La nueva vida de Verónica Alonso dedicada a la familia y el entrenamiento: "La política es una trituradora"

La exsenadora define Punta del Este como su "lugar en el mundo", cerca de los deportes de playa. Cuando no le dieron los votos para renovar su banca, dejó la militancia y por ahora descarta volver. Aquí, su historia lejos del ruedo.

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Verónica Alonso.
Fotos: Fernando Bicudo.

Desde lo alto de su apartamento en una torre de la playa brava de Punta del Este, la exsenadora Verónica Alonso contempla toda la playa brava, de punta a punta. "Es mi lugar en el mundo", dice. Allí está cerca de los deportes en el agua, de los eventos sociales con amigos y de fiestas como la del show de David Guetta a la que asistió por segundo año consecutivo. Lo que le quedó lejos fue la actividad proselitista, las discusiones parlamentarias y las "mezquinas" peleas por el poder propias de la política a la que le cerró la puerta en 2019, cuando no le alcanzaron los votos para renovar su lugar en la cámara alta.

De blanco e impecable, Verónica recibe a Sábado Show en su hogar de verano para hablar de la nueva vida alejada de la actividad política, aunque no descarta un regreso. Distendida en el living de su casa, cuenta los pormenores de su rutina en el Este y hasta se la juega al revelar a qué candidato blanco votará en las primarias de junio.

—¿Cómo son tus vacaciones en Punta del Este?

—La mejor forma de disfrutar es con familia y amigos. Más que el lugar, importa con quién. Igualmente cuando uno tiene la posibilidad de hacerlo en el mejor lugar del mundo, eso es perfecto. Punta del Este es mi lugar en el mundo.

—¿Cuáles son las actividades que más disfrutás con familia y amigos?

—Soy bastante rutinaria. Me encanta hacer ejercicio. Durante los años de mi vida política no pude hacer esas cosas tanto como me gustaban. Camino, corro, hago trekking. También me gusta hacer aparatos, pesas y esas cosas. En verano lo hago sola y en Montevideo con un personal trainer. Por otra parte disfruto de almuerzos familiares y salidas con amigos. En Punta del Este hay una vida muy activa socialmente. Voy a algunos eventos pero tampoco tengo la energía como para salir todas las noches.

—¿A cuáles le has dado prioridad?

—Fui a algunas fiestas de paradores, a un desfile en Magnum y acompañé a una amiga que presentó su marca en Jose Ignacio. Me gusta apoyar a gente que se la juega con emprendimientos propios. También fui a ver a David Guetta. Lo podía ver desde el apartamento, pero es un show que me encanta así que fuimos con 10 amigos a verlo. El año pasado fuimos y este verano quisimos repetirlo.

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Verónica Alonso.
Fotos: Fernando Bicudo.

—¿Cómo te llevás con la playa?

—Me encanta. Meterme al agua me gusta para hacer deporte con la tablita de sup, pero a veces el frío me acobarda un poco. Todo lo que tiene que ver con la naturaleza y la vida al aire libre lo disfruto mucho. Practico con la tabla SUP. Mis hijas la tenían y yo me subía cuando salíamos a navegar. Ahora con otras amigas salimos junto a la instructora Ticky Yoga a hacer actividades grupales en el agua, una especie de yoga. Una se va enganchando porque es algo que conecta mucho: estás vos con la naturaleza.

—Tenés una hija de 11, otra de 17 y otra de 21 años, ¿qué tan pendiente estás de sus salidas durante el verano?

—Es un tema que seguramente comparta con muchas madres de hijos adolescentes. Uno sufre con eso. Hay que soltar pero controlando. Es una línea difícil. Yo trato de acompañar y de estar pendiente sin invadir y ser un plomazo, aunque muchas veces lo soy. Tenemos los miedos inevitables de todos padres, sobre todo con la tercera que empieza a ir a caminar sola con amigas a Gorlero. Yo suelto todo lo que puedo, pero no siempre es fácil.

—¿Tenés alguna anécdota en este sentido?

—Me pasó de escribir, escribir, y escribir para rezongar porque no la veía en casa y creía que no había vuelto, pero estaba durmiendo en el cuarto de servicio. Son cosas que tiene el verano, que es un momento en el que se permite más, y son edades para disfrutar pero con límites.

—¿Cómo eran tus veranos cuando eras adolescente?

—Yo iba a Atlántida, mi abuelo tenía una casa ahí. Era muy tranquila, no era de salidas hasta muy tarde. Hacía ballet, natación y mucho deporte. Me acostaba temprano y era muy prolija. Me acuerdo que iba al centro de Atlántida con amigas. Pero no tengo recuerdos de bolichear. No fumaba, no tomaba. Nunca tomé alcohol en mi vida. No necesito eso para liberarme ni divertirme más. Ni siquiera lo hice por la presión social del grupo en la adolescencia. Tampoco era como se dice una “nerd” ni tenía ningún problema, tenía amigas y salía a divertirme, pero priorizaba el día porque me encantaba hacer deporte y competir. Esos hábitos hacían que la noche no fuera mi prioridad.

—Te alejaste de la política en 2019 luego de no renovar la banca en el senado, ¿cómo fue ese proceso?

—Yo no continúo a partir de la no renovación de la banca. A mí no me fue como me hubiera gustado y no llegamos a la banca en el Senado. Si a un equipo no le alcanzan los goles se tiene que ir para su casa. Al haber tomado decisiones que no fueron las acertadas implicó no seguir en el proyecto ni estar en el gobierno.

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Verónica Alonso.
Fotos: Fernando Bicudo

—Pero decidiste dejar de trabajar en política.

