AMOR DE CARNAVAL
La pareja más querida del carnaval protagoniza las parodias de Zíngaros, el conjunto que despierta más pasiones. Antes de volver al Teatro de Verano, Luis Alberto Carballo y Rosina Benanti cuentan cómo viven el carnaval 2019, entre la novedad, el cansancio, las repercusiones y las polémicas.
Luis Alberto Carballo y Rosina Benenati se funden en un beso ante la ovación de 4.000 personas. Están interpretando a los personajes de Colombina, un himno del carnaval uruguayo, y con esa canción de fondo se despiden del Teatro de Verano. Así termina el espectáculo de Zíngaros, el conjunto de parodistas de Ariel “Pinocho” Sosa que ganó el concurso de carnaval en 2018 y busca repetir el título este año.
Es la primera vez que Luis Alberto y Rosina hacen carnaval juntos, y la oportunidad surgió por casualidad. Si bien la parodia de Colombina parece hecha a la medida de la pareja, originalmente era otra la actriz que la iba a interpretar. La protagonista inicial era Cinthya Patiño, pero quedó embarazada y no pudo participar del carnaval. Apenas Pinocho Sosa recibió esa noticia, convocó a Rosina, a quien había visto actuar en teatro unos días antes. Así, la pareja de Luis Alberto y Rosina cobraría vida también sobre los escenarios de carnaval.
Los artistas tenían la experiencia de compartir trabajo en escenarios teatrales, pero advierten que el carnaval es algo “muy distinto”. “Es un concurso, entonces hay una adrenalina que en teatro no está. También hay códigos propios del carnaval que no se parecen a nada, y mucho más contacto con el público”, enumera Rosina en el club donde ensaya con Zíngaros. Debajo de cada escenario, los seguidores del conjunto piden decenas de fotos junto a la pareja. El público también se muestra interesado en saber quién está cuidando a Facundo, su hijo de dos años y medio que aparece de forma recurrente en Algo Contigo.
La pregunta que le hacen llegar los espectadores es la misma que se hizo Rosina cuando recibió la propuesta para sumarse a Zíngaros. “Yo soy una mamá súper protectora, entonces era difícil tomar la decisión de irme todas las noches”, recuerda. Finalmente, fue Enzo (el otro hijo de Luis) quien tomó la responsabilidad de cuidar al niño. “Es un crack, nos salvó la cabeza”, agradece Rosina. Pero el carnaval dio vuelta la rutina de la casa. Facundo los espera despierto cada madrugada y con la energía para jugar hasta las cuatro de la mañana.
Lo que no les quita el sueño a los actores enamorados son las críticas que recibe el conjunto. Hinchas de grupos rivales, colegas del carnaval, periodistas especializados y los famosos “haters” (odiadores) de las redes sociales han opinado sobre el desempeño de Zíngaros. “Me llevo bien con las críticas de la gente que sabe. Las analizo, las acepto, las debato y a veces les doy la razón”, expresa Luis. Y encuentra la razón de que Zíngaros suele ser blanco de críticas en el hecho de que es “el conjunto de parodistas que despierta más amores y odios”: “es el conjunto de parodistas al que todos le quieren ganar, el que todos quieren que pierda, pero el que tiene la hinchada más grande”.
-¿Te enojás con los comentarios que se generan en redes sociales?
-No, cada uno tiene derecho a opinar lo que quiera. En las redes está el que es hincha de otro conjunto, y el que se dice que es conocedor de carnaval. Yo solo bloqueo a los usuarios que insultan y agravian.
-¿Hay alguna crítica sobre el espectáculo a la que le hayas dado la razón?
-Siempre hay cosas para mejorar. Si ves el espectáculo el primer día y el último, te das cuenta de que es otro. Pero eso te lo va diciendo la respuesta del público, no las críticas. Las críticas hay que tomarlas con pinzas.
-¿Qué tiene Zíngaros para mejorar este año?
-Nos han criticado las letras, pero nadie sabe explicar qué es una buena letra de carnaval. No sé qué es no tener letra. Yo creo que el espectáculo de Zíngaros es el más carnavalero, el que más hace reír, el que tiene más luz. Hay momentos de baile y canto que se hacen de forma espectacular. Capaz que no hace llorar... Más allá de las críticas, hay que tener un convencimiento del espectáculo que uno está haciendo. Yo estoy convencido de la esencia del show que brinda Zíngaros, y eso va a seguir igual.
Luis y Rosina coinciden en que muchas de los comentarios negativos provienen de hinchas de Los Muchachos, el conjunto al que Carballo perteneció hasta el año pasado. Al terminar el carnaval del 2018, el actor aseguró de forma pública que no volvería a salir en la temporada siguiente. Sin embargo, finalmente lo hizo y en el grupo de la competencia, lo que le valió el enojo de los fanáticos del conjunto anterior.
“Luis cambió de opinión por determinadas circunstancias. Tuvo una propuesta interesante, que le venía bien a la familia”, explica Rosina. Y arremete: “La gente que nos critica no nos va a pagar las cuentas a fin de mes”. La actriz se cruzó cara a cara con una de las personas que cuestionó a su pareja por “haberse vendido” a otro conjunto. Ocurrió a la bajada del Teatro de Verano, cuando una señora de unos sesenta años se le acercó para expresarle con ironía que iba a iniciar una colecta para pagarle la luz y el agua. Rosina le respondió con una sonrisa. “Yo le agradecí, pero todavía no me depositaron nada. Estoy esperando”, bromea.
