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Magdalena Prado y los periodistas en tiempos de polarización: "Me parece bien que la gente nos cuestione"

A los 30 años, la comunicadora suma cada vez más desafíos: se integró al nuevo Las cosas en su sitio (Radio Sarandí), se sumó a El Living y Periodistas (Canal 5). "Siento que es el momento de hacerlo", asegura.

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Magdalena Prado.
Foto: Santiago Rovella. Estilismo: Inés Maya. Outfit: Karech Elixi. Maquillaje y peinado: Pamela Cambre. Estética: Dra. Beatríz Manaro.

Redacción El País.
La periodista Magdalena Prado, de 30 años, suma cada vez más desafíos. Se incorporó a la renovada mañana de Las cosas en su sitio (Radio Sarandí) y en Canal 5 se integró al magazine vesperino El Living, lo que se suma a su participación en el programa Periodistas.

Básicamente, pasa todo el día fuera de su casa, haciendo periodismo, una vocación que adquirió desde chica por influencia de su padre, Matías Prado, reconocido periodista de prensa y escritor. “Empecé muy joven, con 19 años y no pudimos compartir carrera con papá, que falleció un año antes. Más allá de eso, siempre concebí al periodismo como un lugar para encontrarme con él desde otra óptica”, asegura la comunicadora.

En entrevista, se refiere a los desafíos del periodismo en tiempos de polarización y disfruta de la “zafra” de campaña electoral. “Es como nuestro mundial”, asegura.

—Ha sido un año intenso para tu carrera. En Radio Sarandí, por ejemplo, sos parte de la nueva mañana de Las cosas en su sitio. ¿Cómo tomaste el desafío?

—Quizás me sorprendió por lo pronto, pero lo tomé como algo natural en el curso de mi carrera en la radio. Yo empecé siendo muy joven, con 20 años, como productora de Viva la tarde y después por diferentes situaciones, participé al aire y terminé en la conducción junto a Kairo Herrera. La posibilidad de la mañana la veía como posible en una radio que pondera siempre a su propia gente y da oportunidades. Cuando me llegó el ofrecimiento, lo agradecí mucho. También lo medité a la interna de mi casa, porque implicó cambios en la rutina.

—¿Cómo calificarías el nuevo Las cosas en su sitio?

Las cosas en su sitio siempre tuvo una mixtura entre información y humor. Desde el comienzo del programa, con Nacho Álvarez, que lo hacía muy bien, tuvo esa impronta. Iliana (Da Silva) y Juan Miguel (Carzolio) también encontraron su manera de hacerlo. En nuestro caso, con Daro (Kneubuhler) como conductor se reparte el juego entre todos y profundizamos esa variedad y ritmo que tiene el programa: Pepe (Sena) y yo nos encargamos de la parte de información pura y dura con informes puntuales y también tiene su lugar el humor, con Germán Medina, el análisis de Diego Ríos (Diego de la Escucha), Luciana Acuña y el toque que le dan Martín Fablet y Mariano Pagliari.

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Magdalena Prado.
Foto: Santiago Rovella,

—Regresaste hace unos días de un viaje por Alemania. ¿En qué consistió la experiencia?

—Fui invitada por el gobierno alemán para conocer el sistema carcelario y penitenciario y de Justicia, sobre todo con el foco puesto en las cárceles de mujeres. Viajé con un grupo de colegas periodistas de América Latina y también funcionarios públicos para conocer esta realidad y cómo las políticas carcelarias de reinserción pueden ser muy exitosas. A mí interesan mucho los temas sociales, de derechos humanos y puntualmente el tema cárceles lo trabajé mucho. Recuerdo mucho un informe que hice sobre la unidad femenina donde las madres viven con sus hijos en la cárcel. Una de las conclusiones del viajes es cómo si se generan acuerdos políticos sobre seguridad, los resultados son contundentes. Alemania entendió perfecto hace 50 años que la reinserción social es fundamental para que no haya reincidencia en el delito.Acordaron e invirtieron en eso y hoy la seguridad pública no es problema para este país.

—Tu padre, Matías Prado, fue un reconocido periodista de prensa escrita sobre todo. ¿Crees que por ahí se despertó la vocación?

—Totalmente. Siempre supe que quería ser periodista. Empecé muy joven, con 19 años y no pudimos compartir carrera con papá, que falleció un año antes. Más allá de eso, siempre concebí al periodismo como un lugar para encontrarme con él desde otra óptica. A lo largo de mi tránsito por los medios, me he encontrado con mucha gente que lo conoció a papá, antiguos compañeros y todos ponderan su trabajo y su calidad humana. Es un orgullo para mí recibir esos comentarios.

—En televisión vas por el segundo ciclo de Periodistas, el programa de Canal 5 que encabeza Jorge Traverso. ¿Qué valoración hacés de esa experiencia?

—Me siento orgullosa de integrar ese equipo que es totalmente diverso y multigeneracional. Soy la única mujer, tengo 30 años, el resto de mis compañeros tiene arriba de 40. Me nutro un montón con ellos y me divierto. Para mí es una escuela. Puede sonar arrogante porque integro el programa, pero yo creo que Periodistas es uno de los mejores programas periodísticos de la televisión. Tenemos la posibilidad de entrevistar a todos los tomadores de decisiones, también a referentes de la academia y hacemos informes sociales, donde mostramos la realidad de lo que le pasa a la gente. Ese es mi rol: más allá de los dimes y diretes de la política, entiendo que el periodismo no puede perder el objetivo de encontrar y mostrar lo que le pasa a la gente. A menudo pasamos todo el tiempo metidos dentro de una redacción y perdemos el foco de las cosas que realmente le importan a la gente.

