Redacción El País
Instalado en José Ignacio desde la pandemia, el argentino experto en counseling Martín Virasoro explica de qué se trata esta práctica que gana terreno y que es furor entre famosos y empresarios. “Lo que logra es que veas a alguien que estaba estancado laboralmente y termina siendo gerente, o alguien que no podía pedir un aumento finalmente lo puede hacer”, asegura a Sábado Show sobre este particular método. El conferencista habla también sobre su exnovia Marina Calabró y sobre la salud mental del presidente Javier Milei.

-¿Cuándo empezaste a identificar la vocación por el coaching, la formación de liderazgos y la consultoría psicológica conocida como el counseling?

-Empecé estudiando medicina y al tercer año me di cuenta de que quería ayudar a la gente pero antes de que se enferme o se detecte un síntoma. No quería trabajar desde la enfermedad. En un viaje a Estados Unidos fue que escuché por primera vez la palabra counseling. Una prima me dijo que tenía que ir a su counselor y me explicó que en los países nórdicos uno no va a un psicólogo sino a un consultor psicológico, que es un especialista en problemáticas de pareja, familia, etc. Si este consultor psicológico considera que la problemática es más profunda puede hacer la derivación con el psiquiatra, psicoanalista, etc. Después descubrí que en Argentina esa era una carrera oficial reconocida por el Ministerio de Eduación. Dije “esto es lo mío”. Me metí de lleno a estudiar, hice cuatro años y varias especializaciones, me formé en neurociencia y entrenamiento de las habilidades emocionales. También me especialicé con una psicóloga francesa en el análisis transaccional que habla de los guiones de vida. Yo tomo consultas y hago los guiones de vida de los pacientes.

-¿Qué son los “guiones de vida”?

-Los guiones de vida son todas esas cosas que nosotros arrastramos de lo que nos han dicho y habíamos internalizado que teníamos que hacer. En mi época había que ser médico, por ejemplo. Entender estos guiones me permite ayudar a ordenar a las personas para que pongan el eje del lugar adónde se dirigen y aclaren qué es lo que quieren hacer. Muchas veces no pueden avanzar en sus situaciones personales porque no logran identificar qué los traba. Con esta técnica vengo ayudando a gente de muchas partes del mundo que tienen nudos que no los dejan avanzar. Hay gente que dice “toda la vida me hubiera gustado hacer teatro y no sé por qué no lo hice”. Cuando uno hace el guión salta todo eso. Entenderlo te permite hacerte cargo de tu propia vida. Es una mirada mucho más dinámica en los procesos de desarrollo personal.

-¿Qué lo diferencia del psicoanálisis, por ejemplo?

-Son todas profesiones independientes que tienen el mismo objetivo de ayudar a las personas. La única diferencia nodal es que los counselors trabajamos con personas que no tienen problemáticas de base. Es una profesión que permite trabajar los aspectos sanos de las personas y que identifica los bloqueos que no permiten desarrollar el potencial de cada uno. Un counselor no diagnostica, no dice si uno tiene depresión o ansiedad, eso lo hace la medicina. Nosotros acompañamos y nos preguntamos qué pasa con lo que te pasa.

-¿En general cuáles son esos nudos que impiden avanzar?

-Los temas nodales de nuestras problemáticas inician en tres lugares puntuales. El primero es cómo mis padres o tutores hablaban entre ellos, el segundo es cómo mi madre y mi padre hablaban de mí entre ellos y el tercero es cómo mis padres se dirigían a mí. Ahí aparece cómo nos relacionamos en el ámbito social, cómo nos relacionamos con las parejas y cómo nos relacionamos con nosotros mismos. Los padres no son culpables pero son los causantes de muchas cosas que hay que resolver en la vida adulta. Lo que los padres no resuelven se lo pasan a los hijos y si ellos no lo resuelven se lo pasan a la generación siguiente. Cuando aparece una problemática como la anorexia, conocer la historia detrás de ese consultante ayuda rápidamente a ordenarlo para que pueda hacerse cargo de su propia vida.

Foto: difusión

-¿De qué trata el Método RAM al que hacés referencia en tus libros?

-Es un método que creé en 2010 después de haberme dedicado por años al counseling y a la psicología positiva. Me he apoyado en neurocientíficos que hablan de la teoría de la realidad, de la aceptación y motivación. Se basa en entender que si yo no acepto mi realidad tal cual es no la puedo modificar. Es el trabajo de aceptar tu historia y reconocerla porque recién después de eso puede venir la motivación para cambiar. En el método incluí el entrenamiento de las habilidades emocionales, que es enseñarle a la gente cómo gestionar su emocionalidad, manejo de crisis, los guiones de vida, la neurociencia y análisis transaccional. Lo que generan el counseling y el Método RAM es que veas a alguien que estaba estancado laboralmente y termina siendo gerente, o alguien que no podía pedir un aumento lo pudo hacer y logró un ascenso. Cuando empezás a bucear adentro tuyo y aprendes a manejar y gestionar tus lugares más oscuros te empezás a dar cuenta de que estamos llenos de miedos, inseguridades y postergaciones.

-¿Cuánta atención se le presta en Uruguay a este tipo de métodos alternativos?

-Uruguay está empezando a entender o tener una mirada más consciente sobre el mundo emocional y de las ideas. La gente viene mucho a Uruguay a hacer retiros espirituales para conectar con la tranquilidad. Hay mucha movida en Uruguay con respecto a estas nuevas miradas y en Punta del Este hay un grupo de counselors muy interesante.

-¿Has atendido muchos famosos?

-Muchos, de Uruguay, Argentina y varios países. Atendí a muchos conductores de televisión, modelos. A la mayoría no los puedo nombrar pero algunos lo dijeron públicamente, como el Pollo Álvarez o Luli Fernández. En 2006 y 2007 trabajé para Ideas del Sur y a partir de ahí vinieron muchos famosos al consultorio. Ahí la conocí a Claudia Fernández, por ejemplo, que no fue mi paciente pero es una persona muy amorosa. También tengo el recuerdo muy grato de coaches uruguayos de aquella época.

-Ahí conociste a Marina Calabró, que terminó siendo tu pareja.

-Claro. Estuvimos juntos desde el 2008 hasta el 2014. Una de mis hijas es fruto del amor con Marina. Somos muy amigos, nos queremos mucho y tenemos una hija divina. Es una genia. Con las dos madres de mis hijos el diálogo es muy fluido, vamos a ser familia toda la vida.

-Como experto en las relaciones y emociones, ¿cuál es tu mirada sobre el presidente argentino Javier Milei, de quien muchos dicen que está desbordado emocionalmente?

-Yo no coincido con eso. Como asesor, creo que uno tiene que ordenar y mirar para atrás para corregirlo y es lo que está haciendo. Lo veo como alguien muy inteligente que rompe estructuras y paradigmas dentro de un marco muy congruente. Él se expresa de esa manera y tiene mucha más coherencia de lo que la gente cree. El tema es que estamos acostumbrados a poner rótulos en la gente, por el pelo o por cómo uno se viste. Tenemos que tener una mirada más profunda. Después de haber estado durante muchos años trabajando con gente, tengo la sensación de que Milei es una persona muy congruente entre lo que dice y hace, así que también es muy transparente.