Es el más reciente ganador del Iris de Oro a lo más destacado del espectáculo uruguayo. Maxi De la Cruz será uno de los maestros de ceremonia de la noche que consagrará a su sucesor.Cuando faltan apenas cuatro días para la gala, la expectativa de los nominados crece a dimensiones impensadas. Sin embargo, el anfitrión mantiene la calma. “Uno no es mejor por ganarlo ni peor por perderlo”, advierte.
Maxi De la Cruz es un artista dorado. Sus trabajos en teatro y televisión lo bañaron en oro a medida que fue recibiendo premios a dos orillas. "Son un reconocimiento importante", evalúa tras hacerse de dos premios Carlos en Carlos Paz, el Premio Ace en Buenos Aires y el Iris de Oro en su Montevideo natal.
Este último llegó a sus manos en una noche llena de emociones el 17 de setiembre de 2014. Al escuchar su nombre como ganador, subió al escenario del Auditorio del Sodre donde se desarrollaba la entrega, miró a los últimos invitados que quedaban en la platea y expresó: "Es un orgullo, un placer, me pone muy contento".
En 2016 tiene la responsabilidad de ser uno de los maestros de ceremonia que animarán la gala, y el Iris de Oro encontrará un nuevo dueño. Puede tratarse de un programa de televisión o radio, o una figura de los medios. Eso sí: tiene que haber ganado en su rubro. Maxi dice no tener un favorito, aunque no descarta sumar una estatuilla más a su colección. Es que el comediante está nuevamente nominado a mejor conducción por su trabajo en Yo me llamo (La Tele).
Cualquier cosa puede pasar. Todo se trata de una incógnita alimentada por una creciente expectativa que encontrará su final este miércoles, cuando los sobres con los ganadores se abran y se escuche la frase: "El Premio Iris es para…".
A días de la entrega, el último ganador del Iris de oro y uno de los anfitriones de esta edición anticipa: "capaz que agregamos alguna sorpresa a la conducción".
—¿Qué significan los premios para vos?
—Son un reconocimiento importante que suma para la carrera, pero cuando pierdo no me genera ningún bajón. Uno no es mejor por ganarlo ni peor por perderlo.
—¿Dónde guardás las estatuillas?
—Los Premios Iris los tengo en mi casa de Buenos Aires. Los que gané en Carlos Paz y el Premio Ace están en Punta del Este, pero ahora me estoy mudando dentro de Buenos Aires y me gustaría armar una especie de vitrina para tenerlos todos juntos.
—¿Qué recordás de la repercusión al ganar el Iris de Oro de la edición anterior?
—Tuvo una repercusión muy fuerte, más de la que me imaginaba. Me llamó mucha gente para felicitarme, y me sorprendieron algunas personas que pensé que se podían enterar pero nunca que me fueran a saludar.
—Este año vas a ser nuevamente el maestro de ceremonias que abre la gala, ¿cómo es conducir este tipo de eventos?
—Está bueno, me divierte mucho. Capaz que podemos agregar alguna sorpresa a la conducción que se hace siempre. Lo que más me gusta es encontrarme con gente del palo a la que uno no ve seguido.
—¿Quién te gustaría que gane el premio este año?
—La verdad es que no sé, es muy difícil. No me lo puse a pensar, hay muchos candidatos muy buenos.
—¿Cómo viene el 2016?
—Es un año raro, con muchos cambios. Se terminó Stravaganza y este año hicimos Pequeña gran mujer. Vamos a hacer una gira corta con este espectáculo, y después no tengo nada puntual con Flavio (Mendoza) para seguir. Es una etapa que se cerró muy bien. Ahora estoy viendo otros proyectos, como una obra que no es 100% de humor para estrenar en Buenos Aires y traer a Uruguay. Voy a estar yendo y viniendo.
—¿Y en televisión?
—Quiero hacer televisión en Uruguay y Argentina. Todos los años hay proyectos, ideas. No sé si sigue Yo me llamo. Es un año raro, no es para desesperarse pero hay que ir generando cosas.
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