—Participaste de una nueva edición de la Cena de Famosos en Punta del Este, ¿qué te une a este evento del que has formado parte en varias oportunidades?

—Siempre me resulta muy lindo venir porque es a beneficio (de la fundación humanitaria Procasmu). Llega un momento de la vida en el que uno solo piensa en devolver. A mí me honra estar acá.

—Muchas veces se dice que en el medio artístico las figuras tienen que mostrarse sonrientes para el público, pero que puertas adentro se sufre la soledad y la angustia, ¿atravesaste por este tipo de situaciones a lo largo de tu carrera?

—Sé que es algo que pasa, de hecho varios de los presentes en el evento atravesaron situaciones de depresión. Yo entiendo que mucha gente hace ese esfuerzo por ponerse una máscara para una función o un programa, como si fuera un personaje, pero yo siempre fui conocida por mostrarme sin careta. Me mostré siempre como fui, con mis dolores y mis enojos. Gestioné bien mis emociones frente al público, a veces con un volumen más alto y a veces más bajo. Pero estoy contenta de haberme mostrado de esa forma. Tuve que atravesar prejuicios y enojos por hacer mi vida y ser políticamente incorrecta, pero puedo decir que siempre fui fiel a mí misma.

—En el escenario conmoviste al público al revelar que atravesaste una situación muy compleja a nivel personal en los últimos meses, ¿qué se puede saber sobre eso?

—Todavía no sé cómo comunicar muy bien esto. Fue el momento más difícil de mi vida, y a su vez ahora estoy en el mejor momento. Siento que la vida me puso en el alambique de un alquimista y me generó todo esto para transformarse en una mejor persona. Hoy soy más consciente, más íntegra, más bondadosa. Estoy dejando de lado cosas que son mínimas a las que antes les daba mucha importancia. Siento un equilibrio muy grande. Mi mensaje es: no hay que temer cuando viene algo que parece grave. Hay que atravesarlo con todas las emociones que vengan, sin huír o victimizarse. Cuando se sale de eso, se sale mejor y más útil para otros.

—¿Tiene que ver con algo de salud?, ¿es una lucha totalmente superada o que seguís dando?

—Sí, es de salud. En este momento ya estoy fuera de peligro. Fue difícil, en especial para mi familia. Pero acá estoy. Dios no me quiso y el demonio tampoco, quieren que me sigan aguantando en la Tierra (risas).

—Físicamente se te ve muy bien, ¿cuál ha sido tu secreto o la clave para conservar tu imagen con el correr de los años?

—Lo que yo propongo es casarse con uno mismo. Hay que hacer una ceremonia íntima en la casa, con noche de bodas en la cama con uno mismo y todo lo que eso implica. Hay que poner flores, la música que a uno le gusta y bailar con uno mismo frente al espejo. Hay que quererse y amarse porque uno mismo es la única persona de la que no se va a separar nunca. Una vez que estás en ese lugar es muy fácil estar bien. Una persona feliz es muy linda.

—Volviendo a tu paso por Punta del Este, ¿cómo definirías tu vínculo con Uruguay?

—Amo Uruguay. Mi papá me traía de chiquita. Me acuerdo que iba por la costa y decía “este país es azul” porque veía mar y más mar. En la escuela lo dibujaba y lo pintaba de color azul. Le tengo mucho cariño porque los lugares son su gente, y yo en Uruguay tengo muchos amigos valiosos.

—¿Has tenido algún romance en Uruguay?

—Sí, en todos lados tuve romances. Había temporadas en las que no quedaba nada: ni por el bosque, ni por la playa, ni por José Ignacio (risas).

—¿Qué recordás de tus primeras temporadas en Punta del Este?

—Cuando éramos chiquilines vivíamos en la playa, mañana, tarde y noche. No salíamos de ahí. Eran momentos muy lindos, y éramos todos más inocentes. Esa época fue preciosa. Me acuerdo que venía de Gorlero en ojotas con los pies sucios porque era de tierra. ¡Estoy hablando de la prehistoria!

—Se están poniendo de moda los reality shows sobre la vida de famosos, ¿te imaginás uno sobre la tuya?

—Es que toda mi vida ha sido un reality show. Creo que mi vida está más para hacer una serie, que sería no una miniserie sino una maxiserie.

—En la Cena de Famosos estaba presente Silvina Escudero, con quien has tenido peleas fuertes en televisión hace más de una década, ¿te la cruzaste?

—Sí. Yo no tengo nada con esta chica. Esto fue un programa (Showmatch) hace 15 años, del que no tengo buenos recuerdos. Había gente experimentada, como yo, que sabía que todo quedaba en el estudio, pero había gente muy inexperta que creía que todo era de verdad y continuaba eso en otro lado. Toda la mala experiencia que recuerdo de ese momento fue por la falta de profesionalismo de muchos. Tuve que cargar sobre mis hombros la falta de experiencia de muchos que como si fueran niños chiquitos llevaban lo que pasaba en el programa a otros ámbitos, y yo tenía que lidiar con temas con los que no tenía nada que ver.

—En aquel entonces la mayoría de las polémicas que sucedían en el programa te tenían como protagonista, ¿es por eso que no guardás buenos recuerdos?

—En el programa yo desarrollé un trabajo increíble de dramaturgia y creatividad, pero fue un gran esfuerzo y no me lo pagaron como correspondía. Me tendría que haber ido antes. Me generó un enorme estrés haber trabajado con gente sin experiencia. No lo haría nunca más.