Por Nicolás Lauber
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Noelia Pace, la medium más conocida de Argentina llega por primera vez a Uruguay con su espectáculo de mediumnidad. Pace había marcado una fecha para su presentación, el 20 de marzo en el teatro Movie que se agotó en pocas horas. Se agregaron más funciones, para el 14 y 16 de abril que también se agotaron, para el 11 de mayo que también se agotó, y sumaron una nueva, el 12 de mayo. Entradas por la web de Movie.

Pace, quien conduce el programa de radio Medium noche por la radio Vorterix y le valió un Martín Fierro, habla de su carrera y cuenta cómo es convivir todo el tiempo con las almas.

—¿Cuándo te diste cuenta que podías comunicarte con las almas?
—A los seis años empecé a expresar la comunicación que tenía con el hombre que veía. Después me doy cuenta, por lo que me dicen, que estaba muerto. Ahí comenzó todo el proceso. Fueron muchos años de que me lleven a distintas escuelas espiritistas, que me pruebe gente espiritista para ver si era verdad o no, hasta que se dieron cuenta que era cierto. Transcurrió mi vida y fui tratando de sobrellevarlo y acompañar una vida común y corriente como todos.

Foto: Difusión

—¿No te daba miedo?
—Cuando me pasó la primera vez sí, pensé que había una persona en mi habitación. Después le expreso a mi mamá y cuando les empiezo a dar detalles de la persona, cómo había muerto, qué decía y a quién se lo decía, ahí caen en cuenta y me dicen que era el hermano de mi abuela que había muerto antes de que yo naciera. Me mostraron varias fotos y yo les marco quien era y era él quien estaba transmitiendo. Siempre me interesó, por más que estudié otras cosas, por más que intenté seguir una vida común y corriente, esto es lo que soy, soy medium las 24 horas. No tengo horarios fijos.

—El horario te lo marca quien viene a consultarte.
—Exacto, la agenda se lleva por una cuestión de comodidad terrenal, pero esto es todos los días en el momento que se necesite. Hay que entender que pasás a ser un servicio.

—¿Cómo se maneja una vida normal con esto que no es nada normal?
—Para mí está todo dentro de la misma normalidad, pero sé que para muchos es difícil. Yo tengo un pacto con las almas, no me perturban, no me molestan ni me generan malestar, entonces de esa manera permito que se comuniquen y que podamos generar la respuesta, el mensaje y la sanación porque lo que busco es que entiendan que la mediumnidad sana, libera a quien se quedó en este plano esperando una respuesta y a esa alma que quizás partió sin una respuesta o sin poder expresar lo que le pasaba. Así que es todo un combo.

—¿Se controla o todo el tiempo estás recibiendo mensajes y apariciones?
—Es cómico a veces. Pasa que estoy cocinando y de repente hablo y mis hijos me miran como diciendo ¿a quién le hablás?, pero ya están acostumbrados. En cierta forma se controla y no puedo evitar, los veo y los siento. Aquí donde estamos ya entré y vi, pero el punto es si está preparada esa alma para hablar, y si está preparado el que está para recibirlo, pero están. Somos energía y estamos en constante comunicación, eso es lo que busco, que la gente se de cuenta que el morir no es el final de todo. Somos energía, se transforma, se modifica, tratamos de concluir, llegar a comunicarnos con ese sentir. A mucha gente le pasa y a muchos le pasa de decir: siento tal cosa y no lo dicen porque les da vergüenza, y no hay que callarse. hay que decirlo, porque eso es lo que está esperando esa alma para transmitir. Igual que hablarles, hay un tabú con que al muerto no se le habla y es todo lo contrario. A mi muerto debo hablarle para que comprenda, porque de la misma manera que se pasa el duelo en este plano, lo pasa ese alma. Lo padece ese alma.

Foto: Difusión

—¿Cómo es la comunicación, los escuchás, los ves, los sentís?
—En mi caso los veo, los escucho, los siento, y me dejan ver situaciones. El hecho de tener videncia y mediumnidad hace que se amplifique aún más esa capacidad y ellos transmiten el mensaje. La diferencia está entre la comunicación con las almas, y la comunicación con el espíritu a nivel rastreo y búsqueda de personas. En esto último es donde se trabaja mucho más con la videncia. Pero el espíritu que es lo que llevamos nosotros y compartimos con nuestro cuerpo físico mientras estamos vivos, de alguna manera comunica. Muchas veces lo que necesitamos comunicar no lo expresamos físicamente pero sí lo expresa el espíritu.

