Es uno e los comunicadores más conocidos de la televisión actual y tuvo un cambio de vida a inicios de este año cuando dejó Canal 4 y se mudó, junto a su esposa e hija pequeña, a vivir a Punta del Este. Lo que no cambió fue su pasión por la comunicación.

Hace pocas semanas, Nicolás Núñez comenzó con la conducción y producción general de Hasta el hueso, que se emite los viernes a las 22.00 por Canal 2 de San Carlos y, dice, resume sus dos grandes pasiones: entrevistar y opinar. Además, continúa en Radio Viva 96.7 de Punta Del Este.

Desde su nuevo hogar, Núñez charla con Sábado Show.

El comunicador hace un balance de estos meses fuera de la capital, cuenta las diferencias entre trabajar en la televisión del interior y la de Montevideo, y dice cuál es el tipo de periodismo que le gustaría hacer de ahora en adelante.

—¿Qué balance hacés de estos meses viviendo en Punta del Este?
—Estamos felices. Es la primera vez que me mudo afuera de Montevideo desde que nací, y eso me llevó un período de adaptación, pero hasta el momento no hubo un día en que nos hayamos arrepentido ni 10 segundos de la decisión que tomamos.

Foto: Ignacio Rodríguez.

—Además, estás a una hora y media de Montevideo.
—Sí, es un toque. Las veces que hemos tenido que ir por cuestiones laborales no hubo problemas. Nosotros no estamos acostumbrados, pero realmente no es un tema la distancia o el viaje. Y si es muy tarde, en Montevideo siempre hay un familiar y amigo, pero no se te hace pesado el trayecto. Estando en Montevideo, si tenía que ir a Carrasco demoraba unos 45 minutos; y para acá ponés una hora y 45 reventando. Además, la ruta está divina, vas escuchando la radio, y no se vuelve pesado.

—Noté que no pudiste con el vicio y volviste a la televisión.
—(Se ríe) Era algo que tenía pensado. Cuando diseñé mi nuevo formato de vida, era manteniendo la radio y cosas que hago como redes sociales y conducción de eventos, que acá hay mucho. No descarto mañana volver a hacer televisión en Montevideo, pero lo que sí quería era hacer televisión acá, porque siento que de alguna manera es participar, involucrarte en los temas de la comunidad de la que ahora soy parte. Entonces siempre tuve esa idea de tener una pata acá, y estoy supercontento. Es un canal muy profesional y la gente que labura lo hace con mucho profesionalismo. Creo que es un producto compatible con cualquier cosa que se pueda hacer en Montevideo. No veo que por estar haciéndolo acá sea peor televisivamente que lo que se puede hacer allá. Además está el formato. Estoy haciendo lo que hace mucho tiempo tenía ganas de hacer, un programa de entrevistas y opinión. Porque a mí me gusta preguntar y opinar.

—Lo último que estabas haciendo era la conducción del informativo y de las entrevistas en Canal 4.
—Claro, y es lo que creo -por lo que he ido recolectando- que a la gente más le gusta. Hacer el informativo es divino, pero tenés ciertos límites de los que no podés moverte porque estás como encorsetado en un formato. El programa que más me seduce es el que tenga una entrevista o dos, y poder opinar sobre los grandes temas. Creo que la gente lo demanda más, no le alcanza el periodista que no se involucra con dar su parecer de las cosas, y cuadró también que estoy haciendo un programa que me representa en cuanto a lo que tenía ganas de hacer.

Foto: Ignacio Rodríguez.

—¿Se pierde la objetividad con ese estilo de periodismo en el que se opina?
—No dejo de ser objetivo. Creo que en Argentina tenés un tipo de periodismo que es más identificable políticamente. Acá no hay medios que sean de una línea editorial, y si pensás de otra manera no podés trabajar. Pero salvando esas distancias, considero que la gente valora cada vez más al periodista que dice su opinión sobre un tema. No es una opinión político partidaria, es una opinión periodística. Un periodista recolecta información, tiene fuentes, señala errores y aciertos. Entiendo que es una demanda del público de hoy. No alcanza con el periodista aséptico que no se involucra en el sentido de que no está dispuesto a decir lo que piensa. No es estar afiliado a una postura política, ni decir que el gobierno hace todo bien o que hace todo mal, no va por ahí. Es analizar algunos temas políticos de la semana y marcar algunas cosas, porque uno es periodista y a veces tiene más información, o puede decodificar ciertas cosas que para el común de la gente que ve la noticia en un informativo, se le pueden escapar.

—¿Qué diferencias hay a la hora de trabajar en un canal del interior?
—La económica, y sobre todo de infraestructura, cantidad de gente que trabaja; hay diferencias bastante grandes. Hoy por hoy, técnicamente, se ha reducido mucho la diferencia. El mundo se ha globalizado y los equipamientos ya no son tan caros como antes, y las entrevistas las hacemos a tres cámaras. Capaz que eso, hace 10 años, era imposible. No hay mucha diferencia entre un canal de Montevideo y el interior en cuanto a cómo queda la imagen, la calidad. Claro que, si en Canal 4 hay 200 empleados, en un canal del interior hay menos cantidad de recursos humanos. Pero me encontré con una canal que hace la transmisión para varios canales de Montevideo, hay partidos de Maldonado que son transmitidos por Canal 2 y hacen la corresponsalía de Canal 4. Por eso no sentí el cambio ni sentí que estoy dando tres pasos para atrás.

—Has trabajado en la Red y en Canal 4, y en cada lugar has estado varios años. No sos de los periodistas que salta de un lado al otro.
—Soy de la vieja guardia, soy nacido en el siglo XX. Pasa que he tenido la suerte, o al menos las cosas se han dado así, de que soy una persona que se encariña mucho con los lugares de trabajo. No soy un tipo que quiere estar en un lugar seis meses y después quiere irse; soy de los que, cuando me sumo a un proyecto, me pongo la camiseta y trato de involucrarme al 100 por ciento. Me ha pasado de irme de ciertos lugares y después volver, como en la Red, que arranqué cuando estaba haciendo mis primeras armas en televisión, me fui y al año volví. Tengo eso de involucrarme, y las personas que me contrataron siempre vieron que estaba. De ningún lado me corrieron, lo que es una suerte, porque son cosas que pasan. Además, tuve más rotación en radio que en televisión, pero los que estamos en los medios de comunicación entendemos la dinámica y sabemos que hoy estás arriba y sos una figura de un medio de comunicación y a los seis meses podés ser despedido, o por una frase desafortunada, perdés el trabajo. Eso es parte del juego de esta profesión.