NOTA DE TAPA
La conductora de Doble Click siente que sus entrevistas la consolidaron como periodista política. En diálogo con El País, habla de su salida de Telemundo Sábado y revela por qué no volvería a casarse.
La voz de Lucía Brocal cobra fuerza en la mañana radial. Está hace más de tres años al frente de Doble Click (Del Sol), pero en los últimos meses sus punzantes entrevistas políticas cobraron mayor vuelo y repercusión en redes sociales. La última en hacerse viral tuvo como protagonista a Pablo Iturralde, presidente del Partido Nacional. En medio de esta nota, cuando la tensión era evidente, la conductora interrumpió para preguntarle a su entrevistado si tenía ganas de continuar o cortar. Esta es apenas una de las facetas de la comunicadora, que se luce en un perfil más distendido en Desayunos Informales y en otro más sobrio en Telemundo al mediodía. “Disfruto del equilibrio”, dice sobre la variedad de sus programas.
-¿Cómo te sentís en el rol que desempeñás en Doble Click (Del Sol), donde realizás entrevistas políticas en profundidad?
-Estoy feliz. Tenía muchas ganas de profundizar mi rol de periodista y entrevistadora. Estoy muy cómoda y sigo aprendiendo. Siento que cada vez se me respeta más como periodista. Me parece que Doble Click tiene su sello, que los protagonistas quieren estar y que las notas tienen repercusión. Todo eso nos hace ver que al programa le va bien.
-Algunas entrevistas del programa tomaron un tono tenso, ¿cómo las vivís?
-Bien. Yo creo que en este país los políticos tienen claro cuál es el rol del periodista. El buen periodista tiene que hacer preguntas incómodas. Ellos conocen las reglas del juego: hacen su exposición, puede haber pasión, se puede elevar un poco el tono, pero todo termina ahí. También es cierto que a veces se enojan, e incluso en alguna oportunidad sentí como que hablaban con un tono más soberbio porque era una mujer la que estaba entrevistando.
-¿Hubo políticos que te ningunearon desde un lugar machista?
-Una de las últimas entrevistas tensas que tuvieron fue con Pablo Iturralde, presidente del Partido Nacional….
-Fue una de las entrevistas más candentes del último tiempo. Yo paré la nota y le pregunté “¿usted tiene ganas de hacer esta entrevista?, porque si no la cortamos”. Ahí me di cuenta de mi crecimiento profesional. Sentí que tenía las herramientas para enfrentarlo, y hace unos años no lo hubiera hecho. Él después me llamó y me aclaró que en ningún momento tuvo la intención de faltarnos el respeto como periodistas. Eso yo lo valoro. Todos somos seres humanos y nos podemos enojar o tener una mala mañana.
-¿Cómo viste la situación en la que Álvaro Delgado acusó a una periodista de TV Ciudad de “estar mandada”?
-Él no quedó bien parado y se vio obligado a pedir perdón para bajar las revoluciones del tema. Si no hubiera pedido disculpas, hubiera sido un escándalo. Pensar que un periodista está mandado es subestimar su trabajo. El periodista pregunta lo que tiene que preguntar y los políticos tienen que tener respuestas pensadas para salir de determinada situación. Decir “te mandaron” es cortar por lo más fino.
-¿Cuál es tu visión sobre TV Ciudad, al que se lo acusa de tener una marcada línea opositora al gobierno nacional y afín al departamental?
-TV Ciudad es un canal que existe hace muchos años. Hoy está el Frente Amplio y mañana no se sabe. Creo que habría que dar una discusión de fondo sobre cuál es el rol del canal. Mientras, yo pienso que la pluralidad de productos periodísticos es buena para la democracia. Me gusta que haya opciones de un lado y del otro: si querés ver La Letra Chica podés, y si querés ver Santo y Seña también.
-Tu compañera de canal Fernanda Cabrera coincidió con algunas voces que dicen que en este gobierno la libertad de prensa está amenazada, y deslizó que hay autocensura porque los medios son progobierno, ¿estás de acuerdo?
-No creo que esté en riesgo la libertad de expresión. Yo no lo siento, para nada. Yo trabajo hace más de tres años en un periodístico en la radio y siempre tuve libertad absoluta. Todos saben quiénes son los dueños de la radio y nunca nadie me llamó para decirme nada. Es un placer trabajar así y es como tiene que ser.
