Redacción El País.
Acompañó el clima y una luna llena que se espejó sobre la Laguna del Sauce. En la residencia “El Paraíso”, Carlos Perciavale y Jimmy Castilhos fueron los anfitriones este miércoles de la boda del año, donde unos 500 invitados acompañaron a los novios desde el atardecer hasta entrada la madrugada.

Todo comenzó, como es habitual en este tipo de eventos, con estrés. Un error en el número de colectivo de una red de cobranza hizo que algunos depósitos de regalo fueran para otra cuenta, un problema que ocupó gran parte del día de Castilhos, quien también estuvo detrás de todos los detalles. “¿Dónde va la mesa de postres?”, “¿Cuál va a ser el orden de los músicos?”, “¿En qué lugar se puede enchufar?”... las preguntas y respuestas iban y venían entre la casa y las carpas dispuestas en el parque donde se desarrollaría la fiesta.

El diseñador Mario Fernández del Puerto fue el encargado de los looks para los novios. Respetó los estilos de ambos: Perciavalle eligió una base blanco y un chaleco celeste, con brillos. Ya había adelantado que usaría este color, luminoso, de este momento de su vida. Le añadió una flor roja en la solapa. Castilhos, mientras tanto, optó por un traje con presencia del blanco pero también amarillos y marrones. Los zapatos eran dorados.

La organización y el aporte de todos los proveedores complementarios necesarios para el evento del año estuvo a cargo de La parada Los Flamencos, Gabriela Minutella fue organizadora general y Alberto Fontana estuvo en la producción general. El asado para los invitados estuvo a cargo de Pablo, el famoso Gordo Achura. La carne fue de Mercado de carnes Rio de la Plata y Cativelli. La paella y el rissoto fue de la mano de Pablo de Talar y la mesa de postres de Medialunas Calentitas del Puerto y la Vienessa.

Pasadas las 18:00, los novios estaban dispuestos para una bendición que aunque sumaria y austera, sienta un precedente. Es la primera vez que un sacerdote católico bendice a los integrantes de una pareja del mismo sexo, de acuerdo a los términos de un reciente documento aprobado por el Papa Francisco.

El sacerdote Francisco Gordalina fue el encargado de este momento. No aceptó dar declaraciones a los medios presentes y se presentó con vestimenta laica, sin sotana ni otros atuendos propios de la curia.

Foto: Ricardo Figueredo.

“Como hijos de Dios que son ambos me han pedido la bendición para ustedes de parte de nuestro Padre. Es con gusto que nos hacemos presentes, en el nombre de la Iglesia, para pedir que los bendiga”, expresó Gordalina.

“Ya sabemos que es una bendición, no un casamiento; ha quedado muy claro”... “Es un modo con el que la Iglesia quiere mostrarles que Dios está con ustedes, y nosotros también sabemos que ustedes están con Dios”, añadió para luego proceder al ritual: “Carlos, que Dios te guarde y te bendiga, te conduzca por el camino de la paz y del amor, y te ayude a crecer en la entrega a tus hermanos y en el amor que tu has de brindarnos”. Con palabras similares, repitió el gesto con Castilhos.

La bendición se realizó solo ante los medios de prensa y estuvo precedida de una polémica. Inicialmente se había previsto para realizarse el día martes 20 en las instalaciones de la Capilla San Benito (en Garzón, Maldonado) pero versiones cruzadas respecto a si este establecimiento forma parte de la diócesis de Maldonado o no, echaron por tierra este plan inicial. Los novios estaban a punto de cancelar esta faceta religiosa de su unión, cuando se generó una reunión entre Perciavalle, Castilhos y el obispo de Maldonado, Milton Tróccoli, en la que se pusieron en claro las posiciones y las condiciones.

Tróccoli expresó que la Iglesia Católica estaba dispuesta a otorgar la bendición, siempre que no se desarrollara en una Iglesia, sin invitados y que el gesto se hacía a las personas y no a la unión. Las partes aceptaron y así fue.

“Estamos inaugurando una nueva era,“, dijo Castilhos luego de agradecer al cura.

Finalizada la bendición, el festejo dio comienzo formal. Empezaron a llegar los invitados. Perciavalle se ubicó en la mesa principal y estuvo siempre bien acompañado: sus dos hermanas valoraron la felicidad con la que el artista atraviesa este momento de su vida. La princesa Laettia D’Arenberg también durante gran parte de la noche, al igual que el actor y director Roberto Jones.

Como ellos mismos han declarado, la claves del amor entre Carlos Perciavalle y Jimmy Castilhos son la compañía, la complicidad y la energía. Es notoria la diferencia de edad (30 años al menos) pero se conocen mucho y desde hace tiempo: Castilhos ha sido productor y amigo del “Rey del café concert” desde los años 2000.

Pero en los últimos tiempos, la reaparición de Castilhos en la vida de Perciavalle fue transformadora. “El Rey del café concert” tuvo muchos años una pareja de muy bajo perfil, que era también su mano derecha. Pero cuando enfermó gravemente, hace unos cinco años, las cosas empezaron a cambiar en la vida de Carlitos y también en su residencia de Laguna del Sauce.

Otros caseros se empezaron a ocupar de El Paraíso y hubo problemas de todo tipo: Perciavalle llegó a denunciar malos tratos y abusos. Castilhos ayudó a su amigo y desde hace más de un año empezó a compartir cada vez más tiempo con él.

El propio Perciavalle dio cuenta de esta transformación cuando habló en la boda para todos los invitados. “¡Por supuesto que cambié!. ¡Estoy mejorrr! Hace un tiempo con Jimmy me reencontré. Quise vivir. Tuve fe. Resucité. Tras una pausa, hoy retomo mi camino”, expresó el artista de 82 años para el aplauso cerrado de la concurrencia.

Durante la fiesta muchos quedaron sorprendidos por el buen talante de Perciavalle, a quien últimamente veían más retraído y con diversos problemas de salud. Es cierto que mantiene dificultades para desplazarse pero la mejoría es notoria. Una allegada muy cercana comentó que Perciavalle también ha reducido la cantidad de medicación indicada contra sus patologías. “El poder curativo del amor”, comentó.

La celebración no tuvo protocolos. Los invitados se distribuyeron en el parque, a la luz de la luna y la laguna. Fuera de la mesa principal de los novios, no había otras asignadas, por lo que el resto de las mesas se armaron en el correr de la noche. Había presentaciones artísticas y todo estaba dado para disfrutar, socializar y bailar. Las estaciones de comida incluyeron platos de parrilla, risotto, paella, tablas de fiambre y mesa de dulces.

Jimmy fue el principal “agitador” de la pista. Cuando DJ Barolio y las chicas de fuego hicieron su presentación, acompañó la coreografía. Animó siempre y llamó a disfrutar de la noche.

De la familia de Castilhos no pudieron participar su madre y su hermana por razones de salud, pero sí había sobrinos y primos.

En cierto momento, los novios homenajearon a los “caballeros y damas de honor” de la boda. Alfa de Gran Hermano, Eunice Castro, Flavia Pintos, Laura Martínez, Carmela Hontou, Natalia Camilo, Gustavo Descalzi, Hugo Leal, Anabella Junger fueron algunos de los amigos que participaron de este homenaje.

Foto: El País

La amiga de la pareja Andrea Spragon leyó una sentida carta dedicatoria referenciando la condición de artistas, de humoristas y de compañeros de vida de los novios. “Carlitos y Jimmy, brillen como la esencia que son pero nunca dejen de iluminar. Recuerden que la sonrisa irradia sabiduría, que la palabra es vibración y que la risa sana”.