Redacción El País.
Es maestro y enfermero, pero quedó en la retina por su labor actoral: 17 años en Decalegrón, 15 en la Comedia Nacional y un memorable papel como villano en El Baño del Papa. A los 75 años, Nelson Lence lleva una vida tranquila de retirado. Habitué del Bar Las Palmas en 18 de julio, es de los parroquianos que disfruta de sentarse solo en una mesa y mirar en el trajinar de la vereda, su propio camino.
Vive en una pensión, como ha vivido siempre desde que llegó a Montevideo. Oriundo de Melo, el actor arribó hace 44 años a la capital en busca de oportunidades artísticas. Se formó en la Escuela de Arte Dramático y a mediados de los ’80 pidió trabajo en Decalegrón. De tanto insistir, lo aceptaron como extra y de a poco fue ganando personajes. Los más recordados por la gente y por él fueron (son en realidad) la imitación de Mariano Arana o aquel cliente de videoclub que decía con los ojos desencajados: “Sexooo”.

“Es una opción de vida”, asegura Lence sobre la vida en pensiones. Ha pasado por varias y en la actualidad vive conforme y contento en un pensionado ubicado frente a Canal 10, el lugar donde trabajo tantos años. “Tiene cuatro baños, lavarropa, microondas, heladera… El ambiente es muy bueno”, complementa.
Soltero y sin familia directa, encontró en la convivencia de pensiones una dosis justa de compañía, además de una ventaja económica. “Tuve posibilidades de alquilar o incluso comprar a crédito un apartamento. Pero si hacía eso, ¿cómo quedaba después de que en 2001 se terminó Decalegrón?”, se pregunta sobre el mayor impacto negativo de su carrera.

Nelson Lence viene de pasar un duro trance de salud. Según cuenta allí sentado en una mesa de Las Palmas, estaba de compras en un supermercado cuando sintió un dolor tan punzante que perdió el conocimiento y desvaneció. Ingresó de urgencia y estuvo un mes internado en La Española, donde lo operaron de la vesícula.
De alta hace algunas semanas, el actor quiere agradecer: “A los cirujanos Rodríguez y Ramos. A mis grandes amigas Susana Arostegui, Tamara García y las hermanas Secker, Verónica y Cecilia. Estuvieron permanentemente cuidándome durante un mes”, asegura.
En momentos de agradecer, también Lence quiere recordar a Marta Scalabrini, una mujer que hace 40 años lo cuidó en su casa de una larga convalecencia. El actor estaba caminando cuando se le cayó una maceta que le impactó en la espalda. Scalabrini, hoy fallecida, fue su benefactora. “Fui un mal agradecido porque me fui de su casa y no volví más. Hoy me quiero reivindicar”, comenta.

La última actividad artística de Lence fue como parte del elenco Sangre en los tocones, obra dirigida y protagonizada por Humberto De Vargas en 2016. “Después no me sentí más motivado a trabajar. En la vida hay momentos para todo”, dice.
Nelson Lence se jubiló gracias a sus años como docente, tanto en Primaria como en la educación privada. Se suma su trabajo en Canal 10 y también en la Comedia Nacional.
Con sus viejos compañeros de Decalegrón mantiene vínculos, aunque no lo definiría como una amistad. De ellos recuerda el profesionalismo y cómo se divertían cada lunes, en las grabaciones del programa de humor de Canal 10. Comenta: “En la gente quedan los personajes. Cada vez que alguien me señala uno de mis personajes, me da más vida”.