-¿En ninguno de los medios en los que trabajaste te intentaron bajar línea?
-Hace unos días Fernando Pereira le achacó a Aldo Silva al aire que el gobierno cuenta con un supuesto “blindaje mediático”, ¿qué sensación te despierta ese debate?
-Lo escuché y he tenido esa charla con Fernando. El Frente Amplio está aprendiendo a ser oposición. Es natural que cuando estás en la oposición tengas menos cobertura que cuando sos gobierno. En las entrevistas de Doble Click hay equilibrio en ese sentido.
-¿Por qué decidiste dejar Telemundo Sábado?
-El noticiero del sábado me encantaba, pero me llevaba mucho tiempo. Yo llegaba al mediodía a preparar el noticiero, y me terminaba yendo a las nueve y media de la noche. Eso hacía que los sábados no pudiera estar con mis hijos. Me costó un año tomar la decisión porque me encanta lo que hago. Conducir sola me daba una linda posibilidad de lucirme. Me tocó estar sola el día que murió (Jorge) Larrañaga, que fue uno de los desafíos más grandes de mi carrera. Me costó dejar ir ese proyecto, pero estoy en un momento de la vida en el que tengo que encontrar el equilibrio entre hacer lo que me gusta, vivir de eso y disfrutar de la familia.
-¿Hubo una negociación?
-Todo en la vida se negocia, pero el canal entendió que era una necesidad real que yo tenía como madre. Igualmente estoy hace muchos años en el canal y saben que tengo la camiseta puesta.
-¿Cómo evaluás tu evolución en Desayunos Informales desde el inicio?
-Mi rol es el mismo que en el debut, que es aportar una pata más periodística. Sin embargo, miro los primeros programas de Desayunos y veo que yo era un robot, rígida, un espanto. Ahora me animo a cualquier cosa al aire. Desayunos es mi casa. Son mis amigos, mi familia.
-Por tu perfil uno te podría asociar más a la primera mañana de Desayunos Informales, ¿existió alguna vez la posibilidad de formar parte de ese otro ciclo que tiene más contenido periodístico?
-Me gustaría también estar en un rol así. Hoy estoy en este Desayunos, pero más adelante se podrá dar la posibilidad de hacer otra cosa. Si me lo hubieran propuesto, me hubiera encantado. Igualmente disfruto del equilibrio de hacer una tremenda entrevista de mañana, después divertirme y hablar de cosas más livianas y después hacer el noticiero del mediodía.
-En ¿Quién es la Máscara? muchos decían que vos podías ser una de las famosas escondidas adentro de los disfraces, ¿te gustaría estar en la próxima temporada?
-Me encantaría. Fue gracioso lo que pasó con La Máscara. Me escribió gente que no tiene nada que ver conmigo para preguntarme si yo estaba participando. Entrevistaba políticos y me preguntaban “¿vos estás en La Máscara?”. Hasta me escribieron excompañeras de colegio. Estar adentro de un muñeco y poder bailar, cantar y divertirse debe ser alucinante.
-Como excompañera de Daniel Castro, ¿te sorprendió su salida de Canal 4?
-Sí, no sólo su salida, sino también la del coordinador que estaba hace muchísimos años en el canal. Pero es parte de las reglas del juego. Los canales no dejan de ser empresas que tienen sus decisiones. Hoy podemos ser eficientes para ellos y mañana no. Nos puede pasar a todos en algún punto. Lo que creo es que siempre las formas pueden cuidarse.
-Se te ve felizmente en pareja con Alejandro Laborde, ¿te volverías a casar?
-No. Es algo que ya hice y estuvo bien. No me pasa por ahí la fortaleza de un vínculo. Con Ale tenemos una relación preciosa y adulta, con mucho respeto, admiración y cariño. Con la madurez que tengo hoy y viendo la vida desde otra perspectiva, no me cambia tener un papel o un anillo. Me importan más otras cosas.
-¿Están conviviendo?
-Por ahora no, pero puede suceder en el futuro cercano. Ser una familia ensamblada es un desafío lindo. No somos sólo nosotros dos, somos seis. Y hay que respetar los tiempos de todos.