Momi Giardina fue bailarina de ShowMatch, es actriz y conductora de Nadie dice nada, el popular ciclo de Luzu TV, y hoy estará en el Teatro Movie con su unipersonal de humor Cualquier cosa te llamamos, en doble función. Con esta excusa, acá van cinco cosas que probablemente no sabías sobre ella.

Romina Giardina, más conocida como Momi, siempre soñó con ser actriz, pero primero se le dio por el baile. Fue parte del staff de bailarinas de ShowMatch durante 14 años, hasta que sintió la necesidad de dar un paso más y se animó a la actuación. “Cuando dejé de sentir inseguridad necesité usar mis herramientas para ver cómo seguir en el medio. Ahí fue que las redes me ayudaron a mostrarme desde otro lugar”, contó a La Nación. Cuando recalculó su ruta profesional, recibió la ayuda de una famosa cantante. “Una de las primeras en darme una mano enorme fue Lali Espósito. Y así se fue abriendo un nuevo camino en el que no paré de remarla y de ir a castings”, dijo.

En setiembre la conductora de Nadie dice nada estuvo en PH, Podemos hablar, el ciclo de Telefe conducido por Andy Kusnetzoff. Allí contó un evento traumático que le ocurrió antes del nacimiento de su hija Julieta, que tuvo con el actor Diego Castro, y dijo que la intuición de su madre la salvó. “Cuando quedé embarazada de Julieta tenía 21 años, me hice un test de embarazo y me dio negativo. Cuando fui al médico me dijo que tenía que operarme porque tenía un quiste”, introdujo. “Hasta que mi mamá, con esa intuición que tienen a veces las madres me dijo: ‘Romina, vos estás embarazada’. Cuando me hice otro test me dio positivo, y mi mamá casi se desmaya porque ya tenía turno para el quirófano y todo”, reveló ante la mirada sorprendida de los demás invitados.

Hoy Juli Castro tiene 20 años, es influencer y ambas conservan una excelente relación de madre e hija. “Es la mejor relación que tuve en mi vida. Crecimos juntas, tenemos muchísima complicidad y también diálogo”, reveló Giardina.

En diálogo con Migue Granados en el ciclo Playroom, Giardina sorprendió al recordar una anécdota que vivió junto a la diva argentina mientras grababan un videoclip. “Le pisé el vestido y ella dijo: ‘¿Quién fue?’. “¿Tipo simpática, pero mafiosa?”, consultó Granados, que recibió una respuesta afirmativa. “Pero el problema no es Susana, sino su séquito. Como yo no era de las mejores bailarinas, el resto me miró como diciendo: ‘Es obvio que fue Momi’”, contó. Al revivir aquel momento, compartió un dato no menor y aclaró: “esto es un secreto”. “Susana no quiere bailarinas rubias, siempre morochas”. Sorprendido, Granados le consultó: “¿Para ser la única rubia?”. Entre risas, la actriz aseguró que sí.

A mediados de enero, Giardina conoció a un hombre llamado Sebastián en plena transmisión de Nadie dice nada en Pinamar. El flechazo sucedió cuando estaba en vivo haciendo el programa y lo vio entre el público. El hombre trabaja como chef y se acercó al estudio montado en el hotel desde donde transmitían el ciclo. Nico Occhiato aprovechó la oportunidad para entrevistarlo en vivo y, en la charla, Sebastián contó que estaba soltero. Pícaro, cuando el conductor le preguntó si le gustaban las mujeres chistosas, contestó: “Más que una momia, prefiero una Momi”, sacando las risas de todos. Ese día, él y Giardina intercambiaron teléfonos y después de conocerse por semana, entablaron una relación.

Durante una transmisión de Nadie dice nada, Giardina contó que por muchos años padeció de una fobia a los disfraces y muñecos gigantes, y que inclusive tuvo que tratar esta cuestión con sesiones de terapia. “Cuando era chica no podía hablar de los disfrazados. ¿Viste la Pantera Rosa?”, le preguntó a sus compañeros de Luzu TV. “Le tenía pánico. Y cuando tenía 15 años, que estaba más desarrollada, lo traté en terapia. Un día dije: voy a vencer mi miedo, y me acerqué al Tren de la Alegría de Mar del Plata donde estaban todos los disfrazados”, relató. “Le toqué la cola a la pantera para decir ‘venzo mi miedo y toco el material del disfrazado’, pero desde adentro el chabón me mira y me dice: ‘vos no me tires la goma’. Y volví a cero”, dijo, mientras todos se reían. “Cuando volví a Mar del Plata le dije a los chicos para dar una vuelta en el Tren de la Alegría, porque no me podían ni mencionar el tema de los disfrazados. Lo padecía”, recordó.