Redacción El País.
El periodista deportivo Julio Ríos celebró 40 años de carrera. Desde sus comienzos en Radio Monte Carlo como informativista, mucha agua pasó bajo el puente para el comunicador minuano. “Nunca imaginé lo que terminó pasando con mi carrera”, dice. Ríos se encuentra uno de los mejores momentos de su carrera y de su vida y compartió el festejo con su esposa Mónica, quien nunca había tenido apariciones públicas. En 2025, se incorpora junto a su equipo de Las voces del fútbol a la radio deportiva con base en El Espectador.
Julio Ríos asistió acompañado al festejo de su esposa Mónica (también minuana y casados hace 31 años) a la celebración por sus cuadro décadas de periodismo. El festejo fue en el Complejo San Bautista.
-Este año cumpliste y celebraste 40 años de carrera. ¿Cómo lo viviste internamente?
-Yo nunca me imaginé lo que terminó pasando con mi carrera. Como la mayor parte de las cosas de mi vida, yo vivo el día a día sin llevar mucho las cuentas, ni proyectar. Así fue pasando el tiempo y un día me encuentro en que estoy celebrando 40 años de carrera. Un día fuimos a un asado con los amigos del Complejo San Bautista y ahí surgió la idea de la celebración. Ellos le fueron dando cuerpo y salió un festejo muy emocionante para mí. Me impactó porque más allá de qué lugar estaba muy lindo, había gente muy querida por mí y se respiró un clima de comunión entre todos. Me quedo con una noche inolvidable.
-Lo compartiste con tu familia: tu hijo Nacho y tu esposa Mónica fueron parte, algo poco común en tus apariciones públicas…
-Eso fue especial. Normalmente yo he cuidado mucho de mi vida privada. Nunca quise hacer un reality con mi vida privada, ni ganar un televidente o un oyente pintándome como el tipo que tiene una familia, que está casado con su novia desde los 14 años. Nunca utilicé eso. Pero ya me pareció tiempo de compartir algo que en mi círculo conocen de mí. Estoy casado con Mónica hace 31 años y ella fue testigo prácticamente de toda mi carrera. Éramos novios hace 40 años cuando empecé en Radio Monte Carlo siendo jovencito como informativista.
-¿Cómo lo tomó ella?
-Muy bien. Fue algo maravilloso para la familia. A mí me gusta hablar de los ciclos en la vida y siento que estoy atravesando por un ciclo positivo en la carrera y en la vida. Disfruto de la salud, que es lo más importante y me siento con fuerza, me siento maduro. He evolucionado como ser humano, como persona, como compañero… En estos 40 años ha pasado de todo y me ha tocado pasar por muchas dificultades. Hoy agradezco a Dios que me permitió trabajar y hacer de lo que me gusta mi medio de vida.
-El año próximo se viene un nuevo desafío: con Las voces del fútbol te incorporás a la nueva radio deportiva con base en El Espectador. ¿Cómo se gestó ese pase?
-Fue inesperado también. Me convocó “El Piñe” (Jorge Piñeyrúa), con quien siempre tuvimos muy buena onda, más allá de un incidente que tuvimos en Polémica. Nos reunimos y él me manifestó el interés del grupo en contar con nosotros. Empezamos a charlar y no nos costó nada ponernos de acuerdo. Vamos a hacer lo mismo que hacemos con mis compañeros de Las voces del fútbol en El Espectador y en You Tube irá por nuestro canal y por el de ellos en simultáneo. La verdad que nos da mucha felicidad que nos haya convocado para este proyecto que va a ser muy potente.
-¿El arreglo incluye a todo el equipo de Las voces del fútbol?
-Sí, yo solo no negocio. Trabajo hace tantos años con mis compañeros y vamos y venimos juntos. Ahora encaramos este desafío de convertir una radio con mucha historia en una emisora deportiva. Estarán colegas muy prestigiosos en la radio, como Federico Buysan. Sentí que querían al producto y que me querían, eso es muy importante. No nos llamaron como segunda opción o para llenar un espacio. Fue una convocatoria que pondera a nuestro producto. Así que iniciamos esta etapa con mucha alegría. Dios y el tiempo dirá, muchas cosas pueden suceder a futuro, pero si me preguntás, me encantaría cerrar mi carrera y mi ciclo en El Espectador con ese proyecto. No es algo que piense para lo inmediato pero ya llevo 40 años en esto y uno empieza a pensar en lo que puede venir a mediano o largo plazo.
