Redacción El País
La última emisión de La voz Uruguay, en Canal 10, tuvo motivos dobles para la emoción. A la coronación del ganador del talent show, Federico Garat, todos los presentes durante la emisión en vivo estaban tocados por el final de ciclo como productor de Silvio Rienzi, uno de los históricos de Saeta quien a los 63 años encamina su jubilación y cierra esta etapa de más de 25 años en el detrás de cámaras del “canal uruguayo”.
“Fue sorpresivo y muy emocionante”, asegura el también conductor de ¿Quién da más?, programa de remates que continuará en los mediodías de sábado. En cierto momento, la propia Natalia Oreiro lo convocó al escenario para que sea despedido por los presentes.
Pero el grueso de la despedida ocurrió antes del inicio del programa. En La Voz y también durante las temporadas de Got talent, Rienzi estaba encargado del manejo de la tribuna. Animaba y ordenaba a los asistentes a la platea antes de las salidas en vivo o grabaciones. Cuando tomó el micrófono para hacer esta tarea, se encontró con un “Gracias Silvio” en la pantalla gigante y una ovación de sus compañeros.
Rienzi ingresó oficialmente a Canal 10 en 1999, aunque desde antes había tenido participaciones eventuales. Lo convocó el entonces productor Ricardo Artola. “Me conoció en una competencia deportiva porque yo fui también juez internacional de patín”, dice. Junto a su padre, además, Rienzi transmitió básquetbol, ciclismo, boxeo, entre otros deportes, para radio y televisión.
Pero no fue el deporte ni el patín lo que lo llevó a hacer carrera en Canal 10. Desde niño y por acompañar a su padre, Rienzi desarrolló gran conocimiento técnico y logístico para producir eventos y transmisiones. Fue camarógrafo también. Estuvo detrás de todas las fiestas de lanzamiento de Canal 10, también la recordada Noche de las luces. Cuando había una transmisión especial (los Premios Iris incluidos), Rienzi era el referente. En los mundiales, integraba la lista de productores que viajaba para asegurarse que todas las señales llegaran en tiempo y forma. Así viajó a Brasil, Rusia, Qatar. “Cuando yo empecé, no existía prácticamente la figura del productor. La fuimos descubriendo”, cuenta Rienzi.
Anécdotas tiene miles. En la previa de una Noche de las luces, hubo un gran revuelo porque no había llegado en el equipaje la cabeza del disfraz de Mickey Mouse. “Sin cabeza no hay desfile”, aseguraban desde Disney. Rienzi y equipo movieron cielo y tierra para que ese equipaje, que por error había quedaron en Buenos Aires, llegara a tiempo para hacer el popular “Desfile de la alegría”.
Para la transmisión de mando de Jorge Batlle a Tabaré Vázquez, un momento histórico del país, los canales tenían prevista varias horas de salida en vivo desde Plaza Independencia. Hacía falta un “cablero”; es decir, alguien que sostuviera uno de los cables de las cámaras de Canal 10 para que no entorpeciera el tránsito de los concurrentes al evento. Allá se arremangó Rienzi para esa tarea. Aquel rol le permitió estar ubicado en un lugar de privilegio en el ingreso del Palacio Estévez. Con la mano izquierda sostenía el cable y con la derecha saludó a todos los presidentes y autoridades de la región que acudieron al evento, entre ellos Hugo Chávez, … entre otros.
Fue testigo de varias transformaciones tecnológicas. En sus comienzos se grababa en “rollo” al que luego se le grababa encima por lo costoso del soporte. De ahí que en la TV haya poco archivo.
También las transmisiones en vivo tienen su ciencia, de la que Rienzi es experto. En la actualidad son moneda corriente los “móviles” en informativos y otros programas de actualidad pero se trata de un recurso que llevó su desarrollo.
“Hoy se hace todo con las mochilas que transmiten por Internet, pero antes había que apelar a las microondas”, dice y añade que en algunos puntos de la ciudad, por su geografía, era imposible transmitir. “Yo tenía que ver la antena de Canal 10 para hacer llegar la señal de lo que quería emitir. Si no era posible, había que poner una o varias microondas en el medio hasta unir los puntos”, asegura Rienzi.
Desde el Interior, se apelaba a la cadena de microondas de la empresa estatal Antel. Era un recurso aparatoso y costoso. En las elecciones nacionales, era un desafío para Rienzi salir en vivo de los circuitos más perdidos en el Interior profundo. “Llegamos a salir desde parajes rurales increíble, adonde llegaba la gente a caballo a votar”, asegura.
Lo primero que hizo Rienzi en Canal 10 fue estar a cargo de las transmisiones del Tour de Francia que llegaban vía satélite y él editaba y relataba. Todas las noches había un segmento dedicado a esta competencia. De ciclismo sabía y mucho porque solo o con su padre había transmitido casi 20 vueltas ciclistas de Uruguay y otras tantas ediciones de Rutas de América.
Eran tiempos anteriores a la TV cable y los eventos deportivos internacionales llegaban por los canales abiertos. Incluso Rienzi fue productor de algunos partidos de Copa Libertadores de Peñarol o Nacional que eran transmitidos por Saeta en los tiempos que podían salir campeones.
Para los 2000 fue nombrado oficialmente como “productor de deportes” de Saeta. Mundiales, Olimpíadas, Panamericanos, eventos de automovilismo, campeonato del deporte X, allá estaba Rienzi decodificando la transmisión. A menudo también se encargaba de los relatos. “Siempre me gustaron todos los deportes y soy de informarme. Si alguna disciplina no conozco mucho, me apoyaba en entrenadores o gente experta”, asegura.
En cuanto a lo artístico, el primer desafío fue la Noche de las luces. Aquel evento anual no era un programa de televisión, sino una fiesta masiva que incluía el desfile de la alegría, con los personajes de Disney y el lanzamiento, en playa Pocitos, de sofisticados fuegos artificiales. “Era un regalo que se hacía a la población”, dice en referencia a los productores del evento: Canal 10 y una reconocida marca de refrescos.
“La producción era muy compleja porque había que hablar con la Intendencia, con la policía, bomberos, las empresas de transporte, con los comercios… era una fiesta a la que llegó a acudir medio millón de personas”, recuerda Rienzi. Los fuegos artificiales se importaban especialmente para el festejo y venía un especialista de España para accionarlos en la playa Pocitos.
La “Noche de las luces” se hizo hasta 2006 y a juicio del productor terminó por razones comerciales, más allá de la amplificación de denuncias vinculadas a la inseguridad. “Si esa noche había un robo en Colón o en Manga, le echaban la culpa a la Noche de las luces”, asegura.
En cuanto a los mundiales, destaca la diversidad cultural de Rusia. Siempre estudioso, era el que mejor hablaba el idioma local la comitiva de Canal 10, lo que lo llevó a ser una especie de capitán de equipo. “Preparar la cobertura de un mundial es una tarea compleja, porque hay que prever la logística, el alojamiento, los traslados…”, asegura.
La última experiencia de Qatar fue más sencilla por la cercanía entre los estadios. Rienzi cuenta que hay un entramado de negociación con FIFA, que otorga los lugares en el centro de prensa y también en los estadios. “Seguir los partidos con posición de comentarista, como se hacía con Uruguay, tiene un costo muy alto”, asegura.
El retiro no implicará que deje la pantalla. Rienzi también es rematador y está al frente del programa sobre la temática ¿Quién da más?, que va los sábados a mediodía. Este ciclo seguirá y a la vez, quedará como consultor en los próximos desafíos en vivo de Canal 10. Cuanto más grande el desafío, más emocionante para Rienzi.