Leonor Svarcas y sus desafíos como madre: "No hay que fomentar el miedo al contacto con el otro"

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Leonor Svarcas.

ENTREVISTA

La exconductora de Vespertinas habla de lo que extraña y de lo que no de la televisión. Como madre, da su visión sobre los desafíos de la crianza en tiempos con baja presencialidad en la educación.

Leonor Svarcas.
Leonor Svarcas.

Leonor Svarcas vuelve a subir al escenario. La comunicadora y actriz está al frente del unipersonal No más flores, que irá los días 15, 16, 17 y 18 de abril en el Auditorio Vaz Ferreira del Sobre. El estreno estaba previsto para el próximo jueves pero debió posponerse para la prohibición de espectáculos públicos dispuesta por el gobierno.

Escrita por la autora estdounidense Noemi Ackerman, la obra está inspirada en el trabajo de la escritora que el mundo para recoger testimonios de mujeres que vivieron doméstica. La dirección corresponde a Félix Correa.

“Poder ver esta historia desde la platea ayuda a ponerle cuerpo y rostro al problema y conectar afectivamente mientras se empatiza con una mujer que podría ser cualquier mujer, incluso la más fuerte, la más rica, la más educada”, asegura la actriz.

-¿Cómo te llegó el proyecto de "No más flores"?

-Fue una propuesta de la productora Lourdes Moreno y del actor y director Félix Correa. Yo ya había trabajado con ambos, juntos y separados, en otros proyectos y me alegré mucho de que quisieran embarcarse en un unipersonal conmigo.

-¿Qué te pareció lo más atractivo de la propuesta?

-Encuentro un gran desafío en interpretar historias que están inspiradas en mujeres y vivencias reales. Internamente siento una responsabilidad extra que me genera un gran compromiso artístico y afectivo. Cuando se da esto, siempre pienso durante el proceso y antes de salir a escena, que en la platea puede haber un espectador/a que vivió esto que estoy contando, en su propio cuerpo y psiquis; y esto me obliga, de una forma hermosa, a ir a un lugar personal muy profundo para no faltarle el respeto. Esa es la gran entrega de las actrices y actores, servirse sin reparos para contar una historia.

-El unipersonal aborda la temática de la violencia doméstica, ¿cuánto puede ayudar el arte en la visualización del problema?

-No sólo aborda la violencia doméstica, sino que la sitúa en la clase media alta, que es un contexto que tiene más herramientas para tapar el tema cuando esté ocurre. Poder ver esta historia desde la platea ayuda a ponerle cuerpo y rostro al problema y conectar afectivamente mientras se empatiza con una mujer que podría ser cualquier mujer, incluso la más fuerte, la más rica, la más educada. Basado en testimonios reales, el espectáculo muestra distintas aristas de esta problemática en la que aunque pensamos que les pasa a otros, cualquiera puede verse envuelto. También introduce una reflexión necesaria, sobre qué dinámicas generamos cuando vivimos el amor y dónde nos colocamos o ubicamos al otro en ese contexto. El teatro puede siempre aportar un punto de vista que te puede cambiar la vida. Siempre siento como espectadora, cuando se están apagando las luces y la función está por comenzar, que ese momento puede ser un antes y un después en mi vida… y lo ha sido.

-¿Qué desafíos representa el unipersonal como actriz?

-El mayor desafío. El espectáculo dura una hora y es un permanente sostener la ficción desde un lugar lo más honesto profundo y entretenido posible. No hay dónde esconderse. Estoy ahí para brindarme al que quiera venir a jugar conmigo a un juego, que te involucra con tus valores y tus afectos, con tus secretos y tus luces. Por suerte cuento con tremendo equipo que me sostiene y cuyo trabajo también tengo que defender desde el escenario.

-El espectáculo se ha aplazado por las medidas y será bajo protocolo. ¿Con qué experiencia se va a encontrar el espectador?

-Es en el Auditorio Vaz Ferreira del Sodre, en la Biblioteca Nacional. Es una sala enorme y el aforo permitido es para el 30% con butacas intercaladas. El protocolo es estricto. Está confirmado que no hubo ningún contagio en las salas teatrales y el acceso a la sala también permite amplio distanciamiento entre los espectadores.

-¿Cuánto te ha afectado las medidas? ¿Debiste suspender proyectos?

-A todo el sector le ha afectado muchísimo. No sólo a los actores, actrices, directores, productores, sino a técnicos, a las salas y un gran etcétera. Todos hemos suspendido proyectos y funciones que se hacen muchas veces fuera de las salas, para empresas, para organizaciones, para el ámbito educativo, etc. Pero además le ha afectado al público. No se puede vivir sin cultura, ni sin entretenimiento y esto quedó clarísimo en la cuarentena. Subestimamos la salud mental y la felicidad. No podemos vivir desconectados de nosotros mismos. La cultura te conecta con eso y te alivia. Te moviliza, te hace crecer y después te alivia. Sin cultura se te vacía el alma. Esta obra nos recuerda que "la vida es hermosa y tan increíblemente corta. Debemos vivir una buena vida, con alegría y dignidad…"

-Como madre, ¿qué es lo más desafiante de estos tiempos de baja presencialidad en la educación?

-No obsesionar con el miedo y no fomentar el miedo al contacto con el otro. Todos necesitamos vincularnos e interactuar. Las niñas y niños están fijando cómo funciona el mundo y desarrollando estrategias para pertenecer, en una etapa que deja huellas para el resto de la vida y es muy empobrecedor que se pierdan del contacto o que absorban que los otros son un potencial peligro. Por otra parte niñas y niños necesitan rutinas, poder predecir los tranquiliza y les da libertad de acción. La falta de escuela hace muy difícil proporcionarles ese marco.

-¿Qué extrañás la TV y qué no?

-Extraño la posibilidad de conocer a diario a gente talentosísima de diversos ámbitos. No extraño la necesidad de estar sobre informada.

-¿Cómo seguirá el 2021 a nivel de proyectos?

-Muchas ganas de que la salud esté de nuestro lado como sociedad para, en principio, sacarle todo el jugo a No más flores. Queremos hacerla también para extensión cultural en liceos como hizo la autora en EE.UU y llevarla al interior. Tengo mucha energía puesta también en mis talleres de actuación para adultos y adolescentes a donde los invito por ahora desde la virtualidad.

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