José Ignacio Romero: la TV, el día que Martínez le respondió mal y su historia de amor con diplomática italiana

Lleva cuatro años en Telemundo. Graduado en Relaciones Internacionales, disfruta de su cobertura del Parlamento. Se refiere a cuando el candidato del FA lo mandó al psicólogo y a un año de amor con Alessandra Crugnola.

Compartir esta noticia
WhatsApp Image 2023-10-20 at 2.17.26 PM.jpeg
José Ignacio Romero.
Foto: Leo Mainé.

Redacción El País.
El periodista de Telemundo, José Ignacio Romero, se formó también en Relaciones Internacionales. Después de un pasaje por VTV y de ocho años en Telenoche, desembarcó en el informativo de Canal 12 en 2019. "Me parece que en cuanto al noticiero, a la profundidad periodística y desarrollo de los temas, es el mejor canal", asegura.
Aquel primer año vivió un incómodo momento al aire cuando el entonces candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, lo mandó al psicólogo ante una pregunta suya. "Lo tomé como parte de mi profesión y es más, me pareció una señal de que estoy haciendo bien mi trabajo. No es que sea deseable, pero prefiero una reacción así a que el protagonista se sienta indiferente a mis preguntas", asegura.
En materia personal, Romero acaba de regresar de un viaje por dos continentes y climas con su pareja, Alessandra Crugnola, italiana de nacimiento y quien se desempeña como jefa de la Cancillería Consular de Italia en Uruguay.

—¿Cómo fueron tus comienzos en la comunicación?

—Empecé la carrera en la Universidad de la República, pero en aquel tiempo era muy teórica y yo buscaba un abordaje más práctico y que me acercara más a la inserción laboral. Hice el Ipep y de a poco fueron apareciendo oportunidades. Estuve como pasante en la radio Nuevo Tiempo y en televisión lo primero que hice fue VTV. En 2011 me convocó Canal 4 y en Telenoche estuve en diversas funciones: fui encargado de la información internacional, también hice política y conducción de informativos.

—En 2018 se da un punto de inflexión cuando dejás Canal 4. ¿Qué pasó?

—Yo estaba estudiando Relaciones Internacionales y necesitaba viajar un semestre a Bélgica para terminar la carrera. Conversamos con el canal e hicimos un acuerdo para la cobertura del Mundial de Rusia de ese año. Pero ya a mi regreso en 2019 quedaba desvinculado, sin contrato.

—Graduado en Relaciones Internacionales, ¿considerás o planificás que tu vida laboral vaya para ese lado en algún momento, en lugar del periodismo?

—No lo descarto. Es una carrera que abre muchas puertas porque tiene vinculación con la diplomacia y con el comercio exterior. Pero también está emparentada con el periodismo. A mí me ha dado muchas herramientas de análisis para entender la política internacional. Me encantaría seguir en ese camino y hacer algún postgrado.

WhatsApp Image 2023-10-20 at 2.17.26 PM (1).jpeg
José Ignacio Romero.
Foto: Leo Mainé.

—¿Cómo se dio tu desembarco en Telemundo?

—En 2019, a poco de haber regresado a Uruguay, me convocó Gastón Solé, uno de los responsables del noticiero. En ese momento, Telemundo estaba en una etapa de renovación: cambios en la escenografía y estudio, incorporó un despliegue de pantallas que era nuevo para los informativos locales. Me sedujo mucho la idea de sumarme y ante la convocatoria de Solé, no lo dudé. Siempre me había gustado la idea de trabajar en el 12 porque ha sido siempre el canal que miraba en mi casa. Incluso estando en el 4, yo le decía a mis compañeros que miraba el 12. Me parece que en cuanto al noticiero, a la profundidad periodística y desarrollo de los temas, es el mejor canal.

—¿Qué área de cobertura preferís?

—Habitualmente trabajo en política y particularmente en el Parlamento. Me gusta mucho y más en los últimos tiempos, cuando hay un gobierno de coalición que debe negociar a la interna todos los temas. Eso hace que el Parlamento cobre una relevancia que antes, con un Frente Amplio de mayorías, no ocurría. Hoy siempre hay noticias en el Parlamento fruto del proceso de negociación. Gran parte de las leyes que llegan del Poder Ejecutivo se terminan aprobando con modificaciones varias. Todo eso son noticias, por eso estamos en un momento del Parlamento muy rico periodísticamente.

—En los últimos días, el Parlamento se vio sacudido por la formalización de Gustado Penadés y su destitución como senador. ¿Cuál es tu análisis?

—Fue un sacudón. Estamos hablando del senador más importante del gobierno. Era el legislador que cuando todo estaba complicado, daba la opinión del gobierno en los diferentes temas. Presidía las comisiones más importantes y era el que salía a responder cuando la mayoría no quería hablar. Era su rol llevar esa función, prácticamente de vocero del gobierno en el Parlamento. Tenía mucha trayectoria legislativa y su capacidad de articulación política y de negociación fue elogiada incluso por el Frente Amplio. Quizás por eso a todos les costó tanto empezar a creer en las víctimas, lo que claramente fue un error político de todos.