—En qué consiste este espectáculo que traes al Movie?
—Un 20 de marzo debuté en Argentina llevando esta experiencia única al teatro. Rompí las barreras y estructura del espiritismo de la mesa redonda todo lúgubre, oscuro, y casualidad, un 20 de marzo llego para romper estructuras en Uruguay y les vengo a mostrar que en un teatro donde hay una energía siempre mágica, donde el ser libera sus emociones, ahí les propongo conectarnos, aprender, que las almas dejen sus mensajes, que ustedes dejen el suyo, pero sobre todas las cosas, que se permitan vivir la experiencia única de darse cuenta que la muerta simplemente es un cambio.

—Entonces es un espectáculo “interactivo”.
—Es así porque lo que les muestro es que no hace falta solo ir en un horario especial, con determinadas personas, únicamente si la luz está apagada. No hay que tener ese miedo, porque el alma cuando necesita darte un mensaje, se comunica a través de la canción que estás escuchando arriba del auto, entra el colibrí o la mariposa y se te posa encima y te está marcando que está ahí. Te hace encontrar papeles cuando estás limpiando la casa un domingo a la mañana. Ocurre porque el alma necesita comunicarse, y lo hace en cualquier momento. Venimos de una escuela espiritista que cerraba y generaba este clasismo, este “para pocos”, pero en realidad es para todos, porque todos somos parte de este universo.

—¿Te ha pasado de recibir un mensaje pero que no haya nadie para recibirlo?
—Me ha pasado de que las almas llegan con el mensaje antes que llegue el consultante. En esos casos siempre anoto, y eso lo que hace es confirmar al universo que esa persona va a llegar a recibirlo. Pasa el tiempo, llega y no hace falta ir a lo que estaba anotado porque el mensaje se da igual, porque el alma se presenta. También me ha pasado de gente que en el momento que se lo decís te mira como diciendo: “esto no puede ser”, y después te escriben por privado y te dicen que tenía razón. Creo que también es estar preparado para recibirlo.

Foto: Difusión

—¿Y estamos preparados o hay que abrirse de alguna manera?
—Estamos necesitados de recibirlo con una idea de que si nos permitimos eso, van a interactuar con mi interior, entones como que el permitir va a ir fluctuando, pero todos necesitamos saber qué iba a decir el abuelo, o qué diría papá si estuviera acá. A todos nos pasa. En mi caso y hablo solo por mi trabajo, busco que el mensaje sea concreto, detalle minucioso para que el otro ser que está en este plano escuchándolo, sepa que es el alma. No simplemente un “estoy en paz”.

—¿Te consultan famosos?
—Sí, muchos famoso, políticos, también situaciones de búsqueda, porque se trabaja de otra manera. Para mí, cuando están en las sesiones, es una persona común y corriente. Les duele la muerte como a cualquiera y necesitan saber.

—Hay mediums que tienen programas de televisión, ¿hay interés, más allá del idioma o la cultura, por saber sobre estos temas?
—Siempre lo hubo. Lo que pasa es que la humanidad va buscando en una velocidad que a veces no se permiten el tiempo que corresponde. Porque lleva su tiempo.

—El ejemplo del papel que se encuentra limpiando es como una serendipia.
—Sí, o quizás estás necesitando saber qué haría en tal momento y suena la canción que escuchaba esa persona. Esa sincronicidad que hace el universo, esa comunión de energías es la mediumnidad y son las almas.

—Decías que también ayudas a la policía o a familias que buscan a alguien. ¿Cómo es eso?
—Me ha tocado trabajar para otros países donde se respeta mucho la palabra y donde he tenido la suerte que los han encontrado en su mayoría vivos lo cual para mí es una tranquilidad. También me ha pasado con otros que no. En Argentina, si bien los casos son muy resonantes, son también pocos los que llegan y dan información. Pero pasó algo muy especial el segundo martes de enero cuando estaba haciendo la temporada en Mar del Plata. Llega una chica y me dice que viene a preguntar por su hermano, y le digo: pero está vivo. Me dice: sí, pero no me puedo comunicar. Entonces le doy una serie de detalles e información que es otra de las cosas que pasa, una vez que doy la información no me vuelvas a preguntar porque ya se emitió el mensaje. Esa chica recibe toda la información y el anteúltimo martes de febrero, antes del final de la temporada viene al teatro y dice que viene a dar su testimonio porque encontraron a su hermano a la cantidad de días que había dicho, estaba en el lugar que había dicho, con el problema que dije que tenía y que está bien. Eso te llena el alma. Después hubo un caso en Catamarca de un señor que estaba haciendo trekking y no había vuelto. Me llaman y les doy exactamente cómo había caído por el barranco, la ubicación y el tiempo en el que necesitaban moverse porque sino no se iban a encontrar con nada bueno. Lo encontraron y los médicos dijeron que si pasaba una noche más, no iba a aguantar. Eso te da esa tranquilidad de decir: para algo vine a este mundo.