ENTREVISTA
La joven conductora repasa su carrera y cuenta sobre "Amamos el talento", participar en "Subrayado y también sus móviles en "La mañana en casa".
Noelia Etcheverry se ganó el apodo de “la Trini” gracias a Petru Valensky, su compañero en La mañana en casa. El sobrenombre, “es el regalo más lindo que me pudo hacer”, dice, surgió porque siempre habla del interior. Tanto le gustó a ella y a la audiencia que se ha convertido en su segundo nombre. “La gente en la calle no me dice Noelia, me dice Trini”, dice Etcheverry quien tiene una de las agendas más ocupadas de la televisión. Junto a María Inés Obaldía, Petru Valensky y Kairo Herrera es una de las conductoras de La mañana en casa; también realiza coberturas en vivo para distintas ediciones de Subrayado, y desde la semana pasada es una de las conductoras de Amamos el talento, junto a Kairo Herrera, programa que muestra lo que no se vio de Got Talent Uruguay. Sobre los nervios de estar al frente de un programa en horario central, el interior y sus carreras en Montevideo, habló “la trini” con Sábado Show
—¿Es la primera vez que estás al frente de un programa de televisión?
—Para mí es mi primer programa donde estoy como conductora en Canal 10. El año pasado hice En cartel donde se presentaban humoristas pero iba los domingos a la noche y era un programa más de entrevistas con ellos. Amamos el talento es el primer programa en horario central, también es una de las apuestas del canal. Por eso para mí es mi primer programa como conductora, así lo tomo.
—¿Muchos nervios?
—Tremendo. Eran las tres de la mañana y no me podía dormir. Porque es otra responsabilidad, otro horario, está tremendo. El primer episodio tuvo mucho guion, estaban los jurados en el piso, también Natalia Oreiro y Agustín Casanova desde Buenos Aires, era mucha gente pero estuvo divino. Yo estoy feliz y re agradecida.
—Viajaste por el interior, ¿cómo fue estar con Natalia Oreiro?
-Es divina, es tan profesional. La admiraba cuando iba al interior porque se llegaba, se ponía a ensayar lo que tenía para decir, aunque sean 20 segundos. Está bueno porque ves eso y te enseña ver gente tan grossa trabajando, eso fue un tremendo regalo.
—Pero vos has trabajando con gente importante en la televisión. Sin ir más lejos ahora estás con María Inés Obaldía, Kairo Herrera y Petru Valensky en La mañana en casa.
—Sí, un montón de gente. Porque además de estar frente a la cámara he sido asistente de producción. Está bueno estar del otro lado también porque se aprende pila. Y trabajar con Petru, María Inés, Kairo, es genial.
—¿Cómo ha sido trabajar junto a Blanca Rodríguez en Subrayado?
—Me sentaron dos veces en el piso de Subrayado al lado de Blanca y ha sido como lo máximo. Ahí sí los nervios que pasé no los puedo explicar. Blanca es lo máximo. Y yo los observo mucho, aprendo mucho de ellos mirándolos, cómo se manejan, cómo se preparan, siempre pido consejos porque no es el trabajo de uno solo, la televisión es el trabajo de muchas partes, camarógrafos, productor y la audiencia que es quien nos pone en la televisión todos los días. Y sí, he tenido grandes, grandes, maestros y estoy feliz de estar con los grandes ahora también trabajando. Pero he pasado por muchos lugares.
—A los 15 años empezaste en los medios y desde entonces no has parado de trabajar y construir tu carrera.
—Es una locura. En realidad no tenía nada que ver con la televisión. Cantaba tangos en Trinidad mientras iba al liceo, o sea, nada que ver. Un muchacho me vio y me llamó para hacer un programa, dije voy a ver y así fue como me di cuenta de que esto es lo que quería hacer y es mi vocación. Descubrí mi vocación de chica y eso es bueno porque hay gente que le lleva mucho tiempo encontrarla y saber qué es lo que quiere hacer. Ahí lo descubrí. Y en Flores trabajé con 15 años en la radio y en el canal de allá. Con 17 años me vine para Montevideo.
—En ese entonces estudiar comunicación no estaba en tus planes. ¿Qué hacías estudiando Relaciones Internacionales?
—Si, hice un año en una adaptación espantosa, lloraba, me quería ir de Montevideo. Fue horrible. Todos los fines de semana iba a Flores y les decía a mis padres que me quería volver y ellos me decían que no, “es lo único que te podemos dar, un título para que te defiendas en la vida”, me decían. Mis padres hicieron un sacrificio enorme para que pudiera venir a Montevideo. Y me quedé porque me insistieron, si me hubiesen dicho volvete, no estaría acá. Por eso digo que uno solo no es nada, uno es la suma de mucha gente, de las oportunidades que a uno se le dan, así que me quedé. Después hice un año de Trabajo social, también nada que ver.
—Cómo mínimo desentonabas en Relaciones Internacionales. ¿Cómo te sentías en la facultad de derecho?
—No sé que hacía ahí. Una canaria que no sabía dónde estaba parada. Te juro que nada que ver, sapo de otro pozo. Ni sé porqué me había anotado en esa carrera que no era para mí. Igual ya está, sumó como experiencia. Ya el venirme para acá fue un crecimiento. Y me duró un año, en Trabajo Social me resolvía mejor. Lo mío siempre fueron los medios y entonces me presenté al concurso CONTA y la vida me demostró que era por este lado. Gané el CONTA que fue un sueño, fue increíble y fue mi primera oportunidad para entrar a los medios.
—Y desde entonces has estado en varios programas.
—Estuve en La culpa es nuestra que hacían el Piñe y Cammarota, después hice un cásting interno en el canal para hacer Desvenados que hacíamos con Pablo Robles. Y estuvimos un año y medio haciendo el programa. Terminaba a las tres y media de la madrugada y de ahí me iba a la facultad que empezaba a las ocho de la mañana. Y me dormía sentada, pero la hice y la terminé a la facultad.
—¿Cómo fue hacer un programa como Desvelados que sólo se transmitía en la madrugada?
—Fue un terrible entrenamiento, porque el programa iba todos los días y era en vivo. Nosotros pasábamos bárbaro, nos divertíamos mucho hasta que el canal nos dijo que el programa se terminaba.
—¿Y entonces?
—Estuvo difícil. Yo venía súper contenta con lo que estaba haciendo y se me terminó de la noche a la mañana. Ahí mis padres nuevamente me apoyaron para que siguiera haciendo lo que quería y que siguiera estudiando. Así surgió un programa en Canal 5 que era un concurso de estudiantes de liceo que recorríamos el país. Estaba muy bueno y lo hacía con la misma productora con la que hacía Telemental y ahí empecé a trabajar como asistente de producción. Después fui asistente de producción en Consentidas y después pasé a VTV donde hice móviles en vivo. Con Verano a la carta retomé mis salidas al aire. Estuve en Buscadores, En la mira, pasé por TV Ciudad y después retomé en Canal 10.
—¿Cómo fue trabajar con Gabriel Pereyra?
—Hacía notas y trabajaba con él. Fue lo primero periodístico y fue un tremendo profesor. Estuve un año trabajando con ellos y fue una experiencia divina. Siempre me fui de los lugares porque me encontré con otra oportunidad, nunca me quedé en un lugar. Esta es la primera vez que siento que estoy en mi casa. No me imagino estar en otro canal.
—Eso de estar en tu casa es metafórico y literalmente.
—Sí, paso más horas en el canal que en mi casa pero realmente se las dedico con mucho amor porque acá se me están dando muchas posibilidades y hace tres años que estoy. Empecé haciendo móviles.
—¿Qué te gusta tanto de hacer móviles?
—Me gusta. Vos imaginate, todos los días vamos a lugares distintos, conocemos historias, conocemos gente, el intercambio con el otro te enriquece y potencia. Todos los días hay una historia por conocer y contar. Los lugares que hemos conocido, es muy enriquecedor. Les pedí a los del canal que me dejaran mostrar los festivales y este es el segundo año, y yo feliz, imaginate.
—Al ser de Trinidad, tenés una mirada de respeto hacia las personas del interior, cosa que no siempre se ve en televisión.
—El interior, para mí es mi esencia. Iba a los festivales cuando era niña. Todo diciembre le pedía a mis padres que me dejaran ir a acampar a Andrecito. He salido en caballo a pasear los 25 de Agosto, amo la tradición y los festivales. Me encanta todo eso, entonces voy feliz, y mostrar eso en un canal de televisión, agradezco pila esas posibilidades. Y ahí me siento una más.
—Sos vos misma.
—Sí, no sé si es el mejor secreto o cómo llamarlo, pero uno tiene que ser como es. Yo soy lo que ves, así, siempre, en Subrayado soy un poco más correcta, pero bueno. Respeto todo, pero lo importante es ser quien uno es. Eso me ha llevado a estar en el lugar que me encuentro hoy.