—Definitivamente fue una decisión pero producto de un mal resultado. Sentí que era un momento en el que había que bajar las revoluciones. Después seguí en contacto con los dirigentes de todo el país porque no era justo desaparecer de un día para el otro. Seguimos hablando para que ellos puedan avanzar sin mi figura porque yo había decidido correrme para dedicarme a la familia.

—Al comienzo decías que podés disfrutar más de tu familia y de las actividades deportivas ahora que estás alejada de la política, ¿qué tan grande es la diferencia?

—Es enorme. La política tiene algo que te va consumiendo y hace que pierdas la noción del tiempo. Te saca tiempo para tu familia y tus amigos. Te consume el día y no solo perdés la libertad física sino la mental. Vos podés estar en un lugar pero tu cabeza sigue pensando en la política. Se critica mucho a los políticos, pero hoy miro a mis excompañeros y pienso “qué vida sacrificada”. A mí me sacó mucho tiempo que estoy tratando de recuperar.

—¿Cuando los ves en este período preelectoral te dan ganas de volver o sentís alivio por no estar en su lugar?

—Hoy no extraño nada. Al principio sí. Yo venía a 300 kilómetros por hora y frené de un momento a otro. Estaba acostumbrada al ritmo de la política y me tuve que replantear todo después de muchos años. Además me gustaba mucho lo que hacía, más allá de las cosas no tan buenas. En la vida política pasé los mejores y los peores momentos de mi vida.

—¿Cuáles fueron los mejores?

—Cuando tenía la respuesta de la gente después de lograr determinadas cosas. Lograr avances en la ley de adopción me llenaba el alma, lograr avances en la ley de discapacidad me regocijaba más que cualquier otra cosa, tener el abrazo de la gente por cosas que capaz que no están en el título de un diario pero que hacen a la vida cotidiana de muchas personas era una satisfacción enorme. También los momentos en los que lográs ganar el lugar para el que te postulaste, no por el lugar en sí sino porque eso te permite tomar estas decisiones después.

—¿Y los peores?

—La política también tiene lo duro de las deslealtades. Uno se tiene que cuidar porque no todos los que están alrededor actúan con los valores, principios o códigos que a uno le gustaría. La política muchas veces tiene esa cosa mezquina de tratar de matarte para ocupar tu lugar, eso de ver si puedo sacar al otro para ubicarme yo.

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Verónica Alonso.
Fotos: Fernando Bicudo

—¿Perdiste mucho dinero con la política?

—Sí, la política es una trituradora desde todo punto de vista. Deja muchas cosas en el camino. Cuando tomé la decisión de ser precandidata para competir en una interna tuve que armar y mantener una estructura en todo el país. Eso implica un sacrificio también desde lo económico. Lo hice con mucho esfuerzo, pero era parte de ese proyecto por el que yo apostaba.

—Pareciera que las satisfacciones ocupan un porcentaje menor en relación al esfuerzo que implica la actividad política.

—Sí, pero siempre sentí que valía la pena. Siempre estuve convencida de eso. Ahora que estoy afuera pienso que si volviera sería para que valga la pena más allá de todo el esfuerzo que sé que implica. Si volviera lo haría asumiendo todo ese combo.

—¿Volverías?

—No tengo claro si mañana me gustaría volver o no. No está en mis planes, pero no es un no cerrado.

—¿Tenés definido a quién vas a votar en la interna blanca?

—Tengo una muy buena relación con los precandidatos. Con Laura (Raffo) he compartido distintas instancias más vinculadas a lo empresarial. Es una mujer capaz, inteligente, fuerte y preparada. Me encanta que haya una mujer precandidata en el partido. Pero por conocerlo más creo que Álvaro (Delgado) es el candidato que tiene las mejores condiciones para mantener y continuar con este gobierno. Es un gran dialogador y un hombre muy inteligente. Va a hacer una buena campaña y va a marcar la continuidad de un gobierno que fue excelente. Ojalá que pueda seguir adelante con todos los cambios y propuestas que se vienen llevando adelante. Si en Uruguay hubiera reelección, no dudo que Lacalle Pou ganaría. Pero en Uruguay no hay reelección y pienso que Álvaro cumpliría muy bien esa continuidad que el país necesita.

Verónica Alonso

—Con Jorge Gandini nunca hubo buena sintonía...

—Fue un compañero del partido que ojalá le vaya bien para que le vaya bien al partido.

—¿Cómo es hoy la relación con Lacalle Pou?

—Tengo una buena relación desde lo personal. Me llamó cuando falleció mi madre y yo lo valoro. En esas cosas él es muy presente y tiene ese tipo de actitudes. Más allá de que tuve decisiones políticas que no le gustaron, sé que en los momentos difíciles su llamada está.

—¿Qué balance hacés de su gobierno?

—Si tuviera que definir al gobierno lo haría con cuatro palabras: coraje, firmeza, coherencia y transparencia. Esos conceptos hablan de la figura de Lacalle Pou y de cómo manejó su gobierno desde el inicio con la tormenta del Covid-19. Hizo que todos sintiéramos orgullo y tranquilidad. Yo quiero un capitán que sepa timonear el barco como lo hace Lacalle Pou. Demostró a todos su capacidad y madurez, incluso a aquellos que todavía lo veían como una incógnita. En otras situaciones como la crisis hídrica también lo manejó bien. Y en los errores que se cometieron también tuvo esos conceptos presentes a la hora de correr ministros o sacar al que tenía que sacar. El balance es muy bueno desde todo punto de vista. Le pongo un sote.

—Vos competiste contra él en la interna blanca, ¿qué matiz habría tenido un gobierno en el que hubieras tenido protagonismo?

—Son cosas muy chiquitas. Yo destaco hasta el coraje de sacar adelante la reforma de la seguridad social, que era una de mis propuestas. Muchos hablaban de eso pero nadie se animaba a hacerlo porque tiene un costo político alto. Él se animó.

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