ENTREVISTA
Tras el pase del futbolista, la modelo y esposa de Ignacio "Colo" Ramírez desembarcó en la ciudad de Saint-Étienne con sus dos hijos y dos personas que la ayudan con la crianza.
-Llegaron hace un mes a Saint-Étienne, ¿qué ha sido lo más fácil y también lo más difícil de la adaptación?
-El lugar es divino. La casa donde estamos está rodeada de verde. Parece una fantasía la vista, con el lago y los árboles. Lo que nos está costando un montón es el idioma. Estamos tomando clases pero nos falta. Además, aquí no hablan más que francés. Son pocos los que manejan inglés. Como yo estudié italiano en Montevideo me arreglo más por ese lado. Pero son franceses cerrados.
-¿El clima?
-Se está poniendo más fresco. Llegamos en verano pero entramos en otoño. Estamos en una zona donde el invierno es duro, con nevadas fuertes, más en zona montañosa. Cuando llegamos, lo que nos dijeron fue que tuviéramos eso en cuenta a la hora de elegir el auto por ejemplo. Veremos cómo pasamos el invierno.
-Hace unos días fuiste al concurso de belleza de Saint-Étienne. Pero no participaste, ¿qué pasó?
-Me habían invitado a participar porque supieron que yo era modelo. Pero cuando estaba en los preparativos, se enteraron que tengo dos hijos. Y en el reglamento no se acepta que una miss tenga hijos. No existe, pero bueno, es la normativa. Al final, participé como jurado.
-¿Cómo es la ciudad?
-Es una ciudad chica, a una hora de Lyon y tres de París. Está cerca de todo. Me gusta vivir en las afueras, lejos del tránsito.
-¿Te dio el tiempo de extrañar?
-No, voy a empezar a extrañar cuando vea el clima veraniego allá y acá estemos muertos de frío. O en las fiestas, que acá después de la cena no hay mucho más qué hacer mientras allá sigue la fiesta.
-¿Ignacio cómo la va llevando?
-El idioma le cuesta. En el fútbol todo se habla en francés y no estaba entendiendo mucho los trabajos e indicaciones. Pero también está estudiando y ahora ya sabemos lo básico. Además, a él le dan clases especiales enfocadas en fútbol: para enseñarle términos como “pasala”, “pica”, “segunda pelota”, etcétera. Está con muchas ganas y a la espera de otra oportunidad para tener más minutos y que pueda marcar un gol. Yo le tengo mucha fe y él también. Fue todo muy abrupto. Cuando llegó, a los dos días lo pusieron a jugar, sin mucha adaptación. A los cinco días, en otro partido, jugó de titular. La comunicación era difícil en la cancha.
-¿Fue sorpresivo el pase?
-Sí, totalmente. El período de pases cerraba el 31 de agosto y ese día de mañana nos enteramos. Ya habíamos renovado con nuestra casa en Uruguay, había anotado a Faustina al colegio. El mismo día firmó el contrato y un minuto antes del cierre mandaron todos los papeles. De haber sabido antes, hubiéramos empezado a estudiar francés en Uruguay.
-¿Cuáles son tus planes en Francia?
-Me hablaron dos diseñadores, uno de Francia y otro de Italia, que me querían para desfilar y para fotos. Así que voy a estar con eso y abierta a lo que surja, siempre considerando mi rol de mamá. Tengo dos niños que cuidar. Si bien traje dos personas que me ayudan, la madre es la madre.
-¿A la cancha has ido?
-Sí, en la ciudad son muy fanáticos. Una de las cosas que nos aconsejaron fue que no viviéramos en la ciudad, tanto por lo bueno como por lo malo.
-¿Has entrado en contacto con otras parejas de futbolistas?
-Acá está el peruano Miguel Trauco, con su novia. Parece que somos amigos de toda la vida. Somos vecinos y pasamos mucho juntos. Trauco tiene un amigo viviendo con él que es bárbaro y es el estilista de él y también de Ignacio.