ENTREVISTA
Señalado como el responsable de la desvinculación de Hughes del programa, el exsindicalista se defiende y habla de su nuevo rol como panelista en televisión.
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Eduardo “Lalo” Fernández
es una de las revelaciones del año en Polémica en el Bar. Luego de ser senador, dirigente sindical y secretario general del Partido Socialista, debutó como panelista hace tres meses y en cada emisión se mueve como pez en el agua entre las discusiones de actualidad. Asegura que la gente en la feria le pide saludos al aire y que el público le repite en la calle sus latiguillos que se hicieron virales en internet.Su incorporación no estuvo exenta de escándalo ya que provocó la abrupta renuncia de Conrado Hughes, quien alegó haber recibido ataques personales por parte de Fernández. En su primera entrevista como figura televisiva, el aludido se desentiende de esa situación y ratifica todos sus dichos en los debates al aire. “Yo no me pasé para nada”, sostiene.
-¿Cómo se dio tu incorporación a Polémica en el Bar?
-En julio me llamaron y me preguntaron si me animaba. Trataban de que el programa no estuviera volcado hacia un lado. Evidentemente en Polémica en el Bar había muchas críticas hacia el Frente Amplio y buscaban a alguien que se parara de ese lado.
-¿Cómo te sentiste en el primer programa?
-Me costó un poco, al principio me pegaron los nervios, pero después le fui agarrando la mano. El papel que hago es de discutir y me parece que lo llevo bien. Yo me siento cómodo. Hay una responsabilidad porque hay cosas que se plantean ahí con las que uno está totalmente en desacuerdo. El tema está en decirlo de la mejor manera en un espacio en el que permanentemente uno habla arriba del otro. Hay que encontrar el momento para decirlo, decirlo bien y sin caerle mal al televidente. Yo no soy periodista ni un hombre del espectáculo, soy un exsindicalista y un exdirigente político. Me manejo de acuerdo a mi experiencia. Igualmente siempre le pido a los productores que si ven algo que no les gusta me lo digan.
-¿Te han hecho alguna devolución?
-No, pero mis allegados me corrigen y me dicen que no cruce tanto las manos y los brazos.
-¿Vos tenías esa sensación de que el programa estaba “volcado” hacia un lado políticamente?
-Yo no era un seguidor permanente del programa, pero notaba que en las discusiones siempre se decía que todo lo que pasa ahora es culpa de lo que hizo el Frente Amplio antes. Todavía me molesta cuando dicen que todo es culpa del gobierno anterior, y que el actual no tiene ninguna responsabilidad.
-El exdirector de la OPP Álvaro García llegó a decir al aire que al programa le faltaba un referente en el panel que representara a la izquierda.
-Sí, él lo expuso al aire. Yo asumo que eso hizo que los productores tomaran la decisión de llevarme para equilibrar. Lo asumo yo, no me dijeron nada. Un día me crucé a Álvaro y me dijo “mirá que fui yo el que pidió por alguien así en el programa”.
-¿Sentís mayor exposición pública desde tu debut en Polémica en el Bar?
-Yo creo que la mayoría de la gente me conocía más por otro lado. En AEBU y en el Pit-cnt mi exposición fue muy importante con salidas en todos los medios. Pero entiendo que esto es otra cosa. Tengo amigos que me dicen “estás de actor”. Es que pasé de ser un dirigente sindical y político a estar en un programa de televisión que no es un periodístico profundo sino que tiene cuestiones de entretenimiento y humor. Yo noto esa diferencia en la calle. En la feria de mi barrio varios me piden que les mande saludos al aire en el programa. Cuando lo hago, El Piñe y los demás me acusan de hacer canje con los puestos en la feria (risas).
-¿Viste los videos con tus discusiones en Polémica en el Bar que edita el canal de You Tube Zin Tv y son furor en internet?
-Sí, vi algunos. Se hizo famoso el gesto de “¡otra vez con El Che Guevara!”. Lo ponen para todo y quedó. Hace poco fui a conocer la UAM y algunos me gritaban “ay, ¡el Che Guevara!”.
-¿Qué lectura hacés de la salida de Conrado Hughes del programa, que explicó que renunció por las agresiones que recibía al aire de tu parte?
