Fue el penúltimo en irse de la casa de Gran Hermano en la pasada edición del reality, y desde entonces Nacho Castañares no ha parado quieto. Actualmente conduce, de lunes a jueves de 18.00 a 21.00 Fuera de joda en el streaming de Telefé junto a Julieta, Daniela y “La Tora”, además, de lunes a miércoles de 21.00 a 22.00 conduce Espiando la casa, y a veces también está en La noche de los ex del reality. “Para julio vamos a sumar algo más”, dice Nacho a Sábado Show. En esta entrevista, el también influencer habla de su preparación para los proyectos que le han llegado para actuar, también de su relación con “La Tora”, de Marcos Ginocchio, el ganador de la pasada edición, y además confiesa que le gustaría hacer televisión en Uruguay.

—Hace pocas semanas se cumplió un año del final de Gran Hermano. ¿Qué balance hacés de estos meses?
—Increíble. Es una locura mirar estos meses para atrás y ver la cantidad de cosas que pasaron en este año que parece que fue hace más tiempo. Se siente como que pasó hace mil años, pero ahora estoy acompañando también a los hermanitos nuevos, porque está bueno estar ahí para ellos, para lo que necesiten y también verlo desde afuera que también es muy loco. Para mí este Gran Hermano es el primero que veo completo, al menos me pasa a mí que era de los más chicos, así que eso también lo estoy disfrutando.

—Dijo tu padre, Rodo, que te han llegado propuestas para actuar pero preferiste formarte antes de dar ese paso. ¿Cómo marchan esas clases?
—Este es el año. Estoy estudiando para poder actuar, ojalá que en el segundo semestre hagamos algo, pero también estoy descubriendo a un Nacho que le gusta hacer muchas cosas, que está probando de todo, que no solo está compartiendo set de grabación para ver cómo funciona, también está compartiendo estudio de música, hay varias facetas de un nacho distinto. Y disfrutando, porque es parte del desarrollo para un Nacho que siempre se dedicó al fútbol.

Foto: Difusión.

—Claro, ahora estás probando otros mundos.
—Otras áreas que por suerte le gustan todas.

—¿En qué te sentís más cómodo?
—La actuación me gusta mucho. Realmente creo que es algo que disfruto también hacer y que por lo menos, obviamente, nunca lo hice de forma profesional pero creo que lo haría también de algo formal y sería muy bueno. Y después también de parte de la música, es algo que siempre me gustó, siempre me acompañó. Pero eso, bueno, lo tengo un poquito más en segundo plano. Lo disfruto pero todavía no sé si va por ahí la mano.

—O sea, no hacer por hacer.
—Tal cual. Con mi papá siempre habíamos hablado de hacer cosas que estén buenas. Por eso también, cuando salí de la casa y sobre todo en verano, llegaron muchas propuestas para hacer teatro en Carlos Paz o Mar del Plata, y dijimos a todo que no porque nos parecía lo lógico. Mejor hacer en el futuro, cuando esté profesionalizado.

Foto: Difusión.

—Hablando de Gran Hermano, esta es una casa muy distinta a la que vos estuviste. ¿A qué se te parece que se debe este cambio de que ahora se premia al más fuerte de carácter?
—Creo que se tuvo que plantear una casa distinta porque si no iban a empezar las comparaciones; que tal es parecido a fulano, que Martín es parecido a mí, que Juli se parece a tal otra, y capaz los participantes se cargaban esa esa mochila que no está bueno, porque lo importante es que se desarrollen como personajes ahí adentro y hagan su juego. Entonces, creo que el casting ya de por sí nació para una casa más problemática. No sé si ellos se imaginaban tan problemática pero si donde se realiza mucho más el juego y con más jugadores de lo que había habido el año pasado, y creo que lo que se está viendo hace que las personalidades fuertes resalten, y estén a los gritos, haya más peleas y más discusiones. Pero a la gente también dentro de todo le gusta porque creo que cambió, y no sé si le está yendo peor o mejor, sino que cambió el público. Capaz el año pasado era un público más de familia y capaz hoy no es tanto para la familia pero si a los que les gusta el juego, y se sumó mucha gente que el año pasado no lo miró porque les gustaba ese juego. En ese sentido es equiparable, y está bueno para los que están dentro de la casa y los que fueron saliendo que tengan su propio Gran Hermano, y que sea distinto al nuestro.

—Este año hay mucha más intervención del afuera. Ustedes estaban mucho más aislados, ¿no te parece?
—Hay distintos tipos de Gran Hermano, hay distintas formas de desarrollar el programa y creo que son necesarios. La intervención de personajes como Santi (del Moro) como de las familias en los “Congelados”, nosotros no tuvimos nada de eso, fue justamente porque en este año el agua siempre está hirviendo en la casa. Entonces, para que no termine de explotar la pava, tiran un chorrito de agua fría para que se calme, después vuelve y tira otro chorrito de agua fría. Creo que está bien porque cuando hay tanto juego, a mí me pasó que a veces, te focalizas tanto en el juego que se te quema la cabeza. Entonces, que entre tu familia, o gente nueva, es como que te hace resetear un poco la cabeza y te calma. Creo que por ahí va la mano.