-¿El canal de You Tube, que fue refundado este año, se mantiene?
-Sí. En poco tiempo generamos 55.000 suscriptores y mantenemos esa vía de comunicación. Los estudios los vamos a mantener para transmisiones especiales u otros productos que podremos hacer pero vamos a salir desde las instalaciones de El Espectador.
-En Polémica en el bar has ganado protagonismo como panelista. ¿Disfrutás de ese rol o por momentos te sentís incómodo?
-Estoy muy cómodo en Polémica porque me ha permitido llegar a un a un segmento de público al que antes no llegaba. A las mujeres, por ejemplo, que son menos seguidoras del fútbol. También a personas de rango etáreo grande. Con mis opiniones, yo no tengo término medio: me aman o no me odian. El amor y el odio conviven en la misma mesa, mientras que lo peor para nuestra profesión es la indiferencia. Así tomó mis participaciones en Polémica y también en el deporte. Como periodista, si opinás de fútbol o de política y no calentás, dedícate a otra cosa.
-Políticamente te has definido como blanco…
-Sí, pero tengo excelentes relaciones con gente del Frente. No me pongo el balde. De hecho, el único aviso que tuvimos acá en el programa de la campaña política fue de Yamandú Orsi. Lo conocí hace un tiempo cuando visitó La peluquería de Don Mateo y pegamos muy buena onda. Eso no quita que si algo me parece criticable en él, lo hago. Lo mismo cabe para el Partido Nacional, Colorado o Cabildo Abierto. Tengo absoluta independencia de pensamiento.
-Hace unos años, cuando estabas fuera de la TV, se dijo que incluso pensabas en irte del país. ¿Fue así?
-Tuve una oferta, sí, para hacer un programa de entrevistas y estuve a punto de irme. Te diría que por tres o cuatro días no me fui porque cuando ya estaba prácticamente a punto de cerrar todo, sonó el teléfono y era Álvaro Navia que en aquel momento me convocaba para sumarme a La peluquería de Don Mateo y Polémica, en 2021. Yo había ido como invitado y me había sentido cómodo. En ese momento tomé la decisión de quedarme porque tenía contrato en el exterior por un año y me tenía que ir a radicar a Miami. Yo tuve una etapa laboral en Estados Unidos y nunca terminé de adaptarme. Me encanta ir, disfrutar, pero para vivir siempre me sentí como sapo de otro pozo.
-Este año ha generado mucha repercusión también la versión televisiva de Las voces del fútbol en Canal 5…
-Sí, nos da muchas satisfacciones. Estoy en un momento de mi carrera en que soy muy funcional al show. Cuando siento que me estoy aburriendo, tiro alguna bomba con mis compañeros. En este caso, estamos al aire a las 11 de la noche con un programa deportivo. Si nos ponemos solo a hacer un análisis o a informar cómo salieron los partidos, vamos a pasar desapercibidos. Así que generamos polémica y la picamos con algo.
-¿Te considerás polémico en tu vida?
-No, yo no me considero. Soy auténtico y no soy políticamente correcto. Hasta el día que me muera, mi personalidad es rebelde y contestataria. Obviamente que con el paso del tiempo uno va aplacando determinadas cosas. A mí no me gusta estar peleando todo el día y discutiendo todo el día. También disfruto de la oportunidad de desarrollar la veta periodística o del análisis.
-En 40 años de carrera en los medios, ¿lograste hacer una diferencia económica?
-No tengo fortuna, pero vivo bien. Pude hacer una diferencia, más allá de momentos en que ganaba poco o nada. Y con mis compañeros hacía el programa a pérdida. Me ha tocado trabajar en todo tipo de medios: canales que ocupaban tres manzanas como la cadena Telemundo en Estados Unidos o Canal 9 en Argentina o radios muy pequeñas y sacrificadas en Uruguay. Nunca me quejé. Y logré un nivel de vida quizás superior a la media en Uruguay: mis dos hijos se recibieron y pudieron estudiar en el exterior. Vivo en un lindo apartamento, tengo mi refugio en Punta del Este. Nadie me regaló nada, pero soy un agradecido de la vida.