, sino que me parece reparador que por una vez en la puta vida los buenos sean buenos y los malos, malos. Acá hay una crisis de valores en la que da todo lo mismo, entonces algo así es importante. Desde lo personal, fue de algún modo un reconocimiento a nuestro laburo que la Justicia tome cosas que nosotros hicimos, como lo de Hotesur y todo el tema de Lázaro (Báez) y la Rosadita. Que alguien diga la verdad es importante, y es todavía más si lo hace la Justicia.
-Desde el kirchnerismo se argumenta que no hay pruebas suficientes para probar que ella era la jefa de una asociación ilícita.
-¿La Fiscalía no está alineada detrás del macrismo?
-Yo creo que no. La Justicia en Argentina es burocrática, venal, acomodaticia, siempre tiene que ver con el gobierno que está o el que está por venir. Hay causas contra Macri que todavía siguen, pero son lentas y capaz que trascienden un gobierno. Yo no sé si la Justicia no va a procesar a Macri en tres años. En la causa del Correo está complicado. Y es cierto lo que dice Cristina que Nicky Caputo y otros empresarios vinculados a Macri pudieron tener favores en asignación de obra pública, pero en todo caso hay que hacer las denuncias.
-¿Cristina va a ser candidata el año que viene?
-Sí. Lo vengo diciendo desde hace meses y cada vez está más claro. Ella estaba en la lona y ahora volvió a subirse al ring. El atentado la consolidó en ese lugar. También creo que Macri va a ser candidato. En lenguaje de Marvel, va a ser la batalla final.
-¿Y quién la va a ganar?
-¿No es frustrante que después de gobiernos que parecen haber fracasado las dos opciones para el futuro sean otra vez las principales figuras que representan a estos gobiernos?
-Capaz que es la manera de que esto se termine de una vez. Es frustrante, pero para mí como ciudadano ya es frustrante que Cristina sea vicepresidente. Ella tiene que estar presa. No es porque la odie o tenga algo en su contra, sino porque sé que cometió ilícitos.
-¿Cómo es hoy la relación de Cristina con el presidente Alberto Fernández?
-A veces se hablan y a veces no. En este tiempo no se están hablando. Ella quiere despegarse de este gobierno, lo cual es increíble porque ella hizo a este gobierno. Ella puso al presidente, ¿cómo se va a despegar? Ella está gobernando y ahora se le agregó Sergio (Massa, ministro de economía). Hoy Sergio tiene más poder que Alberto, no tengo dudas. Alberto está sobreviviendo, no tiene influencia. Cada tanto le dan un lugar para ir, inaugura una rotonda y hace alguna ridiculez.
-¿En qué se parece y en qué se diferencia la situación económica que atraviesa Argentina hoy y la que enfrentaba en el 2001 que terminó con la renuncia del presidente De la Rúa?
-Es distinto. Se parece en la cantidad de gente marginada, pero en 2001 la desocupación era mucho mayor. Ahora el problema no es tanto la desocupación, sino que el quilombo es que la gente con lo que gana no puede vivir. Además, en 2001 estaba el peronismo fogoneando para que todo se pudriera, promovían el saqueo de supermercados. Ahora no. Al contrario, el peronismo está preocupado de que todo se pudra. En ese sentido el ambiente político está más tranquilo.
-¿Has recibido muchos ofrecimientos para ser candidato a lo largo de tu vida?
