El próximo jueves Teledoce redobla la apuesta de ¿Quién es la máscara?, el programa con el que sorprendió a los televidentes en la temporada pasada. Conducido por Maxi de la Cruz y el aporte de los investigadores Sofía Rodríguez, Fata Delgado, Patricia Wolf y Emir Abdul esta vez serán 12 los personajes enmascarados que pondrán a prueba la capacidad de deducción de todos delante y detrás de cámara.
¿Quién será “Chancleta”? ¿Quién se esconde detrás de “Vaquita”? ¿O en “Jirafa” habrá un jugador de básquetbol, como ocurrió el año pasado con Hatila Passos? Aunque algunos de los capítulos del programa ya están grabados, en la producción y el equipo reina el secretismo total: de hecho, firman un estricto compromiso de confidencialidad.
“El programa es especial en sí mismo, es tan diferente a todo lo que se ve en televisión que está muy bueno producirlo. Si en la primera temporada sorprendimos con los famosos, más se van a sorprender los de la segunda. También evolucionó el nivel de los números musicales, el equipo artístico del programa trabajó mucho cada canción y cada puesta en escena. El show se superó en todo sentido. La primera temporada fue un gran aprendizaje”, asegura Ana Laura González, gerente de producción de contenidos de Teledoce y una de las pocas personas que conoce la identidad de los enmascarados.
Consciente de que la expectativa está a flor de piel luego de la primera experiencia en 2022, González reconoce que en esta ocasión se redoblaron esfuerzos para que se garantizara el secreto. “Tenemos que seguir sorprendiendo. Algo importante fue reforzar con nuevas estrategias el secreto de quién está dentro de cada máscara. El año pasado nadie sabía qué era el programa, era más fácil. Ahora está todo el mundo atento, ya nos pasa que allegados nos comentan que vieron un famosos por Montevideo y dan por sentado que está debajo de una máscara. No empezó y ya hay expectativa. También estamos generando nuevo material para las redes, tenemos un equipo digital que está trabajando para innovar y hacer contenidos extras que le sumen al programa”, comenta.
Para el conductor Maxi de la Cruz, con gran experiencia en cuestiones de entretenimiento, este programa es especial, despierta una adrenalina singular. “Todos nos quedamos con la sensación de que salió buenísimo el año pasado y ahora, cuando nos reencontramos, se encendió esa llama de nuevo. Tenemos la misma expectativa que la gente”, asegura el conductor.
Ana Laura González coincide: “Nos encantó lo que generó el programa y fue muy gratificante saber que volvió a reunir a la familia frente a la TV abierta. Quién es la máscara abarcó un rango de edad muy amplio, no solo lo miraba la gente más grande que está siempre en la TV, también lo miraron niños y adolescentes. También fue muy curioso lo que pasó en las redes. Nos sorprendieron las repercusiones positivas en Twiter, ya sabemos que no es la red más amistosa y sin embargo se creó una comunidad que acompañó y jugó en las redes durante todo el ciclo”, considera.
Cuando se indaga un poco más sobre características de los personajes, responde con evasivas. “Podés empezar a contarlos a partir del 13 de abril”, asegura al ser consultada sobre cuántos de los enmascarados son del exterior. “No saqué la cuenta”, dice luego sobre cuáles son hombres y cuáles mujeres.
De todos modos, hay algunas certezas: el formato mantiene su dinámica de “duelos” o “truelos” y en cada programa se revelará la identidad de uno de los personajes. En total, para esta segunda temporada se prevé la realización de 10 capítulos, “aunque habrá sorpresas”, dice Ana Laura González.
Maxi de la Cruz adelanta que habrá “máscaras invitadas”, como sucedió el año pasado, que desembarcó Karina “la princesita” bajo el disfraz de Unicornio.
Al igual que el año pasado que hubo máscaras autóctonas, no previstas en el formato, como Tero y Ultratón, para esta segunda temporada se crearon los trajes de Mulita y Carpincho.
La versión argentina "no convenció"
Maxi de la Cruz revela que varios de los personajes desenmascarados el año pasado le generaron sorpresa. “Cuando apareció Cristian Castro quedamos todos impactados, además fue el primero”, recuerda el conductor.
Luego hubo otros casos, como el de Arturo Valls o María Eugenia “China” Suárez. En este último caso, De la Cruz había formulado un chiste sobre la eventualidad de que fuera ella e ironizó con el escándalo que la involucraba con Mauro Icardi y su crisis con Wanda Nara. “No hay prueba más clara de que yo no sé quién están detrás de las máscaras. De otra forma, ese chiste no lo hubiera hecho”, asegura. Más allá de las figuras en sí, De la Cruz destaca lo sorpresivo de ver a algunas figuras públicas en una faceta completamente diferente como cantantes. En ese sentido, recuerda los casos de Ricardo Alarcón, Juan Ramón Carrasco o incluso la campeona Manuela Da Silveira.
En Buenos Aires, se replicó el formato con la conducción de Natalia Oreiro y por la pantalla de Telefé. Maxi siguió las instancias del programa y no quedó del todo convencido.
“Lo hacían todos los días y me parece que es un formato para hacerlo semanalmente, dar tiempo a la gente para que especule sobre tal o cual personaje. Además, creo que los investigadores parecía que no estaban jugando de verdad. No se lo tomaban en serio: daban algún nombre pero no fundamentaban. Lo divertido de ese rol son las teorías que arman para fundamentar ese nombre”, considera el conductor.
De la Cruz se está preparando para una catarata de preguntas sobre la identidad de los personajes, al igual que pasó el año pasado. “Diría que ya me están bombardeando a preguntas”, asegura.
Las razones de su corte a cero
Luego de que la pandemia lo acercara más a Uruguay, Maxi de la Cruz ha vuelto a su rutina de vivir en Buenos Aires, donde destacó en el elenco de la obra Los 39 escalones, rol que le valió un premio Estrella de Mar, el máximo galardón de la temporada teatral marplatense.
El espectáculo está en gira y su desembarco en Montevideo fue todo un suceso. Tenía previsto hacer tres funciones y terminaron haciendo cinco. A finales de mes, en tanto, volverán para un nuevo fin de semana de presentaciones en Uruguay. “Nos sorprendió mucho la repercusión en Uruguay”, cuenta el artista.
A finales del año pasado, Maxi de la Cruz sorprendió con un nuevo look calvo. “Hay que animarse a los cambios ¿Cuál fue el tuyo o cuál tenés pensado?”, escribió al compartir una foto de su nueva imagen.
Hoy, que ya le ha crecido el pelo, revela que se razón de aquel rapado radica en el inicio de un tratamiento de implante capilar, que está próximo a realizarse. La primera fase implicaba raparse para que viniera con más fuerza el pelo, de modo de hacer el implante en la zona de cabello más débil.
“Ya estoy en el momento de hacerlo”, asegura Maxi de la Cruz. “Aunque por el tema de los programas no he podido”, añade.
La familia también se movilizó en los últimos meses con la salida de la biografía de Cacho de la Cruz, a cargo del autor Joaquín Doldán.
“El libro va por su segunda edición, se está leyendo mucho y nos tiene muy contentos”, comenta Maxi. Y añade: “Es la reunión de una cantidad de historias que yo conozco de memoria pero que está bueno que lleguen a la gente”.