Pablo Duggan relativizó "maravillas" de Uruguay y apuntó contra Ignacio Álvarez: "Me echó como a un perro"

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Pablo Duggan.

ENTREVISTA

El periodista argentino generó polémica al calificar a Uruguay como “una farsa que la derecha argentina quiere vender”. Habló de las repercusiones y del abrupto final en el ciclo de Ignacio Álvarez.

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-Un editorial tuyo en C5N, donde asegurabas que “Uruguay no es una maravilla” y “Lacalle Pou es una farsa” que quiere “vender la derecha argentina”, generó mucha repercusión…

-Sí, me sorprendió la cantidad de mensajes en Twitter, aunque esa red hay que tomarla con pinzas. Recibí mensajes de todo tipo de uruguayos: algunos que me dieron palo y otros que me decían: “Por favor, seguí contando estas cosas que nadie la cuenta”. Me llamó mucho la atención el impacto, porque yo lo único que hice fue mencionar algunos hechos que afectan al gobierno de Lacalle Pou.

-¿Te parece que tiene escándalos “más graves” que los de Alberto Fernández, como dijiste?

-Por lo pronto, tener a un jefe de seguridad que falsificaba pasaportes para los rusos me parece muy grave. Yo nunca vi una cosa así. Pero más allá de eso, lo que me parece un discurso berreta de la derecha argentina es el de endiosar a Lacalle Pou como el mejor presidente de la región o que Uruguay es mejor que Argentina. No es así. Mi padre nació en Uruguay y yo he pasado todos los veranos de mi vida en Punta del Este. Uruguay me parece un país magnífico y Argentina también. Son dos países maravillosos y también incomparables. Es un argumento berreta comparar peras con manzanas. No se puede comparar a Argentina con Uruguay porque hay diferencias enormes de tamaño y de estructura productiva.

-Pero es innegable que en los últimos años, muchos argentinos están viniendo a residir en Uruguay…

-Sí, pero los que se van tienen cierto perfil. Algunos se van por motivos fiscales y/o políticos. La mayoría tienen un dinero que, dicho sea de paso, hicieron en Argentina. No se están yendo los jóvenes a ver si hacen una carrera en Uruguay. Se están yendo personas con dinero, a vivir una situación de casi retiro. Digamos la verdad.

-Atraídos por una mejor calidad de vida…

-Eso también es relativo. Dentro de ese relato de la derecha se dicen cosas que son mentira. La inseguridad, por ejemplo, es un problema más grave en Uruguay que en Argentina. Lo marcan los índices de homicidios.

-Habría que ver otros delitos o cómo se miden en cada país…

-No sé. Los números están disponibles y marcan que en relación a la población, hay más asesinatos en Uruguay. Pero más allá de eso, te venden un paraíso que no es tal. Algunos medios en Argentina tienen o tuvieron inversiones inmobiliarios en Uruguay. Entonces detrás de la “maravilla de Uruguay”, estaba el negocio de vender una apartamento o una casa en Punta del Este. Lo que yo digo: es cuidado. Uruguay es un lindo país, pero que nadie compre espejitos de colores.

-Además del vínculo familiar por tu padre con Uruguay, trabajaste varios años como corresponsal de Las cosas en su sitio (Radio Sarandí), cuando era dirigido por Ignacio Álvarez. ¿Qué pasó que terminó ese vínculo?

-Me echó hace dos o tres años.

-¿Pero fue un proceso, obedeció al desgaste o de un día para el otro?

-Me llamó un día y me dijo que no iba más. Me echó como a un perro. Me dijo que había cambiado mis opiniones respecto al gobierno de (Mauricio) Macri, del que he sido y sigo siendo muy crítico. Y eso al parecer no le gustaba a él. Es cierto que yo tuve una evolución en mi pensamiento como periodista. Durante el gobierno de Cristina (Kirchner) yo había tenido opiniones duras sobre cosas que pasaron y en ese tiempo tenía más feeling con Nacho. Además, yo también tenía esperanzas en Macri cuando inició el mandato pero luego me di cuenta de que era mucho peor. Los índices de empleo se hicieron pelota y dejó sin trabajo a millones de argentinos. La solución que Macri le daba a los empresarios era: “Cierren e importen”, pero así dejaban sin trabajo a miles y miles. Macri gobernaba para un país de 10 millones, pero Argentina tiene 47 millones. En lo personal, además, sufrí una persecución encarnizada. Yo escribí dos libros sobre el tema, no soy un improvisado.

-¿O sea que en el programa lanzabas críticas a Macri y a Álvarez no le gustaban?

-No. Yo pensé que era una persona más abierta. Pero no. Es más. Estuve como 12 años y si bien no llegué a averiguar, podría haberle hecho un juicio a él o a la radio. Me echaron por mis opiniones. Me encantaría asesorarme con algún abogado uruguayo a ver si estoy a tiempo y si eso no configura causal para un juicio.

-En la polémica reciente en redes, muchos también recordaron tus comentarios críticos hacia Cristina y el Kirchnerismo. ¿Por qué cambiaste esa visión?

-Como periodista investigué y me di cuenta de que muchas cosas que se decían desde la derecha argentina no eran tan así. El caso Nisman es paradigmático de eso. Hace siete años que el exfiscal se suicidó y la derecha sigue diciendo que lo mataron, a pesar de que nunca nadie encontró una prueba. Yo investigué el tema, me leí todo el expediente y escribí un libro. Nunca encontraron al asesino, ni los motivos ni cómo entró y salió del apartamento que estaba trancado por dentro.

-Cuando empezaste la investigación por el libro, ¿cuál era tu hipótesis?

-Ninguna. Me dije: este es un tema que divide a los argentinos a la mitad. Necesitamos descubrir la verdad. Me leí todo el expediente y la conclusión es que fue una suicidio de manual. No hay dudas.

-Hace unos años, este caso te enfrentó con la senadora blanca Graciela Bianchi...

-Ahora volvió a pegarme. Ella decía que tenía pruebas de que había iraníes involucrados en el imaginario crimen de Nisman. Un disparate y nunca presentó ninguna prueba. Bianchi es una especie de Lilita Carrió del Uruguay, que siempre está dispuesta a decir cualquier barbaridad.

-Llevás varios años en C5N, ¿cuál es la situación de los medios en este momento en Argentina?

-Está difícil como en todos lados. También tengo un programa en Radio 10 y estoy haciendo cosas en You Tube. En Argentina hay mucho consumo de noticias y de canales periodísticos. La grieta está muy exacerbada y genera mucho contenido.

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