-Hace muchos años vino a verme (Elisa) Carrió y me ofreció ser candidato a jefe de gobierno de la ciudad, en la primera elección que terminó ganando Macri. Me habían medido y les daba que yo le ganaba esa elección a Macri por bastante diferencia. Yo estaba haciendo un documental sobre Malvinas para History Channel, y cuando volví tuve una reunión con amigos para discutir si valía la pena o no. Yo pregunté de qué iba a vivir, porque yo gano y gasto más que el jefe de gobierno de la ciudad, y uno en la reunión dijo “hay empresarios que podrían poner”. Ya estábamos en un quilombo. Además, uno en el poder político está muy vulnerable. Se muere un bebé en un hospital municipal y uno automáticamente tiene la culpa aunque ni sepa que está el bebé ahí. Yo pensé que me había pasado la vida trabajando para llegar al lugar en el que estaba y no podía dejarlo para hacer política. Nosotros somos útiles en el lugar en el que estamos. Nos cargamos a varios ministros, cagamos varios negocios. Capaz que servimos más haciendo esto que poniéndonos a hacer política. Lo cerré y ya está.
"Periodismo para Todos" (2012-)
Diez años atrás, Lanata pateó el tablero al estrenar un periodístico disruptivo en Canal 13 al que llamó Periodismo para Todos (PPT), que continúa hasta hoy. Monólogos, humor, análisis político y profundas investigaciones convirtieron al ciclo en un fenómeno sin precedentes. Con este programa alcanzó el mayor éxito de su audiencia de su carrera al superar la barrera de los 30 puntos de rating durante su segunda temporada, con los primeros informes sobre "La Ruta del Dinero K" que denunciaban los vínculos entre la entonces presidente Cristina Fernández y el empresario Lázaro Báez. El conductor anunció que tiene previsto finalizar el ciclo el año próximo para priorizar la producción de una serie de documentales para Nat Geo. "Es mucho más interesante y enriquecedor que hablar sobre Alberto Fernández", explica con una sonrisa cómplice. Antes de PPT, Lanata ya había revolucionado el periodismo televisivo con ciclos como Día D, La Luna y Detrás de las Noticias.
-¿Cómo evaluás el funcionamiento del Mercosur y las relaciones diplomáticas entre Uruguay y Argentina después de algunos cruces entre los presidentes Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou?
-El Mercosur es un invento que nunca funcionó como tal. Ojalá funcionara. Para que funcione tendría que tener una moneda común y eso es un quilombo porque son economías muy distintas. Así como está puesto hoy, el Mercosur es un invento. No me parece mal que si Lacalle Pou quiere tener acuerdos extramercosur con quien carajo quiera lo pueda hacer. El Mercosur es una plataforma para bien, ¿cómo le vas a negar a otro país que trate de estar mejor? No tiene lógica. La relación entre Uruguay y Argentina es rara, en particular las relaciones del kirchnerismo y Uruguay fueron raras. Yo cubrí en su momento el tema de las pasteras. Eso fue un delirio, estuvimos a punto de ir a la guerra. Hay una realidad que es que somos primos. Cuando yo estoy en Uruguay me siento en casa. Me puse a estudiar arte uruguayo, y no se me ocurre ponerme a estudiar arte brasilero. Siento que estamos juntos. Sin embargo, esa realidad en términos diplomáticos no se da. Parecemos países lejanos y eso es una cagada.
-¿Tenés una opinión formada sobre Lacalle Pou?
-Lo veo bien. En un momento en Argentina hubo como una fascinación con él. Es un tipo civilizado. Le está yendo bastante bien. Desde el punto de vista económico Uruguay remontó bastante. De hecho, bajó el dólar, lo cual para nosotros es increíble. Gestionó bien la pandemia. Mucho más no puedo opinar. Lo que pasa es que a la gente en Argentina no le importa Uruguay desde el punto de vista informativo. Argentina es muy ombliguista. Los diarios nunca ponen en la tapa un tema internacional, a menos que estalle la Tercera Guerra.
-¿Cómo definís tu relación con Uruguay?
-Yo quiero a Uruguay. Parte de la familia de mi bisabuelo se fue a Montevideo a vivir, y él tuvo un hotel en la Plaza Matriz que se llamó Hotel Lanata. En el archivo histórico de la ciudad están las fotos. Fue un hotel importante de la época en el que paró (Carlos) Gardel. Uruguay es un lugar lejanamente familiar para mí.
-Tuviste dos experiencias laborales en la televisión uruguaya que no terminaron bien.
