Hay voces icónicas en Uruguay, y la de Maru Ramírez se ha destacado a lo largo de 30 años. Principalmente vinculada a Radio Cero (104.3 FM) en la conducción de programas como Regional rock, Punto cero y Music Weekend, entre otros, también fue la voz de El show del mediodía y La cantina de Chichita que se emitieron por Canal 12, y de una infinidad de publicidades como voz en off.
Desde hace cinco años vive junto a sus dos hijos (Aarón y Julián) en Punta del Este, desde donde se mantiene al aire a través de Radio Viva. Las últimas noticias de la comunicadora refieren a su salud, ya que, comocomentó en sus redes sociales, le diagnosticaron cáncer de esófago. Sobre la noticia del diagnóstico, su tratamiento y el apoyo de sus hijos y amigos, es esta charla con Sábado Show.
"Hola soy Maru y tengo Cancer. Hace un mes empecé con muchos estudios y finalmente me dieran el diagnóstico: Cancer de esófago. Al parecer es genérico. La lesión estaría controlada y centrada en un mismo lugar. Ya comencé con mi primera Quimio”, comentó el pasado 13 de octubre la comunicadora Maru Ramírez (Radio Viva, Punta del Este) a través de su cuenta de Instagram.
“Tengo muchas cosas para compartir con Uds y les podría hablar de estudios, síntomas, tratamientos y muchas cosas más. Pero creo que lo más importante es compartir mi amor eterno e incondicional a mi familia y a mis amigas y amigos que me han acompañado, llorado y sobre todo reído conmigo. Ellos dicen que soy fuerte pero lo soy en gran medida a tod@s ellos que me elevan el espíritu y mi energía”, continuó la locutora que ha sido parte de diversos programas de Radio Cero, así como publicidades y voz en off en el ciclo El show del mediodía de Canal 12.
Allí también anunció a sus seguidores que requiere de una costosa cirugía a realizarse en la ciudad de Buenos Aires.
Desde que se conoció la noticia han sido varios los colegas y compañeros que ha tenido Ramírez en estas tres décadas haciendo radio y locución, los que le han dado palabras de aliento. Entre ellos se encuentran Nicolás Nuñez, Sofía Rodríguez, Daniel Castro, Mónica Willengton, María Noel Minozzo, Adela Dubra, Sofía Rodríguez y Jaime Clara. Todos, también se sumaron a la campaña para recolectar fondos.
Se abrió la cuenta Abitab 136820 para la recepción de donaciones. La intervención sería en el mes de enero.
“Estoy muy bien, enamorada de la Comunidad del Amor. Así llamo a todas estos seres de otro planeta que se han contactado conmigo desde todas partes para colaborar conmigo”, comenta la comunicadora, desde Punta del Este, a Sábado Show.
—¿Cuándo te enteraste del diagnóstico?
—Desde siempre tuve gastritis y cualquier tipo de síntoma lo atribuía al estrés, nervios o alguna comida en exceso. El 29 de diciembre de 2023 mi papá falleció y a raíz de ese gran dolor decidí que quería aprender a escuchar mi cuerpo, ser más consciente de lo que comía, como lo comía y que era lo que me sucedía con ello. Por lo tanto empecé este aprendizaje de alimentación con el doctor Leonardo Sande. Él me enseñó a escucharme. Empecé a bajar de peso y en este nuevo proceso de conciencia me di cuenta que no podía tragar bien. Me cambié de mutualista y comencé la búsqueda de doctores de confianza. La gastroenteróloga me indicó una Endoscopia, el 5 de setiembre. Ese día todo cambió...
—¿Sentiste miedo?, es una palabra muy fuerte
—Fue un baldazo de agua fría y lo primero que pensé fue en mis hijos Aarón (22) y Julián (5). Entré en pánico, angustia, miedo y un dolor inmenso ya que uno asocia la palabra Cáncer con la muerte. Al día siguiente me sequé las lágrimas y comencé a ocuparme de mi vida con firmeza y actitud. Este no es el fin, es el comienzo de muchas cosas hermosas.
—¿Decidiste de inmediato iniciar el tratamiento?
—¡Claro que sí! Me contacte con doctores y médicos especialistas que me y nos ayudaron a acomodar las ideas y definir qué era lo mejor. Me gusta tomar las riendas de mi vida, tengo muchas ganas de vivir y disfrutar de las cosas pequeñas. Una buena ducha, respirar profundamente a la mañana escuchando los pajaritos, andar en bici, el contacto con el sol, la playa... la familia los amigos. La decisión fue en conjunto y compartida con expertos y la familia.
