Redacción El País.
Jorgé Seré y Verónica Mantiñan se conocieron hace un año y medio por una aplicación de citas (la que empieza con T y no tienen empacho en decirlo) y el flechazo fue inmediato. Los dos son divorciados y con una edad (62 años contra 50) en la que no estaban para las complicaciones de la convivencia y mucho menos el matrimonio. Así que a priori se plantearon el vínculo en términos de noviazgo.

Sin embargo, congeniaron tan bien que al mes y medio convivían y el fin de semana pasado resolvieron confirmar ante la ley y ante los amigos y familiares su unión. “Cuando preguntan por qué me casé, mi respuesta es simple: “Porque la amo”, asegura el comentarista de El Espectador y Diario del fútbol (Canal 4), y exgolero de Nacional de campeón del mundo 1988.

Verónica Mantiñan es psicóloga, especialista en el área deportiva y también de recursos humanos. Trabaja en una multinacional para Uruguay y la región en el área de talentos. Coincide en que el casamiento fue inesperado pero al mismo tiempo un paso natural de la relación. “No lo hicimos por la libreta o la formalidad, pasaba más por la celebración y el compromiso”, asegura la novia.

En el civil se combinaron en tonos azul y rosado y para el festejo, que fue ante unos 80 invitados (los más íntimos) los dos eligieron el blanco. Él llevaba tres estrellas en la solapa, algo que muchos interpretaron con alguna connotación deportiva pero en realidad tenía un sentido más profundo: los tres hijos de Seré y también tres personas claves de su vida que ya no están: madre, padre y hermano.

La luna de miel se anticipó. Como Jorge Seré tiene cuatro trabajos (dos en los medios y otros dos vinculados al desarrollo del fútbol femenino) solo puede tener un par de semanas libre al año en diciembre y comienzos de enero. Así que aprovecharon y volaron a Nueva York. “Pasamos increíble”, dice ella y ahora, el próximo destino (a fines de año) será Orlando, donde también los acompañará Isabela, la hija menor de Seré, de 9 años.

“Encontré en este momento de mi vida una relación muy sana, muy complementaria. Mis hijos estaban felices en el casamiento, lo que también es muy importante. ¿Qué más puedo pedir?”, asegura el exfutbolista.

“Nos conocimos a través de una aplicación de citas. No lo ocultamos y de hecho estamos bastante orgullosos de que haya sido de esa forma porque está buenísimo. Claro que hay gente que ha tenido malas experiencias, pero para nosotros resultó una excelente experiencia”, asegura la psicóloga Mantiñan.

Jorge Seré, hijo de la generación de los ’80, no tenía experiencia en las aplicaciones del corazón. Pero estaba separado y un amigo le instaló la “T” en su celular. Su primer dilema quedó planteado al tratarse de una persona famosa. “Yo no estoy de acuerdo con las personas que ponen como foto una flor o un paisaje. Pero en mi caso, tampoco quería poner mi cara porque quedaba como que quería aprovechar de mi condición de famoso o que la gente se acercara por la fama. Así que puse un retrato mío pero en el encuadre, quedé con la cara partida por la mitad”, cuenta el exgolero conocido como “Superman”.

Esa decisión fue clave. Hace 16 meses, Verónica Mantiñan vio en el perfil a un tal “Jorge” con medio rostro y le llamó la atención que se veía una oreja en el centro de la imagen. “Como psicóloga fue significativo ver el oído, necesitaba ser escuchada”. Ella dio match y no le dio mucho tiempo. “Si en 10 minutos no me respondía, cerraba la app”, comenta.

Pero del otro lado estaba “Superman”. También dio “match” y comenzaron a chatear.

“Ya de entrada me cayó bien porque era interesante la conversación y no tenía faltas de ortografía. Esas cosas suman”, recuerda Verónica. Pero hasta ese momento, ella que es poco futbolera, chateaba con un tal “Jorge” y no había identificado aquel medio rostro con el de un campeón del mundo.

El reconocimiento se dio con la primera cita presencial. Él la visitó en el apartamento de ella una tardecita: llevó pizza.

“En el portón me di cuenta y se lo dije: yo era chiquita y te veía en la tele”, dice la novia. El exfutbolista se ríe a su lado. “Tampoco eras tan chiquita”, comenta en relación a la diferencia de edad (12 años) que no pesan en esta relación.

“Cuando empezamos a salir congeniamos en todo. Somos parecidos: los somos muy tranquilos, nos encanta disfrutar de pequeñas cosas, como de ir a caminar, tomar un mate a la rambla o compartir una cena”, lo resume Verónica Mantiñan.

Seré coincide y añade en términos genéricos. “Quizás hay muchas mujeres lindas, buenas e inteligentes. Para cada uno será también esto relativo y diferente. Encontrar el equilibro perfecto no es fácil. En mi caso, lo que me cautivó de ella fue su inteligencia, que es una persona laburadora, comunicativa, siempre positiva”, enumera Seré.

Cuando le toca a ella dedicar elogios a su esposa, menciona el “brillo en el alma” del campeón en la cotidiana. “Puede tener un mal día, como tenemos todos, pero Jorge siempre se levanta de buen humor, dispuesto a disfrutar del día. Siempre buscamos excusas para celebrar”, añade.

Aunque aclara que no es poeta, Seré remata este momento romántico con una frase que leyó en algún lado y retuvo: “Querer es cortar una flor y olerla, disfrutar de su perfume. Amar es encontrar la flor, pero no cortarla, dejarla y regarla todos los días”.

“Siempre estamos buscando cosas para hacer juntos. Y eso no implica grandes proyectos: puede ser cambiar una planta de lugar o comer unos bizcochos en la tarde”, acota Mantiñan.

La psicóloga reconoce que no es futbolera. De niña fue hincha de Peñarol para dar el gusto a su padre, pero en realidad le generaba mayor simpatía Nacional. Hoy tiene un doble motivo para seguir a los tricolores.

Desde hace casi una década y convocado por Alberto Sonsol, Jorge Seré se ha forjado una carrera en el comentario deportivo. “Todo el mundo sabe que soy hincha y quiero a Nacional, pero así como uno quiere a los hijos y les dice las cosas que le parece que hacen mal, de la misma manera yo tomo distancia para criticar si algo me parece mal. O hablar bien de Peñarol si creo que está haciendo bien las cosas”, asegura.

Verónica está adaptada a las extrañas rutinas de su flamante esposo. No se puede contar con él los fines de semana o para un asado de domingo. Es más, se casaron un jueves, festejaron un viernes y el sábado, Seré estaba comentando el partido Nacional - Wanderers para la radio.

“Ella no entiende un pomo de fútbol pero me comprende y acompaña”, acota Superman Seré.

Mantiñan tampoco lleva el trabajo a la casa y no se comporta como psicóloga de entre casa. “Salvo en algún caso y aviso antes: “Esto te lo digo como psicóloga”, no me paso psicoanalizando a los demás”.

Entre las pequeñas cosas que le gusta compartir a la pareja, están las salidas de compras y en especial, de ropa. A Jorge Seré no le molesta ser reconocido en un shopping o supermercado. Mantiñan no tiene problema con las fotos de los fanáticos. Es más, ella misma saca las imágenes. En las tiendas se piden consejo y suelen comprar pensando en combinaciones de prendas. Son buenos también buscando oportunidades.

Tal fue el caso de los looks para el casamiento: para el civil Seré vistió un traje de Luis D’Amore, con corbata rosada como forma de combinar con la novia, que empleó ese color. El outfit total white de los festejos vino de Nueva York.