Judy Del Bosque viajó como voluntaria a Israel en guerra: "Es el modo que encontré para ayudar"

La maga uruguaya realizó nueve shows para damnificados por el conflicto. Brinda testimonio de un día a día lleno de miedo y angustia.

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Judy del Bosque.
Judy del Bosque.

Redacción El País
La artista de la magia realizó varios shows en Israel para un público afectado por el conflicto contra Hamás. Además, la comunicadora uruguaya con toda su familia en Israel acudió todos los días a “Kikar Ajatufim”, o “Plaza de los Secuestrados” para acompañar a las madres cuyos hijos no han vuelto a casa. “Muchísimo miedo tengo”, asegura en su dramático relato. “Camino por las calles, de día. A la noche se encuentran desiertas”, añade, además de contar las vivencias y testimonios más duros sobre la guerra que comenzó el 7 de octubre pasado.
-¿Cuál fue tu primera impresión al volver a Israel?

-Muchísimo miedo. Vine por nueve días. El sábado 7 de octubre, a las 6 de la madrugada, se escuchó el primer grito “Allahu Akbar!”, “Alá es el más grande!”. Un terrorista de Hamás acababa de asesinar a dos israelíes, celebraba junto a sus cuerpos, y, levantando la ametralladora, le habló a Alá, su dios: “Mi nombre es Muhammad, tengo 5 hijos, te pido mi merecido reconocimiento como héroe.”. Aterrador, ¿verdad? Así es esta guerra con la organización terrorista Hamas. La más macabra. La más cruel. Yo camino por las calles de día. A la noche se encuentran desiertas. Miro para todos lados. Un hombre se detiene delante de mí. Estoy temblando que saque el cuchillo y me apuñale. Tengo las piernas paralizadas. Se me agudizan los latidos del corazón. Un hombre hace un par de días, entró en un café y acuchilló a tres israelíes. Uno falleció, que su alma descanse en paz. Un horror. Esta mañana pasé por el buzón, en casa de mis padres. Encuentro un frasquito pequeño. Pensé sería una muestra de perfume. Era veneno. Eso es vivir en guerra. El pueblo de Israel está unido. Todos somos hermanos. No importa de dónde vienes, si eres o no religioso, todos somos uno. Nos asesinaron por lo que somos como pueblo, lo resilientes que somos desde hace siglos. Juntos, de la mano, hemos sobrevivido las más cruentas guerras, la Inquisición, la expulsión de los judíos de Europa, el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, donde fueron asesinados 6.000.000 de judíos, entre otras muchísimas almas de otras creencias. Ahora capturaron a nuestros hermanos. Todos los estamos llorando, juntos, abrazados. Rezando al cielo para que los devuelvan ya. La solidaridad y el amor que se siente, es lo que te da aire para respirar. Darte cuenta que en todo el país, hay una red solidaria increíble. Todos hacemos cosas por los demás: ayudamos en los Kibutzim donde entraron a matar a las personas, o a llevárselas secuestradas del modo más salvaje. Unos hacen tareas de agricultura, otros abrazamos a los familiares para que sepan que no están solos, y luego de llorar junto a ellos y su desgarro por tener la vida interrumpida hace 5 meses, intentamos regarles un hilo de luz con la esperanza de que pronto vuelvan a tener a sus bebés, hermanos, hijos, nietos, padres, abuelos, en casa. Mientras todos nosotros en Israel damos el máximo de amor para ayudar, Egipto sigue construyendo vallas con alambres de púa electrificados, para impedir la entrada de refugiados y escapados de guerra de sus “hermanos” palestinos. Una solidaridad ejemplar árabe. Realmente, los desprecian.

-Te ofreciste a hacer shows con las personas que fueron evacuadas de los kibutz ¿Cómo surgió la iniciativa y cuál fue el proceso hasta tu viaje?

-Fue el modo que encontré para ayudar. Dar ilusión. Simplemente se corrió la voz que una maga de Uruguay había llegado por unos días a Israel. Al día siguiente tenía agendados nueve shows. Nunca supe acerca de cuán infinito podía ser el amor. Por otro lado, me senté todos los días en “Kikar Ajatufim”, o “Plaza de los Secuestrados”, en un murito, junto a las madres cuyos hijos no han vuelto a casa. Nada se sabe de ellos. Si están con vida o no. Desconsoladas están.

-¿Qué tan desafiante fueron para ti los shows y qué respuesta encontraste en el público?

-Son shows muy diferentes a los que estoy acostumbrada. En cumpleaños, despedidas, aniversarios, la gente está pasando espectacular. Relajada, divertida. Se ríen a carcajadas. Aquí, en plena guerra, todo es distinto. Las familias que han sido desplazadas de sus hogares, hace más de 150 días, están con las miradas idas. No entienden al principio de qué se trata. Es enorme su tristeza e incertidumbre. Al rato, cuando consigo distraerlos con todos los disparates que digo y hago, aun en hebreo, logro que olviden por un rato que están viviendo en medio de una guerra, la más cruel. Termino, me llevan a mi hotel, entro a mi habitación, me inunda un llanto desconsolado. Es durísimo lo que está viviendo todo Israel. Gracias a Dios pude hacer los nueve shows en siete días, recorriendo varias ciudades. He ido a bases militares, donde hice shows a soldados. Ellos son más fuertes. Bueno, se hacen los fuertes. Les toca la tarea más difícil: defendernos a cada uno de nosotros y cuidar la vida de cada civil, árabe o judío. Ambas valen lo mismo: un alma. No imaginan cómo me agradecen, se tocan el corazón, no pueden creer que a alguien de Uruguay, le importa tanto venir a darles este abrazo de agradecimiento profundo. De verdad. Más allá que se divierten infinito en el show, y que jamás vieron una maga, etc... , el acto de amor, lo valoran de modo eterno.