—En el debate político cada vez se menciona la existencia de una “grieta” entre bloques ideológicos. ¿Crees que es así?

—Es difícil negar la grieta. Cada vez hay una división más acentuada, más allá de que ciertos temas generan consenso. Políticamente hay dos grupos y una calle en el medio cada vez más ancha. No creo que estemos al nivel de Argentina pero el enfrentamiento es palpable.

—¿De qué manera se manifiesta en la interna del Parlamento?

—No pasa todos los días, pero es cierto que se dan situaciones de legisladores de gobierno y oposición que se cruzan en el pasillo y se hacen chistes. Ahora, yo no creo que eso sea suficiente para decir "en Uruguay no hay grieta". La tendencia apunta hacia una polarización cada vez más virulenta y cada vez con menos código y límites.

—A veces en ese juego político de enfrentamiento los periodistas quedan involucrados. Y los acusan de intencionalidad por un lado o por el otro.

—Es verdad. Mientras no haya persecuciones o una intención de dañar la carrera de un periodista, me parece parte normal de la dinámica. Claro que si el periodista entra en el juego de ponerse un lado u otro, queda más expuesto. En la mayoría de los casos, el 95% de los colegas con los que convivo no entramos en esa. Si bien todos tenemos nuestra opinión sobre los temas, la discusión es más pasional sobre la profesión y cómo ejercerla de la mejor manera que pensar a quién beneficiaría o perjudicaría una pregunta o un encare nuestro. Claramente todos votamos pero el periodismo es una profesión que debe poner por delante la lealtad a la verdad. Afortunadamente no pasa como en Argentina que el periodista tiene que opinar para un lado o para el otro y en función de eso, trabaja en un medio o en otro. En Uruguay, los periodistas mayoritariamente respetamos a la profesión. Entre los que hacemos calle, no se me ocurre un caso de alguien que esté “flechado”.

—En la campaña de 2019, Daniel Martínez se enojó con una pregunta tuya. ¿Cómo lo viviste?

—Me mandó al psicólogo. La verdad que lo tomé como parte de mi profesión y es más, me pareció una señal de que estoy haciendo bien mi trabajo. No es que sea deseable, pero prefiero una reacción así a que el protagonista se sienta indiferente a mis preguntas. Eso sucedió el día del balotaje: a diferencia de la primera vuelta, Martínez salió a hacer muchas recorridas y tenía previsto encontrarse con José Mujica en un bar del Cerro, algo que al final no sucedió porque Mujica no fue. En una de esas recorridas, le hicimos notas y le pregunté si las salidas no tenían que ver con un cambio de estrategia entre la primera y la segunda vuelta. “Contratá un psicólogo que te responda esa pregunta”, me dijo.

—¿Volviste a encontrarlo y hablar con él luego de eso?

—Nos vimos alguna vez. No hablamos del tema. A un compañero mío le dijo que no recordaba haberme dicho eso. Fue un episodio raro y quedó por ahí. Yo sigo pensando que entre la gama de reacciones posibles frente a la pregunta de un periodista, el enojo es de las posibles y no es necesariamente negativo que eso pase. Al contrario, en ocasiones me parece positivo.

—¿Cómo imaginás la campaña que viene?
—Va a ser un momento bisagra, de esos que determinan qué pasará en los próximos 10 años en el país. Más allá de la elección y de quién la gane, las formas de esta campaña tan disputada y tan reñida van a estar en riesgo. Yo no estoy seguro de los protagonistas. Creo que frente a la disyuntiva de conservar las formas o ganar la elección, muchos van a optar por ganar de cualquier manera. Ahí será muy importante el trabajo del periodismo para dejar en claro las estrategias, las fake news u otros manejos. Se viene un momento interesante para el periodismo.

nacho-alessandra.jpg
Romero y Alessandra Crugnola en Venecia.

—Hace pocos días regresaste de un viaje intenso, con tu pareja Alessandra Crugnola…

—Sí, empezamos en Bariloche, donde practiqué caerme en la pista de sky. Mi pareja tiene más experiencia y le gusta. Después terminamos en Roma, pasando por Barcelona e Ibiza. Allí alquilamos un motorhome y recorrimos todas las playas. En Milán visitamos a la familia de Ale. Fue un viaje largo y muy lindo, con todos los climas.

—Ella es italiana con una destacada carrera diplomática. Se desempeña como jefa de la Cancillería Consular de Italia en Uruguay. ¿Cómo se conocieron?

—Hace un año nos conocimos. Fue en un asado que hicimos con unos amigos que habían llegado de Estados Unidos. Ellos eran turistas del Greg Mortimer, un tema que seguí mucho en su momento. A raíz de esos contactos sobre todo el proceso con el crucero hasta el rescate de los pasajeros, quedamos en contacto con ellos. El año pasado viajaron: los acompañé a recorrer la costa e hicimos un asado. Por un amigo en común, ella también acudió y nos empezamos a hablar. Así empezó todo.

—¿Cómo te llevás con el italiano?

—Bien, estoy aprendiendo. Es un idioma de origen latino como el español, lo que lo hace más sencillo de aprender. En el viaje me defendí bastante bien.

nacho-alessandra22.jpg

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar