LEGADO
Los hijos varones del relator tomaron la posta de las transmisiones y programas deportivos de Radio El Espectador. En ocasiones, Lali ha adoptado el “pa, pa, pa” para los triples.
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Alejandro "Lali" Sonsol
(28 años) perdió a su padre y a su ídolo en el mismo momento. Diego Sonsol (32) ya lo había cantado parafraseando un tema de Las pastillas del abuelo: "Lo juro por mi pellejo / para mí Dios es mi viejo".A un casi un mes del repentino fallecimiento de Alberto Sonsol, sus hijos varones se afianzan como continuadores de su legado. Con un dolor que a veces es "más grande que el cuerpo", como ha comparado su hermana Micaela (22 años), se pusieron al frente de los programas radiales que ya integraban (Tuya y mía y Básquetbol de primera) y de las transmisiones deportivas de radio El Espectador (810 AM).
La cara más visible del fenómeno la protagoniza Lali, quien fue convocado por Tenfield para relatar el partido final que coronó a Nacional como campeón uruguayotras ganarle a Rentistas. El domingo pasado, además, estuvo en el panel de análisis de Punto penal (Canal 10). Aunque se trata por ahora de invitaciones puntuales, los Sonsol buscan continuar la huella de uno de los comunicadores que marcaron los últimos años de la TV y de la radio.
Inclusive, en los relatos radiales de básquetbol, Lali ha tomado en herencia la muletilla del "pa, pa, pa" para los triples. No sabe si la adoptará para siempre. Por ahora solo lo emplea en ocasiones concretas, cuando el corazón se lo indica en medio de "la montaña rusa de emociones" que le implica relatar por estos días.
El del @monobavosi el más especial hasta acá porque fue para ganar.
Sé del cariño que le tenías y sé lo que él te extraña.
"Un Mono, un Mono anda suelto en el Parque, un Mono anda suelto en el Parque Villa Biarritz" también aplicaba, pero era abusar jeje... vos me entendés, pa. https://t.co/cLYeU88o6q pic.twitter.com/HUrvbHnBoL— Alejandro Sonsol (@LaliSonsol) April 12, 2021
"Toda la vida lo admiré y lo idolatré. Más allá de como padre, por lo que hacía al aire. Siempre fue mi referente pero tenía el dilema de que al mismo tiempo yo trataba de no ser "el hijo de". Sin embargo, desde que no está, ser su hijo se convirtió en mi mayor orgullo y mi mayor bandera", cuenta Lali Sonsol.
El periodista se formó en comunicación, es coautor de una biografía de Richard "Chengue" Morales y comenzó en los relatos en 2015. Desde 2017, además, integra Tuya y mía y Básquetbol de primera, los programas deportivos liderados por Alberto Sonsol y producidos por él una vez que desembarcó en Radio El Espectador en ese año.
El camino de Diego Sonsol en los medios es parecido pero diferente. También amante del deporte, el hijo mayor fue jugador profesional de fútbol, lo que propició en 2012 que Alberto relatara un partido que tenía a su hijo como uno de los protagonistas vistiendo la camiseta de Cerrito ante Nacional. Fiel a su estilo auténtico, Alberto lo llamó "mi hijo" o "el nene" a lo largo de todo el relato.
En 2014, Diego Sonsol dejó la pelota. Plaza Colonia fue su último equipo. Se dedicó a trabajar en el área administrativa de una empresa hasta que en 2017 su padre lo convocó para Tuya y mía. Empezó como una prueba y le fue gustando: hoy es uno de los comentaristas de las transmisiones deportivas de El Espectador, además de integrar la mesa de análisis de los programas radiales.
"Nunca estudié periodismo y hasta que no empecé a hacerlo no lo tenía pensado para mi vida. Pero una vez que arranqué me di cuenta de que había hecho un postgrado sin saberlo viviendo con él. Sentí que tenía gran parte del camino recorrido", asegura y añade que el padre solía ser muy exigente con él mismo y también con sus hijos. "Tuve al mejor profesor".
En la consideración de Diego, "ser hijo de" abre puertas pero ahora está los hermanos el desafío de continuar con el legado. "Ojalá estemos a la altura. Nos preparamos con el mejor".
La infección con coronavirus de Alberto Sonsol se confirmó el viernes 12 de marzo. El día anterior, en los estudios de El Espectador, padre e hijos hicieron los programas radiales como un día más. Se saludaron con un choque de puños y cada uno para su casa. Ninguno sospechó que ese sería su último encuentro presencial.
El martes 16 fue internado por baja oxigenación en sangre. La insuficiencia respiratoria siguió agravándose hasta que el sábado 20 lo derivaron a CTI, donde se le aplicó respiración asistida.
El jueves 25, en la mañana, el reporte médico indicaba que la situación de Sonsol era "grave, extrema, pero no irreversible". Al mediodía, los profesionales hablaban de un cuadro "grave y extremo" sin menciones a una posible reversibilidad. A las 18:45, por teléfono, comunicaron el fallecimiento. Había atendido Micaela Sonsol la llamada.
"Para mí fue como se lo llevaran los extraterrestres. O que falleciera en un accidente. No puedo creer que 13 días antes estábamos hablando de fútbol como si nada", asegura Diego Sonsol.
Los hijos y también la esposa Patricia Datz transitan el duelo como pueden, pero juntos. Debido a que toda la familia contrajo el virus, debieron estar aislados y los varones, que se habían emancipado, volvieron a la casa paterna, donde todavía siguen.
"Mi mayor consuelo es saber que se fue en su auge total, no solo a nivel laboral sino personal. Alguien decía que un tipo así no se podía ir viejito, degradándose. Se tenía que ir de forma inesperada e impactante como fue su vida", dice Lali Sonsol.
No quedaron asuntos pendientes entre el padre y los hijos. Sin conocer de este desenlace abrupto, Alberto, Diego y Lali tuvieron una charla a fondo en febrero que abordó un escenario hipotético de un mañana sin el liderazgo del relator y periodista. Él expresó algunas dudas por ciertos aspectos a mejorar en el desempeño de sus hijos. Pero Lali lo tranquilizó con un mensaje que le envió luego de la charla. Concedió que por momentos ellos se descansaban en él. Pero luego agregó: "Quedate tranquilo que llegado el momento vamos a estar preparados porque vos nos preparaste".