—¿Cómo te lleva el proceso?
—Este proceso ha sido un Máster en autoconocimiento desde el principio y me lleva muy bien porque tengo una banda amiga que aguanta camiones... Estoy haciendo el tratamiento tradicional y complementando con homeopatía a cargo del doctor Buni de Casa Verde y con mi Reikista Critina Sosa que es lo más. No ha sido fácil, la quimioterapia tiene muchos efectos secundarios y no a todos los que transitamos este camino nos pasan las mismas cosas. Yo he tenido caída de pelo, una especie de electricidad en el cuerpo, mucho cansancio, ya que bajan muchos las defensas. Pero lo fundamental ha sido el apoyo emocional y la fortaleza interna. Siempre palante.
—Comentaste en tus redes que has recibido comentarios. ¿Qué te ha escrito la gente?
—No te podes imaginar lo agradecida que estoy por el amor de todos y todas, personas que no conozco brindando lo que tienen, tiempo y amor. Se han conectado de otras partes del mundo contando sus experiencias e historias. Ya sea que estén pasando por lo mismo o no, las personas han sido muy empáticas, sumamente solidarias. Hemos creado una hermosa Comunidad del Amor. Todos dando fuerza, teniendo mucha fe, esperanza y nunca bajando los brazos.
—Hace cinco años que vivís en Punta del Este. ¿Cómo has visto la evolución de la gente allí desde la pandemia?
—Cuando me vine a Punta del Este hace casi cinco años, fue con la fuerte convicción de comenzar una familia en un lugar hermoso, ideal para criar al más pequeño de la familia y tener una calidad de vida mucho más enriquecida a nivel medioambiental, sin tanta locura y con mayor seguridad. Siempre dije que los primeros meses fueron difíciles porque siendo de la ciudad todos los días eran domingos, pero amo este lugar. Y al poco tiempo Pandemia. Mi evolución fue increíble porque trabajo más que nunca, tres radios, brindo mi voz a muchas marcas en todo el país, doy talleres online donde transmito mi experiencia en los medios. La evolución de la gente desde la pandemia ha sido increíble, creo que todos hemos aprendido mucho luego de ese momento tan catastrófico y nos enfocamos en las cosas que realmente importan. Maldonado es un departamento que sigue creciendo a nivel sustentable, medioambiental, gastronómico, turístico, se arman comunidades maravillosas de emprendedurismo y todos nos apoyamos mucho. Maldonado es mi hogar.
—¿Cuál sería el tratamiento que tendrías que hacerte en Buenos Aires?
—El tratamiento de quimioterapia se llama Flot 4. Cada 14 días me interno por 48 horas donde me pasan los cinco medicamentos indicados, continuamente. En esta etapa me falta terminar un ciclo. Este tratamiento lo hago en el departamento de Maldonado en mi sociedad médica y en Buenos Aires será la cirugía que se llama Esofagectomia Laparoscopica en el Sanatorio Finochietto: un Sanatorio que es sustentable en el medio de la ciudad de la furia, con el doctor Alejando Nieponice. Es una operación muy costosa pero estaré en las mejores manos.
—¿No se puede hacer en otro lado?
—En otras partes del mundo se realiza este tipo de operaciones pero no es algo tan habitual, es más el único porcentaje que manejo actualmente es la cantidad de cirugías de este tipo que realiza el doctor Nieponice en Buenos Aires de 25 a 30 en un año. Aquí en Uruguay es mucho menor ese número. Es más, otra de las opciones de cirugía es la robótica que solo el doctor Nieponice actualmente realiza esta técnica en Argentina y en todo latinoamérica.
—¿Cómo tomaron tus hijos la noticia?, ¿cómo reaccionaron?
—Ufff con Aarón, el más grande, los primeros días fueron mucho llanto, abrazos y llanto. Pero el amor es tan inmenso que cuando hay que encarar todos estamos con el cuchillo en la boca. Con Juli que es el que tiene 5 años, lo más difícil son esos días que estoy internada, pero le arme un libro con fotos nuestras de momentos únicos entre nosotros. El resto de la familia, le dejó una prenda con mi olor y mi número de teléfono bien grande para que me pueda hacer videollamada cuando quiera. Así que mientras yo estoy en el sanatorio y él en casa, compartimos momentos de cena, jugamos a las cartas, vemos dibujitos y nos decimos lo muchos que nos amamos.