-Una fue en TV Libre, que era un papelón. Yo nunca había visto que un camarógrafo trabaje sentado y con el mate abajo del brazo. Me fui estando al aire. Dije “buena noches” y arranqué para el hotel en la mitad del programa. Fue una locura total. Y en Canal 12 fue increíble lo que pasó. En un corte decidí hacer la sección “Los intocables del Uruguay”. Lo anuncié al aire y al cuarto intocable nos dieron una patada en el orto. Me levantaron limpio: “¡Paf!”, y a otra cosa. Lo que supe con el tiempo fue que (Julio María) Sanguinetti se había metido y el problema era un programa que habíamos hecho sobre Milka Barbato.
-Se habló mucho de un informe que hiciste sobre Paco Casal en aquel programa.
-Ese fue otro quilombo. Nunca en mi vida me llamaron tanto y me hincharon tanto las pelotas como cuando hice el programa sobre Paco Casal. Ese día estaba parado Montevideo. Nadie podía creer que alguien hablara de Paco Casal. Me llamó (Enzo) Francescoli y me decía “pensalo, Paco es buen tipo”. Pero no fue por eso que me sacaron.
-¿Qué recordás de aquel desenlace?
-Cuando me sacaron el presidente era Tabaré Vázquez, y nadie dijo un carajo. El sindicato de periodistas de Uruguay tampoco dijo un carajo. Nunca más volví. Uruguay es más provinciano en eso. Puedo decir esto porque quiero a Uruguay, entonces siento que lo puedo putear como me pasa con un amigo. Afanan igual que en Argentina, pero menos porque hay menos plata. La Justicia es un poco más independiente y eso es buenísimo. El nivel medio de los políticos es un poco más culto. Pero después en muchas cosas es muy provinciano, es un poco hipócrita.
-¿Quedaste enojado?
-¿No volverías a hacer un programa para Uruguay?
-Ni en pedo, nunca más. Olvidate.
-¿Encontraron a los ladrones que se metieron en tu casa de José Ignacio hace unas semanas?
-Sé que agarraron a uno y después lo soltaron. No tengo idea por qué. Es todo lo que supe. Los tipos que se metieron eran medio lúmpenes. No sabían que era mi casa. Para un chorro es un quilombo meterse en mi casa porque saben que la cana los va a buscar. Rompieron un par de puertas y no se llevaron nada. Yo vi fotos, no pude ir. Me encantaría ir a Uruguay y mandar todo a la mierda, pero no puedo. Después sé que se armó un quilombo increíble. Había móviles en la puerta y drones. Era absurdo. Se ve que ese día no había noticias y había que llenar con algo.
-¿Tomaste alguna medida después del intento de robo?
-Hablé con un arquitecto que está haciendo unas reformas. Pedí que pongan rejas, aunque no me gusta tener rejas en José Ignacio. La idea en José Ignacio es todo lo contrario. Pero lo tuve que pedir.
"Lanata.UY" (2005)
Tras un fugaz paso por TV Libre, el periodista tuvo otro intento en la televisión uruguaya bajo el producto Lanata.UY en Teledoce durante el año 2005. El ciclo fue levantado del aire poco tiempo después del estreno en medio de una polémica por una serie de informes sobre los “intocables del Uruguay”. “Nos dieron una patada en el orto y nadie dijo nada”, recuerda.
-¿Cómo estás de salud después de tus últimas intervenciones?
-Bien. Hoy me hice una resonancia porque probablemente me tenga que operar la cadera, pero todavía no sé. Lo voy a saber la semana que viene. Estoy vivo de pedo pero acá estoy.
-¿Alguna vez te propusiste dejar el cigarrillo?
-Es lo único malo que hago, no me rompas las bolas.
-Contaste que una vez que decidiste dejar la cocaína no la volviste a probar, ¿nunca te propusiste lo mismo con el cigarrillo?
