Marcel Keoroglian: la vez que lo detuvieron por Rampla, su sueño de niño y el regalo que le hizo Larrañaga

Comediante, actor y cupletero, Keoroglian estrena este sábado un nuevo unipersonal de humor en el Teatro Movie. Antes, cinco cosas que quizás no sabías de él, incluyendo historias de sus abuelos.

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Marcel Keoroglián.
Marcel Keoroglian.
Foto: Leonardo Mainé / El País

Redacción El País
Murguista amante del viejo Carnaval, el hombre que hace Montelongo en Desayunos informales y una parte de La culpa es de Colón de Canal 12, Marcel Keoroglian estrena hoy el unipersonal Clásicos para llorar de risa en el Teatro Movie, una mezcla de humor, música, imitaciones e historias.

En la previa a ese estreno van cinco cosas que quizás no sabías de él.

Su abuelo ayudó a presos en Armenia

Su abuelo Vanés escapó del genocidio armenio, y antes de dejar su país ayudó a varios presos a salir de un campo de concentración. “Le decían ‘El Loco’, se animaba a cosas que nadie se animaba, hizo cosas impensadas y una de ellas fue esa”, narró en el programa Historias propias de Canal 5.

“Él era un bandido, no un revolucionario idealista. Tenía calle”, dijo el actor, y explicó que Vanés utilizó esa ventaja para ir convenciendo a las autoridades del lugar de que le filmaran salvoconductos a distintas familias, para que pudieran irse del centro de detención. “Acá en Montevideo se encontraba con gente que se arrodillaba en el piso y le rezaba como a Dios”.

Fue detenido por su fanatismo por Rampla Juniors

Es fanático de Rampla Juniors, hoy más moderado que antes. “Hasta me he agarrado a roscazos, he ido preso”, le dijo en 2014 al ciclo Seré curioso de César Bianchi. Ahora contó a Sábado Show los detalles de aquella detención. “Fue en el Parque Viera. Tuvimos una discusión con el vicepresidente y nos fuimos a las manos, aunque nunca llegamos porque la gente nos paró, y fue la Policía. Nos llevaron a los dos en una camioneta y todo el mundo nos miraba”, contó. “En ese momento, hace 30 años, no me conocía nadie, pero los policías me conocían del Carnaval. ¡Al otro que era el vicepresidente le daban con el chicote!”, recordó entre risas.

Estuvieron “un rato largo” en la seccional hasta que los dejaron ir. A Marcel lo fue a buscar su padre, mientras su madre seguía atendiendo el videoclub familiar y atenta a la transmisión radial del partido. Cuando escuchó que el Toto da Silveira hablaba de un “energúmeno” que había sido detenido, la mujer supo que se trataba de su hijo. “¡Me tenían una fe bárbara!”, se rió Keoroglian.

Larrañaga le regaló unas botas

“Con El Guapo yo siempre me llevé muy bien. Iba a la radio o a la tele y venía a mí, le encantaba lo que yo hacía y se reía de cómo lo imitaba. Me decía: ‘Claro, es una papa, te hacés el que tenés una papa en la boca y ya está’. Era un tipo muy jovial”, recordó para Sábado Show a propósito de su relación con Jorge Larrañaga. Marcel lo imitaba en Las cosas en su sitio, cuando conducía Ignacio Álvarez, y al Guapo le gustaba tanto que tuvo un gesto especial: como el imitador repetía su frase de que las botas de potro no son para cualquiera, fue a la radio y le llevó un par a Nacho, y otro a Keoroglian. “A veces mi señora dice: ‘¿qué hacés con estas botas si no las vas a usar?’. Sí, pero esas botas no se tiran ni se venden”.

Jorge Larrañaga. Foto: Leonardo Mainé.
Jorge Larrañaga. Foto: Leonardo Mainé / El País
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Vivió un hecho sobrenatural cuando era niño

Keoroglian compartía el cuarto con su abuela, la madre de su padre y también sobreviviente del genocidio, a quien definió como “un ser iluminado” en entrevista con Historias propias. “Yo recuerdo que no dormía en toda la noche. Sacaba del ropero una Biblia en armenio antiguo, y un rosario, y pasaba toda la noche rezando en voz baja”, contó. Finalmente, reveló que vivió un hecho sobrenatural en la noche en que ella murió.

Marcel tenía apenas ocho o nueve años y ella ya estaba internada tras un largo sufrimiento. “Esa noche que murió ella, a las tres o cuatro de la mañana abrí los ojos y tenía una luz blanca (frente a la cara), pero nítida, como una cosa que estaba ahí. No podía creer. La luz empezó a subir y yo empecé a seguirla hasta que se fue por el techo. No fue una cosa de susto ni nada”, relató. “Cuando me desperté, le empecé a contar a mis padres y ellos me dijeron: ‘murió la abuela’”, a la misma hora en que él vio la luz.

Soñaba con tocar el redoblante

Keoroglian ha sido noticia por su dura crítica al Carnaval actual, al que entiende le falta una esencia que las autoridades le han quitado. No concursó en 2024 y tampoco lo hará en 2025, pero su amor por esta expresión popular se mantiene intacto. Cuenta que se enamoró de la murga cuando era un niño, en una casa que no veía del todo bien su pasión carnavalera.

“A los 8 o 9 años ya llegaba con un redoblante colgado, tocando por la calle, cantando y agarrando a los guachos y haciendo una murga y ensayando”, contó en Seré curioso. Es que su sueño original era ese, tocar el redoblante, pero lo mandaron a hacer humor, le dijo en abril a El País. Fue un camino de ida que lo llevó a brillar como un sólido cupletero.

Carnaval 2023
Marcel Keoroglian en murga La Gran Muñeca, 2023.
Foto: Juan Manuel Ramos / El País

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