-La salida de Conrado me sorprendió. Nunca me vino a decir nada. Yo entendía que los planteos muy duros que él hacía, yo se los contestaba de igual a igual. Cuando me enteré que se iba me pregunté si tendría que hablar con él, pero por otro lado pensé “¿por qué no vino él a hablar conmigo?”. Por lo que me dijeron, su argumento ante la producción fue que la familia le había aconsejado que se retire porque se estaba poniendo muy nervioso y violento. Lo podría haber hablado conmigo y hubiéramos pensado otra forma de discutir entre nosotros. Sin embargo, prefirió salir a hablar públicamente de algo que a mí nunca me planteó. Para mí esos problemas no existieron.
-¿No hubo ninguna situación de tensión entre ustedes que no se haya visto al aire?
-Sé que para el que lee las declaraciones de él, queda la sensación de que entre nosotros hubo un problema fuera del aire. Pero no hubo nada. Solo una vez vino a decirme “no podés decir eso porque hay cosas que están mal”. Le dije que lo aclare al aire.
-A él le molestó que lo tildaras de “funcionario público”.
-Sí, le molestó eso, pero yo reafirmo que un dirigente político en un cargo de conducción de gobierno es funcionario público. Y él fue director de la OPP. También se molestó un día que él estaba criticando a los asesores y yo le dije que él había sido asesor de la Intendencia de Maldonado calladito por el costado. No quise decir que era ilegal sino que nadie lo sabía. No dije nada equivocado.
-¿Sentís que utilizaste algún término que deberías haber omitido?
-No. Es la polémica. Yo no me pasé para nada. Pero insisto: si él me hubiera planteado que me pasé con algo, lo hubiéramos hablado. Los hombres y las mujeres tenemos derecho a equivocarnos y la obligación de disculparnos.
-¿En algún momento te sentiste incómodo como él con estos intercambios al aire?
-No. En otra de las discusiones me acuerdo que él insistía con el Che Guevara, y yo le planteé que Aparicio Saravia también había sido revolucionario. Me dijo que me iban a hacer un juicio por eso. Yo lo sostengo.
-¿Te hubiera gustado que siguiera en el programa?
-No es que me hubiera gustado o no me hubiera gustado. Lamenté que se fuera e invoque que haya sido por un problema conmigo. Si él hubiera dicho que no quería seguirse exponiendo por su edad, lo hubiera entendido.
-¿Cómo era tu relación con él antes de el programa?
-Siempre tuvimos buena relación. Nos conocimos en 1991, cuando él era director de la OPP, y negociábamos bien. Siempre nos encontramos, discutimos y nunca hubo un intercambio duro.
-¿A qué le atribuís el éxito del programa?, ¿hay una avidez del público por el debate?
-¿Te gusta Santo y Seña (Canal 4), la competencia directa de Polémica en el Bar?
-Hace muchos años dejé de verlo. Al principio había gente que me gustaba e investigaciones que eran buenas, pero después se fueron torciendo. Son muy de buscar el titular. Tampoco quiero juzgar porque actualmente no lo estoy viendo. Con (Ignacio) Álvarez hablé hace muchos años en Sarandí, y me empezó a gritar y rezongar hasta que en un momento le dije que iba a cortar el teléfono.
-¿Preferís el debate de Polémica en el Bar o el del Parlamento?
-Es muy distinto. En Polémica en el Bar hay algunas cosas que se dicen y uno piensa “no puede estar diciendo esto”. Eso pasa porque no hay responsabilidades. El debate del Parlamento, que a veces se bastardea, es una discusión seria. Lo que sucede es que muchas veces quedan las anécdotas. A mí me tocó estar en el Senado y la polémica en la Cámara me encantaba. Cuando estuve había un respeto muy grande entre los legisladores. El día que prometí para asumir, vi que un fotógrafo me sacaba fotos y en ese momento se me acerca Luis Alberto Lacalle de Herrera para abrazarme y no me soltaba. Me dijo a las risas: “en todas las fotos vas a salir conmigo”. Había respeto pese a las diferencias. Yo creo que al Parlamento se lo bastardea mucho, y hay que defenderlo. La política puede ser mal usada por muchos, pero es sustancial para la democracia.
-¿No creés que la discusión parlamentaria se ha ido degradando?
-Ahora la gente se queja de que las interpelaciones duran 12 o 20 horas pero antes pasaba lo mismo. La diferencia es que no había televisión ni redes sociales. Las redes dejan en evidencia las macanas que se mandan, entonces obligan a manejarse de una manera distinta. Las formas de hacer política son diferentes.
-Para cerrar, ¿tenés resuelto a quién vas a votar en las elecciones internas del Frente Amplio?
-Voy a votar al Partido Socialista, por supuesto.