-A uno le tiene que caer la ficha. A lo mejor con el pucho me pasa eso, pero todavía no me pasó. Yo sé que hace mal y me encantaría dejar, pero no tengo ganas. En algún momento ojalá pueda hacerlo.
-Quienes te critican te achacan que en los 90 te mostrabas como nadando contracorriente denunciando al poder económico, político y mediático, y terminaste trabajando para grupos que solías cuestionar.
-Yo empecé a trabajar en Clarín porque Clarín me llamó. Me convocaron de la primera radio de Argentina, el primer diario de Argentina y uno de los dos primeros canales de Argentina. Todos los boludos que dicen esto que vos decís piensan que yo me tendría que haber quedado en mi casa. El hecho de que me haya llamado Clarín yo lo viví como un triunfo. Me llamaron a mí, que me recontracagué en ellos durante años. Después pasó otra cosa, que fue que los tipos me respetaron mucho. Me trataron mucho mejor de lo que yo pensaba, me dejaron laburar y no me rompieron las bolas. ¿Por qué no lo iba a hacer? No sé si me gustaría trabajar en un canal de televisión hecho mierda, prefiero trabajar en Canal 13 con más recursos. Me parece una discusión boluda.
-¿Vos no sentís que haya habido una transformación entre lo que representabas en los 90 y lo que denunciás y defendés hoy?
-A mí me joden con el tema político. Buscá en You Tube una nota que me hizo Mariano Grondona cuando yo tenía 26 años y dirigía Página 12. Él me preguntó qué era yo políticamente y yo le dije lo mismo que digo hoy. Soy un liberal de izquierda. Soy liberal porque creo en el individuo frente al Estado, y soy de izquierda porque miro alrededor. Hoy digo lo mismo. Que me dejen de joder y se fijen en su vida.
-¿Sos mejor hoy que en la época que abriste Página 12?
-Sí, es mejor lo que hago hoy. Dejame ser optimista, sino uno hubiera crecido al pedo. Yo creo que soy más inteligente. Leí más libros, escuché más música, visité más países. Todo eso para algo me sirvió. Debe ser terrible estar igual que hace treinta años. Yo gracias a Dios estoy distinto que hace treinta años y espero, si sigo viviendo, estar distinto dentro de diez años.
-En una de tus entrevistas más recordadas le dijiste a Charly García que se había empezado a copiar a sí mismo, ¿cómo hacés vos para no sentir que te estás copiando?
-Yo cuando siento que me empiezo a copiar a mí mismo dejo lo que estoy haciendo. Yo sentí eso cuando hacía Hora 25 en Rock & Pop. Después tuve suerte en mi carrera porque fue muy diversa. Todo el tiempo hice cosas distintas. Eso me evita repetirme. El año que viene PPT se termina. Llego a la elección y se terminó.
-¿Por qué tomaste esa decisión?
-Tengo más ganas de hacer documentales que programas políticos. La política me tiene las bolas por el piso. Estoy preparando una serie de documentales para Nat Geo. Se llaman Hache, lo que no se pronuncia. Hay un capítulo dedicado a género, otro a justicia por mano propia, otro a lo que uno es capaz de hacer por un like. Es mucho más interesante y enriquecedor que hablar de Alberto Fernández.
Los nuevos proyectos
Lanata tiene previsto realizar documentales para la señal Nat Geo que llevarán el título Hache: lo que no se pronuncia. Apostará a temas catalogados como tabú, tales como género, justicia por mano propia, qué sos capaz de hacer por un like, eutanasia. Por otra parte, en enero comenzará a grabarse una miniserie sobre su vida producida por Disney. El casting comienza en dos meses y comprenderá de cinco capítulos. Sobre lo que no hay novedades es de la serie Codicia, que el periodista anunció en 2015 y nunca vio la luz. El proyecto consiste en una ficción basada en su investigación sobre "La Ruta del Dinero K". "Lo tengo escrito y nadie lo quiere pagar", lamenta.