Foto: Difusión.

—Este año, sobre todo por el ingreso de Coty quien entró y salió en poco tiempo, se habló de traiciones, ¿existe la traición en Gran Hermano?
—No, el juego de Coty el año pasado se terminó ahí, y cuando entró ahora fue a jugar, lo que se notó mucho. Ella entró con las ideas muy claras, para mí estuvo muy bien pero tenía la desventaja que los participantes la habían visto jugar, y la gente también. Y entró con un fandom gigante pero también con mucha gente en contra. Le tocó irse por un rival muy fuerte como Furia que la pudo desestabilizar, en parte, y creo que eso la terminó sacando. Igual estuvo el momento que tenía que estar, porque creo que ella tampoco entró con la finalidad de ganar. Entró a jugar, y no sé si la estaba pasando tan bien como para seguir jugando un mes más. Igual, en esos días alteró la casa, hizo que los “bros” se despierten, que haya pelea, hizo que Furia salte contra el Chino, así que estuvo bárbaro.

—¿Volverías?
—Creo que volvería pero no sé si en esta edición. Está llegando a su fin, tiene los personajes muy marcados y no tendría mucho sentido mi presencia. Capaz que en un Gran Hermano famosos, o algo con exparticipantes, estaría bueno. Creo que entraría como Coty a jugar directo porque no te cuidás para ganar, y que dure lo que dure. Sería más por la gracia de volver, y sin las expectativas tan altas como cuando entré. Es un juego divertido, apasionante y jugar con “la vida” de uno es apasionante.

—Sin dudas el programa abre puertas, después está en uno ver qué hacer con esa fama.
—Sí, abre muchas puertas y después uno sabe qué hacer, para dónde ir, pero es una vitrina gigante.

Foto: Florencia Cruz

—¿Tenés idea qué le ha pasado a Marcos que desapareció?
—Marcos está bien, hablo mucho con él. Afuera de la casa nos hicimos mucho más amigos de lo que ya éramos adentro. Está muy bien, está contento y con un montón de proyectos. Está estudiando también, se está preparando un montón. Él había dicho adentro de la casa que no entró por la fama, no entró por el premio. Entró por una experiencia, y terminó siendo el ganador de la experiencia. Y después de ese broche de oro se quiso alejar de los medios, porque tampoco le interesa estar metido en el día a día de los medios, pero sigue en lo que le gusta que es el modelaje, capaz que incursiona en la actuación.

—Y vos ya estás trabajando, en las galas de los exparticipantes y en el streaming de Telefé.
—Sí, tenemos una grilla enorme y estamos todo el día ahí. Y cuando termine Gran Hermano va a seguir, está la Copa América que va a ser transmitida por Telefé, entonces se vienen cosas por ese lado. Y después hay un montón de proyectos que, ojalá, dentro de poquito ya puedan ir saliendo. Mi idea también es volver a Uruguay, porque con los horarios no he podido volver a Aweno los viernes, pero quiero volver y estamos viendo si puede surgir algo más.

—¿Qué te gustaría hacer?
—Me gustaría hacer tele, la televisión de acá me gusta realmente, y por qué no, también actuar. Y en Argentina lo mismo, el streaming es algo que me encanta, y quiero ir probando cosas distintas.

—El streaming ha tenido un crecimiento imponente, incluso del año anterior a este.
—Sí, antes un estudio de streaming eran dos cámaras para cuatro personas con cuatro micrófonos y nada más. Y hoy los estudios son con luces, seis cámaras, seis micrófonos, dos computadoras, una consola de sonido, realmente avanzó un montón. Y está bueno que exista ese espacio porque es el futuro para nosotros.

—¿Cómo van las cosas con “La tora”, ya que terminaron la relación pero siguen trabajando juntos?
—Todo bárbaro. Somos compañeros de laburo y nos llevamos bárbaro. Obviamente tenemos roces, como todos. A veces uno le responde mal, pero al conocernos tanto entre nosotros, no pasa nada. Ya nos conocemos las formas. Pero por ahí de afuera se puede ver algo mal. Es como, “mirá cómo se pelean”, y por ahí nosotros ni le dimos importancia. No nos damos cuenta hasta que nos llega un clip, pero bueno, la gente tiene que entender que también al ser ex tenemos mucha más confianza que, capaz, dos que son solo compañeros de laburo. A veces le digo “Lu, basta”, que puede quedar como seco, pero no quiere decir que la esté cortando, son los códigos que tenemos entre nosotros.

Consultado sobre los cuatro jugadores que imagina en la final, Nacho dijo: “Veo a Furia, veo al Chino, y después tengo dos que pueden ir también, como puede que no: Virginia y Emmanuel. Ellos son los cuatro que hoy veo, pero puede ser que en la próxima placa veamos a Emma afuera, o que pase seis placas más. Es muy variable. Pero hoy por hoy, veo a ellos cuatro en la final”.