Luis Alberto aclara que la relación con los integrantes de Los Muchachos se mantiene en buenos términos hasta hoy: “Yo sigo hablando y me escribo con alguno de los chiquilines. En su momento expliqué y pedí disculpas. Ya está. Ahora estoy dedicado a Zíngaros”.
-¿Te aceptaron la disculpa?
-No sé si todos. Algunos sí porque me escribieron.
-¿Y los responsables del conjunto?
-No, pero no tengo nada que decir. Lo respeto y pasé años maravillosos en Los Muchachos.
-¿Viste su espectáculo de este año?
-No, vi Sinverguenzas y Aristophanes, que están bárbaras.
Y si de polémicas se trata, ninguna como la que Carballo mantiene con Tenfield, la empresa a cargo de la televisación del carnaval. El conductor sostiene que existe la orden de no hacerle notas en el Teatro de Verano. Este año, su conjunto se solidarizó con el artista, y ninguno de los integrantes de Zíngaros le brinda entrevistas a esta empresa tras sus actuaciones.
-¿La medida de la empresa de no hacerte notas se mantiene?
-Sí. Este año Pinocho (Sosa) decidió que si no me hacían notas a mí, nadie le daba notas a VTV. Yo le dije que no hiciera eso, pero él tomó esa decisión y la quiso mantener.
-¿Qué te dicen en ese momento los trabajadores de Tenfield, con quienes tenés buena relación?
-¡Yo tengo la mejor relación con ellos! Estoy a los besos con todos los periodistas y técnicos de Tenfield. Incluso hacemos bromas sobre el tema abajo del escenario.
-¿Cuándo surgió el conflicto con la empresa?
-Yo no tengo ningún conflicto con la empresa. Es una o dos personas que tienen un problema conmigo, y ni sé quiénes son. Intenté tener un acercamiento a través de gente muy importante de la empresa, pero no se dio.
-¿No tenés idea del motivo?
-No. A determinada persona le llegan cosas que no son ciertas, como que yo hablé mal de alguien o traté mal a alguien. Nunca pasó nada de eso.
El año más difícil.
A Luis Alberto Carballo se le vino el mundo abajo aquel día. Leyó la palabra “carcinoma” en su diagnóstico, la buscó en Google y al ver el resultado se desmoronó. El año pasado, al popular conductor televisivo y figura de carnaval le detectaron un cáncer en una cuerda vocal, situación por la que se tuvo que alejar de la pantalla por tres meses y ser intervenido en Argentina.
A Luis Alberto le atemorizaba la posibilidad de no poder compartir más tiempo con Facundo, su hijo de dos años. Rosina, en tanto, lloraba a escondidas en la ducha para no transmitirle más nervios a su novio. Como el tumor estaba localizado en una cuerda vocal, la alerta no solo estaba puesta en la salud. Al conductor también le preocupaba no volver a tener la voz en condiciones para su actividad laboral. “Podía pasar que se curara, pero que no pudiera volver a trabajar”, explica ella.
El tiempo convirtió ese episodio en apenas una amarga anécdota. La operación fue exitosa, la cuerda vocal se regeneró, la recuperación fue tan rápida que sorprendió hasta al propio cuerpo médico y el animador pudo retomar su ritmo de trabajo sin inconvenientes. Ahora solo le quedan controles trimestrales (a cargo del Dr. Juan Carlos Leiva) y el recuerdo del “año más difícil” de su vida.
-¿Cómo lo recordás?
-Fue una noticia fea, pero dentro de todo pudimos salir bien. Fue gracias a la buena onda de mucha gente y a la tecnología, que estaría bueno que pudiera venir a Uruguay. Yo tengo trabajo y una empresa como Monte Carlo que me respaldó y no me soltó la mano en ningún momento, pero capaz que hay gente que no tiene esos recursos. No fue un tratamiento carísimo, pero no todos lo pueden asumir.
-¿Cambiaste en algo por toda esta situación?
-Me acerqué más a mi familia. Uno se da cuenta de la gente que tiene alrededor. No todo el mundo tiene la suerte de tener la mujer que yo tengo al lado. Con este tipo de noticias te sorprendés para bien, por la gente que se acerca, y también te sorprendés para mal de otras personas. Eso es bueno porque uno se “resetea”.
-¿Tuviste muchos momentos de bajón?
-Nunca me caí, siempre fui para adelante. Solo el día que leí lo que tenía. Eso me hizo mierda. Mi viejo se murió de cáncer en la garganta. Yo tenía 17 años y vi a mi padre complicado: en los últimos seis meses no hablaba. Mi miedo más grande ahora era que a mí me pasara lo peor y no poder conocer a Facundo. Él tiene dos años, y no lo iba a poder conocer como conozco a Enzo, que tiene 27.
-¿Te acordás de la última vez que fumaste?
-Fue antes de que me sacaran la muestra con anestesia general. Yo fumaba un paquete por día, pero después de esa vez no volví a fumar. Dicen que el cigarro ayudó a la enfermedad. Igualmente no me molesta que alguien esté fumando cerca de mí. Puedo sentir el olor sin que me pase nada y no predico en contra del cigarrillo.