La nueva vida de Clarisa Abreu en México: "Estudio arte en cerámica"

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Clarisa Abreu.

CAMBIO RADICAL

La modelo uruguaya está radicada en León (México) luego de que su pareja, el futbolista argentino Santiago Colombatto, fuera contratado por el club de la ciudad azteca.

-Desde enero estás viviendo en México luego de una estadía de más de un año en Bélgica, ¿qué país preferís?

-Cada país tiene lo suyo. Aquí está bueno porque hay muchos argentinos y uruguayos, sin contar que se habla español y es más fácil la comunicación. Ya hice muchos amigos. En Bélgica, no se podía socializar mucho, pero el país en sí y la infraestructura también está muy buena. Todo es experiencia.

-¿Cómo es tu día a día en México?

-Estoy estudiando marketing y también arte en cerámica. Inicié un emprendimiento en ese rubro y me fascina. Comenzamos con una amiga colombiana que vivía en Francia: allí se puso de moda apelar a diseños exclusivos en la vajilla más allá de los moldes de platos, tazas o vasos que se hacen en China. A donde íbamos, la gente se copaba con la idea y así empezamos. Luego mi amiga tuvo que viajar y seguí sola, pero lo hago básicamente para mí. Como proyecto, tengo la idea de lanzar mi propia cápsula para personas interesadas en piezas únicas de vajilla.

-¿Usás torno?

-Sí. Es algo que ayuda a controlar la ansiedad, más en estos tiempos donde mucha gente está sufriendo diversos trastornos. Es como un espacio que te ayuda a liberarte. Cuando estoy en el torno, aprovecho a sacar el estrés del día. La técnica es difícil porque uno tiene que estar 100% concentrado en eso. Me sirvió mucho para liberar tensiones. Creé una red social para compartir las cosas que hago. Por ahora no vendo, pero la idea es hacerlo en el futuro. Yo no me quedo quieta. Está bueno hacer cambios y probando diferentes cosas.

Clarisa Abreu.
Se fue de Uruguay en 2016 y luego de estadías en Ecuador, Bélgica y ahora México, revela que ganó en paciencia y que todo le costó mucho más en el extranjero.

-¿Has tenido chances de hacer trabajos como modelo?

-En Europa hice muchas colaboraciones con marcas. En México, a pesar de que hace poco que estoy, hice algunas cosas y estoy en contacto con canales y marcas como para seguir trabajando.

-Te fuiste hace cinco años, ¿qué extrañás de Uruguay?

-Mi familia, la comida... muchas cosas. Aquí hay picante hasta en los chicles. Pero más allá de eso, me gusta. Estoy más cerca y tengo la oportunidad de viajar más seguido. En julio pasado fue la última vez que estuvo en Uruguay. Desde que me fui, trato de viajar a Uruguay al menos dos veces por año.

-¿Qué sentís que cambiaste vos en estos cinco años fuera del país?

-No me tenía mucha fe cuando me fui. No pensé que estaría tanto tiempo afuera. Obviamente que nada es como el país de uno pero hay que apostar. Está bueno cambiar y no tener miedo. En este tiempo, gané en paciencia. Uno quizás tenía todo más fácil en Uruguay: es un país chico donde todo el mundo se conoce y me hubiese gustado luchar un poco más las cosas. Hablo de cosas generales y también por mi hermano. Siempre dicen y siempre digo que ser su hermana me abrió muchas puertas. Pero luego uno se tiene que ganar sus cosas por mérito propio. Afuera del país, esa “ventaja” prácticamente no la tuve. Las cosas fuera del país me costaron el doble.

-A nivel de pareja, ¿qué proyectos tienen?

-El casamiento y ser padres es algo que hemos hablado para un futuro no muy lejano. Vamos paso a paso. Estamos muy bien, con felicidad viviendo cada etapa.

-Hubo un tiempo en que eras muy activa a nivel de redes sociales. ¿Hoy cuál es tu vínculo con ese medio?

-Sigo activa en Instagram., por donde trabajo, además. En Twitter intervengo menos, es verdad. Creo que se debe a las etapas de la vida que cada uno vive. Twitter es para otro tipo de cosas y ya no me interesa tanto hacer acotaciones o fijar opinión sobre distintas cosas. Últimamente no elijo eso. Antes era más chica y quizás me parecía divertido. O lo mismo cuando suben en TV Show alguna nota mía y aparece el comentario: “El Loco Abreu ya pagó la mensualidad”. Con esos comentarios me río, más allá de que sean maliciosos.

-Uruguay perdió feo contra Argentina. ¿Cómo se vivió el partido en tu casa, siendo tu pareja jugador de ese país e incluso integrante de la selección en juveniles?

-Es un tema motivo de rivalidad constante. El partido ese ni lo miré, pero sí nos gastamos bastante el uno con el otro. También me ha tocado hinchar por la selección argentina frente a otros equipos porque él juega ahí. El límite que no crucé todavía es el de ponerme la camiseta de Argentina. Me lo pide pero no lo hice todavía: “Dame un tiempo para procesarlo”, le respondo.

-¿Eras de esas uruguayas anti Argentina?

-No, nunca lo fui. De hecho me encanta Argentina. Trabajé en Buenos Aires y tengo muchos amigos. Solo conservo la rivalidad futbolística.

-¿Qué pensás del debate sobre la continuidad de Oscar Tabárez en la selección?

-Me encanta como entrenador, más allá de que creo que cada persona cumple su ciclo en la función que desempeña. No me parece el momento de sacarlo y menos después de todo lo que nos dio. Es un ícono; es la selección. Aunque llegado el momento, hay que hacer cambios.

-Hace un tiempo tuviste un cambio en la alimentación y tu rutina de entrenamientos.

-Sí. Tuve una etapa vegetariana pero ese cambio se debe hacer de forma paulatina y asesorada por especialistas. Porque hay nutrientes de la carne que se deben suplementar. Últimamente volví a comer pescado por lo que estrictamente soy pecevegetariana. Dejé las carnes rojas y el pollo. Tampoco consumo leche. En cuanto al entrenamiento, tengo una rutina diaria que sigo a rajatabla.

-En tus comienzos en Uruguay lo que más te gustaba era la comida chatarra e ir al gimnasio no era de tus actividades favoritas.

-Todo eso es verdad. Pero cuando una es joven no ve las cosas malas pero luego pasa el tiempo y aparecen las facturas en el espejo: los kilos de más, celulitis y las cosas se empiezan a caer por obra de la gravedad.

-¿El click vino por ese lado de la imagen o tuviste algún tema de salud?

-Sí, colesterol alto. Lo tengo todavía pero estoy tratando de controlarlo. Me mido en las comidas: no hago dieta, pero sí trato de comer sano teniendo algún permitido los sábados o los domingos. El peso también influyó. Yo tenía 10 kilos de más. Aunque soy alta y no se notaba mucho, los tenía y me sentía pesada.

-¿Cirugías estéticas?

-No tengo nada en contra de ellas y quien quiera hacerlo, que lo haga. Pero yo no pasé por el quirófano, ni lo haría. No siento la necesidad. Prefiero comer sano y hacer ejercicio.

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