Pablo Magno: "Estoy pagando la fiesta de casamiento y la abogada del divorcio"

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La mayor extravagancia de Pablo Magno fue tener un piano en un monoambiente. Foto: Dulcinea Fotografía

ENTREVISTA

El comediante habla de su nuevo unipersonal "Al fin", de su regreso a los escenarios, su faceta como artista, la risoterapia y su llegada a Canal 10

La mayor extravagancia de Pablo Magno fue tener un piano en un monoambiente. Foto: Dulcinea Fotografía
Pablo Magno. Foto: Dulcinea Fotografía

Ayer en Alejandría (Gaboto 1384), Pablo Magno realizó la primera de sus tres funciones de Al fin, su nuevo unipersonal de comedia. "Es un show casi nuevo, con mucho material sin estrenar. Es como el regreso post pandemia", dice Magno quien tuvo un par de años donde le pasó de todo. En entrevista, el comediante habla de su tiempo fuera de los escenarios, su divorcio, su faceta como artista plástico, de la risoterapia, su reencuentro con Gianarelli y su nueva etapa televisiva en Canal 10.

—Ayer volviste a subirte a un escenario. ¿Lo sentís como tu regreso a la comedia?

—Fue gracioso, porque cuando saqué los afiches me escribe un colega y me dice: “me alegro mucho que vuelvas” y me puse a pensar, ¿cuándo me fui?. Pero claro, con la pandemia que durante dos años no hice nada fue quedando para atrás. Así que al fin y al cabo es como una vuelta. Te das cuenta porque sufrí laboralmente, pero fueron dos años donde no hice teatros, fiestas, nada. Entonces fue volver a enganchar.

—En estos años te pasó de todo, no pudiste trabajar en teatro, tuviste covid, una parálisis en la cara, te separaste, terminaste tu ciclo en Canal 4 y llegaste al 10. ¿Cómo se vivió este tiempo?

—Estuvo bastante complicado. Obviamente hubo gente que la pasó muy mal, pero para mí en lo personal estuvo salado porque fue quedarse sin laburo. Al tiempo de la pandemia se dio lo del Canal que nos fuimos y en un momento me quedé sin nada. Lo principal mío siempre fue el stand up en teatro y las fiestas privadas, y por dos años no pude hacer nada, entonces estaba complicado. Ahora se reabrió de vuelta y estoy contento con que se pueda volver a laburar.

Pablo Magno. Foto: Difusión
Pablo Magno. Foto: Difusión

—También empezaste una faceta como artista plástico.

—Sí, se me dio, pero duró poco, ya no estoy pintando nada. Se ve que como me quedó tiempo libre agarré para ese lado. Siempre me gustó pintar, de hecho cuando me preguntan qué te gustaría hacer que no sepas digo dibujar porque me encanta y admiro mucho a la gente que lo hace bien. Me llama mucho la atención. Arranqué para pintar unos cuadritos que cuando me mudé y no tenía dónde ponerlos, los doné a las chicas de Un quince solidario. Ellas son unas chicas que le festejan los cumpleaños de 15 a las chicas que lo necesitan. Les propuse hacer una movida; tenía unos 15 cuadros y los rematé en mis redes sociales, y con la plata que recaudé compré comestibles para que puedan cocinar, cargué todo en el auto y quedó repleto.

—¿De dónde surge donar el dinero a esa organización?

—Me eligieron padrino de la causa y siento que tengo que hacer cosas. Fui el primero que les hizo una nota para la televisión cuando hacía móviles en la mañana de Canal 4, y después de la nota una de las organizadoras me escribió y me ofreció ser el padrino. Le dije: qué compromiso, porque más que contactarte con algún colega no sé qué puedo hacer. Me dijeron que querían que se viera alguien asociado a la organización y acepté. Cada vez que se me ocurre algo que les pueda servir trato de hacerlo. Con los cuadros pasó eso.

Pablo Magno. Foto: Marcelo Bonjour

—Además de ser comediante y trabajar en televisión, das charlas motivacionales para mejorar el ambiente de trabajo. ¿Cómo surge esa veta distinta?

—Eso lo descubrí en pandemia. Antes lo venía investigando, traté de leer mucho, me compré un ebook para poder leer de eso, porque muchos libros de ese tema no hay y estudié bastante el humor en esa otra rama. No es el humor para el teatro que es lo que hacía, sino los beneficios del humor en otros ámbitos y otras formas de aplicarlo. No es que voy a una empresa para hacer reír, sino que todo el funcionamiento de una empresa tiene que encajarse con el humor. Empecé a leer, y cuando me agarré el covid fue que me decidí. En ese entonces tenía 15 días de cuarentena y me dije: algo tengo que hacer para no volverme loco. Le pedí a mis padres que me compraran un trípode para el teléfono que no tenía, me lo dejaron en la puerta de casa porque en esa época estábamos muy paranoicos con eso de no acercarse ni tocarse, y grabé una charla sobre el humor en el trabajo. Ahora lo que estoy por hacer que nació de eso pero lo estoy por hacer este mes, es un taller de risoterapia que me parece algo fascinante. Más info en mis redes.

