NOTA DE TAPA
El animador estrella de Canal 4 habla del estreno de "El Precio Justo" y reflexiona sobre su alejamiento del carnaval. "Lo concibo para criticar, pero no para hacer propaganda política", señala.
El reconocido formato internacional El Precio Justo estrenó versión uruguaya en las tardes de Canal 4 y con un conductor también justo a la medida del programa. Luis Alberto Carballo se da el gusto de jugar en el estudio con el público, lo que según dice es lo que “más disfruta”. Lo hace sin descuidar Algo Contigo, su marca registrada desde hace 11 años, que renovó panel en 2022. Como si dos programas diarios y el semanal Vamo Arriba que es domingo no fuesen suficiente, el animador se puso al hombro la exigente comedia musical Forever Young, donde vuelve a cantar y bailar en el escenario. En una entrevista íntima y sin filtro, el conductor habla de sus desafíos y de su alejamiento del Carnaval.
-Asumiste la conducción de un nuevo programa diario como El Precio Justo (Canal 4), algo a lo que no te enfrentabas desde el inicio de Algo Contigo hace más de diez años, ¿tomaste noción de la dimensión del desafío?
-De a poco la voy teniendo. Al principio era nula. A medida que fui viendo la escenografía, y el tamaño de los juegos me fui dando cuenta de que era algo en serio.-¿Qué descubriste como conductor en este nuevo programa?
-Con los ensayos aprendí muchísimo. Es un programa en el que no podés perder la concentración. Cualquier detalle puede complicar un juego o hacer que el participante no entienda bien un procedimiento.-Hace tiempo que estabas con ganas de tener otro programa.
-Sí, pero todo esto fue muy rápido. La propuesta llegó y al poco tiempo ya estábamos al aire. Además, yo quería tener otro programa pero mi cabeza apuntaba a algo distinto. Yo ni siquiera sabía bien qué era El Precio Justo. Cuando me lo contaron, me encantó desde el primer momento porque tiene que ver con lo que yo disfruto más que es jugar con la gente. En dos meses se empezó a trabajar con todo: se hicieron los casting de los chicos que me iban a acompañar, se armó la escenografía, se diseñaron los juegos.
-En los últimos años la televisión se llenó de programas de juegos, ¿cuando los mirabas te daban ganas de tener el tuyo propio?
-No te voy a negar que a veces veía un programa al aire y decía “me hubiese gustado hacerlo”. Fue así hasta que llegó. Uno también conoce sus limitaciones. Sabe que hay cosas que puede hacer y otras para las que tiene que mejorar mucho.
-Entre Algo Contigo y El Precio Justo estás tres horas y media al aire por día, y a eso se le suma el programa Vamo Arriba que es domingo, ¿te preocupa saturar?
-No me preocupa para nada. Está probado que hay conductores que tienen tres o cuatro programas y no saturan. Y te diría que me está pasando lo contrario. Desde que salieron al aire las promociones de El Precio Justo siento que he tenido otro tipo de presencia en el medio. Algo Contigo es un nicho que tenemos hace 11 años y la gente nos sigue, pero creo que con El Precio Justo vamos a ir captando a un público diferente.
-Algo Contigo celebró once años al aire, ¿los favorece o los perjudica que no haya otro programa de espectáculos en la competencia?
-Es bueno y malo. Es bueno porque nos da chapa decir que somos “los únicos”, además de que nunca nos van a sacar el título de ser el primero. Pero por otro lado también está bueno que haya otro programa por un tema de retroalimentación. Igualmente hay una diferencia importante con los otros programas que hubo, que es que este programa es lo que nosotros siempre quisimos hacer. En la competencia hubo ciclos que estaban conducidos por personas que después admitieron que no era lo que les gustaba. Federico Buysan, a quien yo aprecio mucho, dijo eso.
-Además de los programas de televisión, protagonizás la comedia musical Forever Young (Teatro Alianza) donde cantás y bailás en vivo, ¿estás sufriendo el desgaste físico?
-Durante meses yo me iba del canal al teatro a ensayar hasta la noche, y ahí agarré como un entrenamiento físico en relación a los horarios. Ahora no tengo más ensayos pero tengo el nuevo programa. Por ahora vengo bárbaro y no siento el cansancio. Voy con muchas ganas al canal para hacer los dos programas. Es cierto que en la semana casi no tengo tiempo para descansar, porque cuando llego a casa están Facundo y Rosina, y tengo ganas de compartir tiempo con ellos.
-¿Te costó volver a cantar y bailar después de tantos años?
-No me costó, pero fue raro. Al principio me sentía muy inseguro. Pensaba “qué dirá la gente”. Me sentí bien haciéndolo frente al público recién a la tercera o cuarta función. Ahora ya le agarré el gusto y me siento muy bien.
-En la obra interpretás a un anciano, ¿cómo te imaginás en esa etapa de la vida?
-Si Dios quiere que llegue a los 80 años, creo que voy a estar disfrutando de mis hijos y mis nietos, si es que me los dan.
-¿No te imaginás haciendo televisión hasta último momento?
-Está bueno darse cuenta hasta cuándo uno lo puede hacer. Yo admiro a Cristina Morán, que a su edad encara un escenario. Pero yo me imagino más como Cacho De la Cruz, a quien se le dieron las cosas como para alejarse de la televisión.
-Hace unas semanas dijiste que te habías bajado del último Carnaval para no sentirte incómodo, ¿qué era lo que te incomodaba?
-Lo que paso fue que yo había dicho que el Carnaval estaba más politizado que antes. Siempre fue político, pero yo sentía que en los últimos años hablaban de política hasta los conjuntos que nunca lo habían hecho. Hubo gente que se lo tomó a mal, y yo le hago caso al público. No quería tener la incomodidad de que en algún lugar alguien del público me dijera algo. No me gusta discutir de política.
-Pero entonces dejaste de participar justamente porque no se toleró una opinión distinta…
-Sí. Los que dicen que en Carnaval hay libertad absoluta para criticar y decir lo que uno quiera no respetaron mi libertad.
-¿No es democrático el Carnaval?
-No sé. Lo que sé es que el Carnaval apunta a un público que es más cercano a determinado partido político. Este último Carnaval hubo hasta discursos políticos arriba del escenario. Está bien, Carnaval se presta para eso. Yo no lo haría nunca porque concibo el Carnaval para criticar, pero no para hacer propaganda política.
-¿Cómo tomaron tu renuncia en Zíngaros?
-Lo entendieron perfectamente. Gastón (Sosa) es un divino. Yo no quise perjudicar al conjunto.
-¿Ellos coincidieron en que tu presencia en el conjunto podía llegar a perjudicarlo por haber criticado al Carnaval?
-No me lo dijeron, pero quizás entendieron eso. Igualmente no pretendía que me insistieran y se me hizo más cómodo de esta forma. Quedó todo bien y cuando ganaron les mandé un mensaje.
-¿Te imaginás volviendo a hacer Carnaval algún día?
-Me encantaría porque yo nací ahí, pero no creo que pase pronto.
-Yendo a la política en sí, ¿cómo evaluás el desempeño de presidente Lacalle Pou?
-¿Lo votaste?
-Sí, lo voté.
-¿Y alguna vez votaste al Frente Amplio?
-Sí, voté a Tabaré Vázquez para el primer período. Veía en él a un líder fuerte. No me equivoqué porque en su primer mandato hizo cosas muy positivas para todos los uruguayos.