Es una de las actrices más populares del Río de la Plata, y fue parte de éxitos como Gasoleros, Graduados y El Reino. Este jueves estrena Empieza el baile en cines locales, y por ese motivo van cinco cosas que quizás no sabías de Mercedes Morán.

En 2018, Mercedes Morán fue invitada a Podemos Hablar y sorprendió con dos revelaciones. “Cuando era muy chiquita y tenía 5 años, estaba muy muerta de amor con mi hermano mayor, que era adolescente”, confesó. “Lo espiaba, lo esperaba y lo veía bañarse. Era un secreto que no le podía contar a nadie”.

Luego, comentó que se casó a los 17 años solo para irse de su casa: “Mi familia no me lo permitía porque no estaba casada, así que decidí hacerlo con autorización de ellos. Yo estaba en el colegio secundario, y finalmente me concedieron el permiso. Al principio creían que me casaba de apuro y sí... Tenía apuro, pero para irme de mi casa”, comentó.

En un principio, la argentina tenía otro proyecto para su vida adulta. Así se lo contó, años atrás, a la agencia Efe: “Llegué a la actuación de una manera muy casual, aunque no creo en las casualidades. Yo cursaba Sociología y los militares dejaron sin efecto mi carrera”, comenta sobre el Golpe de Estado que ocurrió en 1976 en Argentina.

Morán, que ya llevaba tres años en la carrera, no quería perder el año, así que tomó la sugerencia de un amigo y se anotó en un taller de actuación con el actor Lito Cruz. Su primer trabajo fue en la telenovela Donde pueda quererte (1980), en la que compartía elenco con Darío Grandinetti, con quien ahora trabaja en la película Empieza el baile. Según le relató a Página 12, la experiencia en Sociología fue esencial en su trayectoria como actriz: “Lo que me movió para estudiar Sociología fue tratar de entender el comportamiento de la gente en sociedad (...) Yo baso mi trabajo en construir personajes que respondan a algún comportamiento coherente con su carácter”.

El año pasado, durante una entrevista con Caja Negra, reveló el extraño suceso que vivió durante el parto de María, su segunda hija. “Pedí que me anestesiaran, y al tercer pujo me desvanecí. Cuando me desperté me hicieron las clásicas preguntitas: ‘¿Quién sos?’, ‘¿Cómo te llamás?’. Las contesté, y tres días después, cuando ya estaba por salir de la clínica con mi beba, aparecen el médico, el partero, mi marido y mi terapeuta para contarme algo”, narró. “‘No te asustes, pero el otro día, cuando estábamos haciéndote las preguntas, hablaste en inglés fluido, francés fluido y esperanto’, me dijeron. Pero yo no hablo en francés ni en inglés. ¿Y qué es esperanto? Ahí me enteré que una lengua muerta. Hablé tres idiomas y lo supieron porque uno de los que estaba en la sala asistiendo los hablaba. A mi marido le preguntaban cosas como ‘¿ella lee mucha literatura de ficción o ve muchas películas?’ No. Así que bueno, son experiencias de una conciencia alterada”, relató.

Entre 2006 y 2018, la actriz de Gasoleros fue pareja del artista plástico Fidel Sclavo. En 2016, durante una entrevista con Revista Noticia, habló de su romance con el uruguayo y dijo: “Me siento feliz y vivo el amor de una manera diferente de cómo lo viví en mi juventud; ya no es sinónimo de nervio y tensión. Al tener más años, discriminás las cosas que te hacen sentir bien y las que obedecés culturalmente”. Cuando la relación se terminó, Morán habló con el ciclo radial Modo Sábado y dijo: “La separación es la pérdida de un proyecto en común, pero ya no se vive como antes. Uno siente que la vida es corta, y pasados los 50 ves la vida de otra manera. No tengo vocación de pasarla mal, quiero pasarla bien”.

En 2020, en medio de la cuarentena obligatoria que se vivió en Argentina para combatir el coronavirus, Morán ofreció una entrevista con Últimos cartuchos, donde sorprendió al público con una revelación sobre su rutina hogareña. “Soy fumatina”, lanzó, “¿Flores?”, le preguntaron los conductores. “Sí, de Bach”, respondió, con una sonrisa pícara. En ese momento, la actriz estaba mirando Breaking Bad y dijo: “Después de almorzar, un poco de tranquillidad, y al ratito un tecito, un fasito y a ver un poco de series”. Días después, publicó una foto en Instagram que se volvió viral. Una monja fumaba marihuana junto a un texto que decía: “En estos momentos todos necesitamos un toque de fe”.