ENTREVISTA

La aventura de Alfredo Dante en Israel, y cómo fue vivir "en carne propia" la tensión de Franja de Gaza

El periodista de "Subrayado" habla del viaje que realizó por estudios, de la tensión por la guerra y de su amistad con su colega José Irazabal.

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Alfredo Dante
Alfredo Dante.
Foto: Gentileza

Nicolás Lauber
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Con más de 30 años de trayectoria, Alfredo Dante es una cara y voz conocida por los uruguayos. Comenzó en Radio Centenario, tuvo un pasaje por El Espectador y desde hace unos años conduce junto a José Irazabal la edición de sábados de Subrayado.

El periodista y abogado viajó a Israel para realizar un curso de periodismo y vivió algunas situaciones de tensión. En esta charla, Dante habla de su viaje, de los nervios y el aprendizaje, y de su amistad con José Irazabal.

—Estuviste unos días en Israel, ¿qué fuiste a hacer y cómo se gestó ese viaje?
—Fui a hacer un curso. Me llamó la Embajada de Israel para preguntarme si me gustaba y estaba dispuesto a ir. Ya sabía de la existencia del curso porque otros años colegas lo habían hecho, dije que sí y no fue mucho más que eso. Arranqué a mediados de enero y el curso fue de 18 días.

¿Qué estudiaste?
—Es un curso de periodismo y liderazgo en situaciones de conflicto, centrado en el conflicto de Medio Oriente.

Alfredo Dante en Israel.
Alfredo Dante en Israel.
Foto: Gentileza

—Te tocaron unos días complicados para estar allí.
—Sí, estábamos arrancando el curso y se da el recrudecimiento de los episodios de violencia y los ataques terroristas. Eso obligó a que el curso, si bien se desarrolló normalmente, tuviera otras precauciones y alguna eventual suspensión. Íbamos a ir a los túneles que los terroristas de Hamás habían hecho en la frontera con el Líbano y que fueron descubiertos por el ejército israelí; no pudimos llegar por cuestiones de seguridad y clima. También quedamos sin poder hacer una recorrida por Jerusalén porque hacía un día de un atentado grande donde los terroristas mataron a un grupo de israelíes, así que se suspendieron esas salidas; pero en líneas generales el curso se pudo cumplir con normalidad.

—Para los uruguayos estar en una situación así no es normal. ¿Cómo se vive allá?
—Pude percibir en carne propia cómo se vive en situaciones de tensión. Un día fuimos a la Franja de Gaza y al regreso paramos en una ciudad que queda muy cerca. Pasamos por un centro de tratamiento de traumas para niños que quedan impactados cuando hay una situación de emergencia o alarma, es una experiencia con animales muy innovadora e interesante. A los cinco minutos que dejamos la ciudad, ya estábamos en la ruta, suenan las alarmas. Cuando eso ocurre los habitantes de esa ciudad saben que tienen 10 segundos para colocarse en lo que llaman “habitación segura” o refugios, porque en Israel, desde 1991 en adelante, todas las construcciones tienen, necesariamente por ley, una habitación segura. Es un cuarto que tiene paredes de 60 centímetros de grosor. En las calles también hay varios refugios. Allí sentimos la experiencia, por muy poco, de estar en una ciudad con ese nivel de estrés. Es una ciudad que después fue efectivamente bombardeada por misiles aparentemente de la Yihad o Hamás, aunque la “Cúpula de Hierro” que tiene la Fuerza Aérea israelí logró interceptar los misiles y no cayeron en la ciudad. Igual fueron situaciones un poco estresantes.

Alfredo Dante en Israel.
Alfredo Dante en Israel.
Foto: Gentileza

—Igualmente dio el tiempo para recorrer algo, ¿no?
—Sí, en Tel Aviv fuimos a una start up tecnológica muy interesante, y también fuimos a uno de los hospitales de la ciudad que tiene un adelanto tecnológico imponente. Cuando estábamos por la calle nos dijeron que si suena la alarma (por suerte no sonó) teníamos un minuto para ir a un refugio. Nos dijeron que teníamos que ir a los edificios, que están todos abiertos porque o son los propietarios o es gente la que se va a refugiar allí, y permiten sortear ese tipo de circunstancias. Nos comentaron que la primera opción es meterse en los edificios, después comercios, y la tercera opción, si no había nada de eso cerca, es quedarse en la calle agachados con la cabeza para abajo y lejos de los vidrios. Eso es porque si cae un misil, los vidrios pueden estallar y hacerte daño; o porque las esquirlas pueden hacer daño. Esas fueron las recomendaciones que nos hicieron para pasear por Tel Aviv.

—¿Y allí hay vida normal o están con la constante tensión de un posible peligro?
—La vida es totalmente normal, lo tienen tan incorporado que no les afecta, la vida continúa normalmente. Los boliches estaban llenos, las pizzerías todas llenas, lo que se dice vida totalmente normal. Y Tel Aviv es una ciudad divina para conocer a pie.

—Imagino que no te olvidas más de ese curso.
—No, pero por el curso en sí. Primero porque es ecuánime. Si bien te dan la versión oficial del gobierno israelí sobre el conflicto, tuvimos la posibilidad de ir a Cisjordania, tuvimos entrevistas con empresarios palestinos que también nos daban su visión del conflicto. Allí podés ver que buena parte de la gente que vive en Israel es población árabe y trabajan normalmente. De hecho, el chofer que nos llevaba a los diferentes lugares era árabe pero israelí. Desde adentro tenés una visión que desde el mundo occidental es diferente, porque tenés que estar ahí para entender la mecánica de vida y la cultura de Israel como de Palestina, te cambia la perspectiva.

—Cambiando de tema, con José Irazabal hacen una simpática dupla en Subrayado sábado.
—Con Pepe nos llevamos muy bien y dicen que hacemos buena dupla, pero creo que eso se genera por la química que tenemos. Lo conozco desde hace mucho tiempo, comenzamos juntos en Radio Centenario por la década de 1990, así que nos conocemos mucho; también tuvimos pasaje por Radio El Espectador, fuimos jefes de prensa en la radio, así que nos conocemos de taquito. Por la licencia yo estuve un tiempo solo en el informativo y él también, así que se extraña la dupla, el tener al compinche al lado, chicanear y hacer comentarios, y por suerte el sábado pasado volvimos y supongo que vamos a seguir por un rato más.

—Es una edición mucho más descontracturada que las otras.
—Dicen que sí, pero es un día especial, es un sábado y se supone que uno está más descontracturado y necesita un poco más de aire, que la noticia llegue de una manera más digerida, al menos es el comentario que tanto Pepe como yo escuchamos en la calle. Es un estilo que impusimos los dos porque nos conocemos mucho y porque el día lo habilita. No creo que funcionara una mecánica así otro día.

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