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Magdalena Prado.
Foto: Santiago Rovella.

—Estamos en campaña electoral, ¿te gusta hacer periodismo en esta “zafra”?

—Sí, me encanta, es nuestro mundial. Es cansador por la cantidad de horas que dedicamos al consumo o la generación de información y el desafío, para mí, es salir un poco del ruido del “tweet del día” que uno postea y el otro le responde. Como periodista intento pensar en frío y pensar en la gente: qué le puede interesar de esta campaña para tener más información y sea más soberana a la hora de tomar una decisión en la urna. Hasta ahora, lamentablemente, no he visto una campaña en base a ideas. Todo pasa por el “tweet del día”. Esperemos que levante el nivel de cara a octubre.

—En el marco de la polarización que se dice ha crecido, los periodistas también se ven involucrados. A menudo se les adjudica intencionalidad o de ser tendenciosos. ¿Cómo ves esa realidad?

—Primero, me parece bien que la gente nos cuestione. ¿Por qué los periodistas tendríamos que estar exentos de la crítica y los cuestionamientos? Está bien. Tenemos un rol y somos parte de la esfera pública. Lo que yo observaría, caso a caso, es qué argumentos tienen esas críticas. Porque he visto a actores de diverso tipo criticar a periodistas que en otros momentos elogiaron. Así que cuando el periodismo me sirve y revela ciertas cosas, me sirve y cuando revela otras, me deja de servir. A grandes rasgos, podrá haber excepciones, creo que el periodismo uruguayo es profesional.

—¿Crees en la famosa grieta?

—No sé si grita, pero creo que estamos muy polarizados y la gente cada vez encasilla más. Me da mucha lástima porque yo soy defensora en mi trabajo y en mi vida de la diversidad. Me encanta tener amigos que vienen de cualquier palo, tener conversaciones diversas, me encanta trabajar en equipos distintos de edades, miradas y géneros. Mi vida está atravesada por la diversidad: las diferencias que creo que construyen. Mi padre me contaba que la gente compraba a todos los diarios y semanarios y leía las columnas de opinión de los que pensaban diferente. Hoy el algoritmo te lleva a que veas solamente a los que piensan cosas parecidas a lo que vos pensás. Eso nos divide.

—Recientemente te incorporaste a El living, de Canal 5. ¿Cuál es tu rol?

—Sí, me incorporé al equipo con Paula (Echevarría) y Alejo (Piazza). Es un programa largo en vivo en las tardes, con mucho contenido cultural y social y mi rol apunta a reforzar la parte más periodística e informativa del programa. Estoy super contenta con el desafío: es un programa súper lindo, que ha abierto las puertas a la gente, con mucha comunicación a través del WhatsApp. Más allá de que me paso todo el día fuera de mi casa, me encanta el trabajo y siento que es el momento de hacerlo.

—Cuando se habla de Canal 5, más allá de hablar de las propuestas en sí, siempre entra en el debate el asunto de la audiencia: tiene bajo rating. ¿Cómo lo tomaste eso cuando fuiste convocada?

—Cuando empecé en Canal 5 lo dudé. Porque tenía mucho prejuicio y lo primero que dije en la reunión con las autoridades fue: ¿Cómo son las condiciones de trabajo periodístico? Me dieron absoluta libertad y en estos dos años nunca recibí ningún lineamiento. En referencia al rating, a todos nos gustaría que tuviera más, aunque no creo que deba ser el objetivo. El canal público tiene que ser plural y generar contenidos que tal vez en las agendas de los canales privados no tienen lugar. Me parece que en la actualidad Canal 5 tiene una grilla muy interesante y que apunta al público más diverso.

Buen día, en Canal 4, fue tu primera experiencia en televisión y terminó abruptamente para vos. ¿Te sorprendió?

Buen día y Canal 4 fueron una escuela absoluta. Empezamos con ese programa en pandemia, con un ritmo informativo intenso. Teníamos conferencias de prensa a toda hora y el destino del país se jugaba en las decisiones que se tomaban. En ese contexto nació el programa, que era un periodístico magazine y que llevo en mi corazón. El final no lo esperaba. Me hubiera encantado seguir pero el canal en ese momento decidió que el programa virara hacia otro lugar menos periodístico que fue lo que terminó pasando. Después se dio la salida de Claudia (García) y el final de toda la propuesta. Uno nunca espera que se terminen los ciclos, pero sabemos los que trabajamos en los medios que esas cosas suceden.

—Tu hermano mayor tiene Síndrome de Down y solés compartir momentos de tu historia. ¿Cómo definirías la relación entre ustedes?

—Mi hermano es lo mejor que me pasó en la vida. Él me enseñó a mirar la vida con los ojos de la de las diferencias y a entender que en esas diferencias uno crece y yo lo vivo en carne propia. Mi vida está atravesada por el Síndrome de Down porque también tengo un sobrino, que es sobrino de mi novio, y a partir de él nos conocimos con mi novio. Mi hermano tiene una vida plena, es feliz, trabaja, ha estudiado, tiene amigos, tiene intereses y además de todo eso, tiene Síndrome de Down.

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