Judy Del Bosque.
Judy Del Bosque.

-Tu familia está en Israel, ¿cómo los encontraste?

-Mi mamá, mi papá, mi hermano, sobrinos, están muy angustiados y desesperados por los secuestrados, pidiéndole a Dios que los devuelva ya. Brindando toda la ayuda posible.

-¿Qué testimonios te causaron mayor impresión?

-El 7 de octubre fueron secuestradas 240 personas, arrancadas de sus casas, y del Festival por la Paz, en el sur. Según las Fuerzas de Defensa de Israel, con quienes estoy en contacto a través de su portavoz, Roni Kaplan, aun quedan 137 rehenes en Gaza, de los cuales ya hay confirmadas 15 muertes. Un horror. Los tienen dentro de los túneles, heridos, desnudos, hambrientos. Israel envía medicamentos para los rehenes que padecen enfermedades crónicas y Hamás no se los entregan. Hace meses que entran 500 camiones por día con ayuda humanitaria a Gaza y los dirigentes de Hamás se los apropian. Alimentos, productos de higiene, y demás. Secuestraron a una mamá, Shiri, argentina, con su bebé Kfir de 9 meses. En ese momento horroroso lo toma fuerte en sus brazos y a su hermanito Ariel de 5 años. Así se dirigen al cautiverio que ya lleva más de 5 meses. Mi amiga más cercana, estaba viendo los videos del dia fatal, en el que Hamás entró a la fiesta “Por la paz” en el sur, y asesinó a 364 personas, y de pronto, ve en el video como se llevan a un amigo de ella, secuestrado, y matan a su novia. Quedó con un trauma muy difícil de superar. Al igual que todos. Los terroristas de Hamás entraron a los Kibutz y ciudades cercanas a Gaza, asesinaron a más de 1200 personas, incendiaron casas con las familias dentro, metieron bebés en el horno delante de los padres, matándolos. Una crueldad jamás vista. Entre los asesinados, había 71 extranjeros. De Francia, EEUU, Ucrania, China, Argentina, Chile, entre otros). Fue un atentado para eliminar judíos y al estado de Israel. Ese es el objetivo de Hamás. Pero no es solo hacia los judíos su odio, es hacia toda la civilización judeo-cristiana. Antisemitismo es odio. El silencio te hace cómplice. Comenzó el Ramadán. Hay amenazas de todo tipo para atacar a Israel. Yo tengo mucho miedo. De igual manera me duele lo que están viviendo los palestinos de Gaza, bajo el régimen de Hamás, la peor organización terrorista de la historia junto a Hezbolá. Escucho sus testimonios. Su vida es inhumana. Mientras sus líderes viven en palacios bañados en oro en Qatar, con todos los lujos, el pueblo muere de hambre dia a dia. En el norte no tienen alimentos ni agua. Pero a Hamás no le preocupa, sigue construyendo túneles y comprando armas para matar. Israel sufre esa situación. Quiere ayudarlos a liberarse de ese régimen macabro. Hay una extensa red de túneles, algunos de los cuales superan los 300 km de largo, toda una ciudad subterránea, cuyas entradas están ubicadas debajo de escuelas y hospitales, justo debajo de donde vive su población, que nada tiene que ver con el terrorismo atroz. Israel avisa en el momento que ataca, para que los civiles palestinos se refugien. Hamás utiliza a sus niños como escudos humanos. Hamás negocia hasta con los cuerpos que asesina, saben lo importante que es cada persona, su cuerpo y su alma, para la religión judía.

-En Uruguay se debate por una imagen de una figura diabólica asociada a Israel en la marcha por el 8M. ¿Qué mensaje darías en este momento con ese debate de fondo?

-La incitación al odio, independientemente de su destinatario, constituye un delito que socava los cimientos de la humanidad. En la actualidad, se han implementado medidas sancionatorias para combatir esta conducta destructiva. Sin embargo, aún más preocupante es la utilización de niños para promover tales ideologías, lo cual refleja una falta de conciencia y moralidad por parte de los perpetradores. Antes de adentrarse en consignas de odio, es nuestra responsabilidad como sociedad educar y fomentar el pensamiento crítico en los niños. Este tipo de adoctrinamiento no solo atenta contra la comunidad judía o cualquier otro grupo, sino que también socava los principios fundamentales de un mundo libre y equitativo. Condenar estos actos y a sus perpetradores es imperativo para preservar la integridad moral de nuestra sociedad. Gracias Rabino querido Ariel Milstein, por ayudarme en este último punto. Tu claridad ilumina el mundo. No pierdo la esperanza, que un día, no muy lejano, desaparezca el odio entre todos los seres humanos.

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