La periodista Karen Todoroff atraviesa del “mejor verano de su vida” en Punta del Este. Después de vivir dos años y medio en Chile, volvió por un mes para trabajar de lo que más le gusta como conductora de Aspen Express en la radio esteña y pudo incorporar a su rutina mañanas de playa, tardes de gimnasia y salidas nocturnas.
Antes de regresar a Santiago, donde se mudó en busca de ampliar sus horizontes profesionales, habla de los momentos más duros que sufrió en el país trasandino. “Me sentí muy sola y me faltó contención”, recuerda sobre los días en los que enfrentó una separación poco después de haberse instalado en este sitio.
La comunicadora, que en la pantalla local alcanzó popularidad de la mano del periodismo deportivo, revela que si bien hoy disfruta de trabajar en medios chilenos sueña con poder volver definitivamente a su país, aunque implique “empezar de cero”. “Cuando me fui vendí mis muebles, mi heladera y hasta el auto”, revela.
-¿Cómo fue volver a Uruguay después de estar dos años y medio viviendo en Chile?
-Hace mucho tiempo que tenía ganas de volver al país. Desde que me mudé a Chile no había podido volver. Estaba extrañando, en especial lo afectivo. Necesitaba hacer cosas con amigos, ver gente conocida y tener contención. Yo quería ver cómo conectaba de vuelta con el país y me sentí demasiado bien. Me acuerdo que los primeros días que estuve en Punta del Este no había sol y sin embargo yo salía todos los días a la costa porque estaba extrañando el olor a mar. Hay cosas que uno tiene en el país pero no les da el valor que realmente merecen, y cuando está en otro lugar las extraña.
-Volviste a Uruguay para estar al frente de un ciclo en Aspen que hiciste durante enero, ¿cómo surgió esta posibilidad?
-El universo me lo puso porque yo estaba con ganas de hacer algo en Uruguay. Ya había empezado a tirar líneas en cuanto lo laboral para gestar un regreso. Necesitaba respirar Uruguay. Esta posibilidad en particular surgió porque grabé unas locuciones para Aspen y a partir de ahí me propusieron hacer la temporada. El 9 de diciembre ya estaba en Uruguay y a la semana siguiente en Punta del Este. Fue el mejor verano de mi vida. Pude hacer radio que es lo que más me gusta y además tuve el placer de trabajar en Punta del Este que es una ciudad hermosa. Estoy muy agradecida con Eduardo Lamaison y todo el equipo de la radio.
-¿Qué fue lo primero que hiciste cuando pisaste Uruguay?
-Tenía mucha gente para ver. Lo más importante era mi familia. También hice varias actividades con amigos. Justo unos pocos días después de que llegué tocó No te va gustar en la Rambla y a mí me encanta así que fui a ver el show. Ya había arreglado la entrada desde Chile.
-¿Tenés ganas de quedarte?, ¿existe esa posibilidad?
-Me gustaría. Desde que volví a Uruguay cambió mi energía. El lunes regreso a Chile, pero estoy hablando con varias personas para ver la posibilidad de volver a trabajar en medios uruguayos. Para mudarme definitivamente a Uruguay tengo que tener algo concreto. En algún punto tengo que empezar de vuelta. Yo vendí todo en Uruguay: heladera, muebles y hasta el auto. Tendría que tener algo seguro que me permita una estabilidad.

-¿Se te hizo cuesta arriba vivir en Chile durante el último tiempo?
-Chile es un país maravilloso, con gente muy hospitalaria y respetuosa. Estaría feliz si pudiera tener un nuevo trabajo en medios chilenos. Pero pasé por momentos muy difíciles y me hizo falta la contención que después encontré en Uruguay. Estaba muy sola y me sentía muy sola. Conecté con gente divina, pero no tenía los grupos de amigos que tengo en Montevideo. Y si bien está mi hermana viviendo en Chile, me faltaba todo el resto de mi familia.
-¿Originalmente te mudaste porque te enamoraste de un muchacho chileno?
-Fue la gota que rebasó el vaso. Yo quería abrir el espectro profesional. Quería volver al periodismo deportivo y también probar otras cosas. En aquel momento en Uruguay no lo estaba consiguiendo y ponerme en pareja fue lo que ayudó a terminar de decidirme.
-¿La separación estando en otro país fue uno de los momentos más difíciles?
-Sí, tuve un bajón y estuve mal emocionalmente. Cuando me mudé a Chile yo le dije de ir a un hotel primero, pero él no quiso. Vino a buscarme y me dijo que fuera a su casa. No funcionó hacer todo tan rápido, pero en la vida tampoco está mal hacer locuras a veces. El tema fue que cuando me separé todavía ni siquiera tenía los documentos. Y al año el otro momento muy duro fue cuando me quedé sin trabajo. Si bien perder un trabajo a nadie le gusta lo asimilás de otra manera. Son días que uno piensa para dónde arranca, pero después sigue de largo. Yo soy luchadora y persistente. Con el tiempo aparecieron otras oportunidades pero puntuales y que no alcanzaban para pagar un alquiler todos los meses.
-¿Cómo enfrentaste la separación estando sola en Chile?
-Fue muy duro. No conocía a nadie para buscar un apartamento para vivir. Era muy nueva en el país y no había generado contactos. Estaba muy sola. Igual quise quedarme para pelearla. Le di una oportunidad al país y no quise tomar decisiones en caliente. Resolví quedarme y enseguida después de la separación empecé a trabajar. Después conocí más gente y fui abriéndome más.

-¿Qué te dejaron las experiencias laborales en Chile?
-Trabajar en medios cuesta en todos lados, pero siendo extranjera cuesta más. En cualquier país pasa que primero tienen la oportunidad los que son locales. Por otra parte, me sirvió para conocerme más y crecer hacia adentro. Para algunas cosas antes pensaba “esto no lo lograría” y después cuando estuve ante determinada situación saqué fuerzas para conseguirlo. Enfrenté una separación y una pérdida de laburo estando sola en otro país, por ejemplo. En aquel momento trabajé como anfitriona en un restaurante, pero no me hallé. Me tuve que adaptar a varias cosas que el país me fue enseñando.
-¿Por ejemplo?
-Chile me ayudó en el crecimiento personal pero también en el profesional porque tiene un modelo muy distinto al uruguayo. Nosotros somos de hablar mucho, pisarnos y debatir en los programas deportivos. En Chile es todo mucho más tranquilo y respetuoso. Me ayudó a involucrarme en otro tipo de periodismo.
-¿Te costó algo de la cultura chilena en el día a día?
-La forma de ser del chileno es más tranquila y reservada. A Uruguay le vendría bien tener algo de esa forma híperordenada que tienen ellos. Pero de la misma forma a Chile le falta un poco de la flexibilidad del uruguayo. Y al ser más reservados es más difícil saber qué es lo que piensan realmente o lo que quieren de uno. El uruguayo es más directo.
-¿Conociste a alguien durante la temporada de Punta del Este?
-En Punta del Este uno conoce gente todo el tiempo (risas). Conocí a alguien que es uruguayo y no es del rubro deportivo. Pero hay cosas que prefiero reservarme.
-¿Te has cruzado con muchos futbolistas durante tus días en el Este?
-Sí, me crucé con varios. Fui a Ovo, por ejemplo, y estaban (Fernando) Muslera con su señora y también Diego Lugano.