—¿Qué es la risoterapia?

—Es usar la risa como terapia, porque la risa influye positivamente en todos nosotros. Armé un taller con la idea que después de estos dos años que fueron durísimos en cuanto a interacción social, la gente conozcan otras personas, puedan interactuar y llevarse piques de cómo aplicar eso a la vida cotidiana. Es reírse más y tratar de sanar algunas cosas a través de la risa. Me encantó el proyecto porque hace poco lo viví en carne propia cuando me agarró la parálisis facial. Me quedó la mitad de la cara dura, y estoy convencido que me curé riéndome. Hice muchos ejercicios, fui al neurólogo, me hicieron estudios por si no era algo grave. Cuando descartaron todo y me dijeron que podía haber sido por estrés o algo así, me puse a hacer ejercicios faciales pero sobre todo miré videos que me divierten. Videos virales, de Mr. Bean, estaba todo el día riéndome y se me fue en 10 días. La neuróloga me había dicho que me podía durar meses el recuperar el movimiento de la cara. En ese momento me morí de miedo, no por la salud, sino por lo laboral. Recién había entrado en Canal 10 y me estaban llamando para hacer suplencias en móviles. Me decía: no puede ser que me pase esto ahora, y al final se me fue enseguida. Llegué a trabajar casi dos semanas con la parálisis. Estábamos de tapabocas y no se notaba.

Pablo Magno

—¿La parálisis te vino mientras hacías el programa?

—En realidad me había empezado el viernes de noche, pero no me había dado cuenta. Retomando y charlando con la doctora me di cuenta que el viernes me había empezado a quedar trancada. Fui al programa y al aire tenía toda la cara dura. Todo el mundo se dio cuenta, yo no. En el corte vino un productor y me dice: ¿te sentís bien? Sí, respondí, tengo la cara medio rara pero estoy bien. Me llevaron volando a emergencias. Después el productor me confesó que se había pegado un susto bárbaro porque podía ser un ACV u otra cosa. Me fue hablando todo el tiempo en la camioneta y después que estaba recuperado me confesó que me iba hablando para mantenernos distraídos, porque estaba muy asustado. Todo esto lo hice parte del show nuevo, porque por suerte no fue nada. Cuando estudiás, dicen que el humor es tragedia más tiempo. Un hecho horrible con el tiempo lo podés transformar en humor. Ahora habiéndolo vivido y ya recuperado me dije: esto fue muy divertido, hubo cosas muy graciosas. Incluso me hice un emoji y se lo mandaba a todo el mundo. Tengo un emoji personalizado; y como estoy convencido que me curé riéndome, de ahí nació el taller de risoterapia y algunos chistes.

—Pero este show surge después de un montón de otras cosas que también te pasaron.

—Sí, por eso le puse: Al fin. Al fin se puede volver al teatro, al fin pude largar un show casi todo nuevo que hace mucho que no lo hacía. También es el primer show después de separarme. No lo dije antes porque no me pareció oportuno, pero hay algunos chistecitos sobre eso. Siempre respondo todo lo que me preguntan en las redes, pero sobre el divorcio no hablé porque no me había salido.

Los conductores de Agitando: Pablo Magno, Analaura Barreto y Eduardo "Colo" Gianarelli.
Pablo Magno, Analaura Barreto y Eduardo "Colo" Gianarelli.

—Como decías, la tragedia más tiempo es humor; y aprovechaste esa circunstancia para hacer algunos chistes.

—El psicólogo me dijo: por lo menos hacé algo que puedas recaudar para pagar lo que debés por la fiesta o la abogada. En el show tengo un chiste que todavía no estrené pero es eso: estoy pagando la fiesta de casamiento y la abogada del divorcio al mismo tiempo. No me dio el tiempo ni para hacer un show de cada cosa.

—¿Duró poco el casamiento?

—Sí, me separé muy rápido, a los pocos meses, no llegué al año.

—Cuando terminó Agitando, también te fuiste de Vamo’ arriba.

—Sí, me fui porque ya venía pensando en cambiar y cuando levantando Agitando me dije que era el momento de arriesgarme y empezar de nuevo. Fueron unos meses de remarla en dulce de leche hasta que apareció la propuesta de Canal 10. Desde entonces todo se dio muy rápido. Arrancamos y en el 10 nos recibieron bárbaro, todos. Se sintió como si hubiésemos estado los 12 años acá.

—En estas semanas también llegaste a La tarde en casa.

—Sí, me sumé y me trataron como si hiciera tiempo que era parte del programa.

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