A inicios de año, el humorista y comunicador Pablo Magno anunció que había comenzado una relación con una joven llamada Viviana, a quien conoció en redes sociales, y con quien hoy conduce el programa de streaming TAS: Trapitos al sol, que se emite los miércoles a las 19.00 por Youtube. La pareja, que lleva conviviendo desde fines de 2023, ha llevado el programa al teatro, a la Vieja Farmacia Solís, lugar donde se conocieron, se tomaron su primera (dicen que es impublicable) foto y a donde regresarán el próximo 30 de mayo. Entradas a la venta por Redtickets.
En esta entrevista con Sábado Show, Pablo Magno y Viviana De Virgilis hablan del programa, de los trapitos al sol, de la paternidad, y cuentan el origen de su historia de amor.
—Ya llevan 17 episodios de TAS. ¿Esperaban esta repercusión?
Pablo Magno: El tema del streaming, en Uruguay, no está muy desarrollado. Tengo pila de amigos que intentaron y dejaron porque es difícil que la gente se adapte. Por más que es un medio que ya existe, como Youtube, como que les cuesta engancharse. Pero nosotros lo seguimos haciendo porque nos gusta el programa y el contenido. Obviamente tenemos gente que se engancha, mira todos los programas y está comenta. También publicamos recortes en redes sociales, para los que no nos lo puedan mirar en vivo. Estamos contentos de hacerlo, por eso seguimos adelante.
—Ya llegaron al teatro, a la Vieja Farmacia Solís, y el 30 de mayo repiten la experiencia.
Viviana De Virgilis: Sí, el 30 de mayo estamos de vuelta en la Farmacia, por segunda vez. Como cada programa es distinto, el público puede ir una y otra vez a la Farmacia que no va a encontrar lo mismo, porque cada programa tiene un contenido distinto, diferentes invitados y hemos incorporado juegos, siempre estamos renovando.
Magno: Apenas terminamos, no le digo función porque es un programa en vivo, vino Álvaro de la Farmacia y nos dice: “bueno, ¿y qué otra fecha metemos? Y yo le dije, “pará, dejame respirar”, porque habíamos llegado con todos los juegos armados, y dijimos de hacer esta otra.
—En la primera fecha en la Farmacia Solís le dieron una sorpresa inesperada a la gente.
Magno: Sí, les dijimos a todos que teníamos una sorpresa y sacamos un Evatest (se ríen). Había mucha familia y mucha gente conocida porque era la primera fecha, y hubo gente que se paró llorando a abrazarnos, y cuando les dijimos que era una broma fue magnífico. Subimos eso a las redes donde se ve que la gente estaba emocionada y se sientan de nuevo en su silla. Quedaron medio calientes y nos dijeron: “ahí se dan cuenta a quién le alegra la noticia y a quién no”; pero estuvo buenísimo. Nosotros nos divertimos mucho.
De Virgilis: Y llevamos juegos para que la gente se animara a sacar sus trapitos, porque esa es la consigna: sacamos los nuestros y que la gente saque los suyos.
—¿Cómo surge esto de sacarse todos los trapitos?, ¿fue a partir de que empezaron con su relación?
De Virgilis: Empezamos a sacar trapitos antes de que esté el programa, porque él ponía historias y contaba sus redes.
Magno: Sí, yo la prendía fuego. A veces se enojó, quiero aclarar que hubo veces que se enojó, pero yo muestro todo. Si un día se nos quema algo en la cocina, lo subimos y mostramos.
De Virgilis: Ahí empezamos con esta “batalla”, que en realidad es todo con humor. Es sacar y contar cosas del otro, y el público se empezó a divertir. Por eso cada vez lo hacemos más, y cada cosa que nos va pasando nos da material para hace un programa nuevo. Entonces vamos fluyendo con el programa, no es que planificamos mucho para adelante, cambiamos el orden de algún tema de acuerdo a lo que nos va pasando. Es la vida misma.
Magno: Yo, por defecto profesional, tenía una lista con temas y fecha. Tal día vamos a hablar de esto, de lo otro, y así; y lo que nos pasó es que cada semana nos pasaba algo en nuestra vida… No lo aclaramos, pero somos una pareja de verdad, convivimos y todo; entonces nos pasaba algo y decíamos: esto es un tema del programa. Y ahí la lista se iba todo para atrás y quedaba ese ahí. Por eso laburamos cada programa y le metemos, tratamos de que no seamos solo nosotros hablando, hay notas, participa la gente, hay juegos y un montón de temas que se van acomodando semana a semana.
—El programa tiene humor y entretenimiento, pero también abordan temas un tanto serios.
Magno: Sí, en uno de los últimos hablamos de “en la salud y en la enfermedad”, y hablamos de enfermedades, de cuando un miembro de la pareja se enferma, todo lo que cambia, temas fuertes. Cuando hablamos de la infidelidad también nos llegaban historias que nosotros las leíamos y pensábamos que era un chiste, pero eran de verdad y las compartíamos, obviamente que anónimamente. Después hay temas con los que nos morimos de la risa, porque son boludeces de la cotidiana, aunque también nos gusta meternos en eso más profundo.
—El streaming permite que te olvides del rating, los productores, las mediciones, ni nadie que te diga nada.
Magno: Es sin presiones.
De Virgilis: El medidor es el público y la respuesta que estamos recibiendo, es todo divino. La gente está acopada, nos siguen, nos comentan, participan en las encuestas que hacemos que también sirven para generar material.
—Y al estar en Youtube se puede ver en vivo o en cualquier momento.
Magno: Sí, están todos los programas completos en Youtube y hay gente que se engancha.
De Virgilis: Hay gente que nos escucha mientras va en la ruta, porque también es como un programa de radio; tenemos los dos caminos.
—Viviana, ¿ya tenías experiencia en comunicación?
De Virgilis: Yo vengo de la educación, trabaje 10 años como docente y ahora soy vendedora en República Afap, estoy yendo a Radio Sarandí y también hago publicidad.
—¿Cómo surge hacer el programa juntos?
Magno: El año pasado fui a un canal a hacer una nota y me encontré con un amigo que es productor y me dice: “puse un estudio de streaming que es lo que se viene, está todo divino pero no tengo contenido”. Me dice: ármate algo y vení con lo que quieras. Pensé en un montón de opciones, incluso lo hablé con ella que me decía que hablara con tal amigo para hacer algo juntos.
De Virgilis: Siempre pensando que lo haga él, porque es su rubro.
Magno: Me comuniqué con gente pero no llegábamos a nada, un día va a la radio a hacer la columna y cuando vuelve me dice: “me encantó esto de la radio, es un ambiente lindo” y le digo “tenemos que hacer el programa juntos”. Como que me iluminé, me cayó la ficha, lo armamos y a la semana empezamos. En el primer programa no tenemos música, ni presentación.
De Virgilis: Teníamos un mate pintado con el logo que diseñamos a mano, y nosotros hablando.
Magno: Y le fuimos sumando invitados, columnistas, videos, creamos un Instagram para el programa; y de a poquito fue creciendo. Un amigo me dice, es la imperfecta implementación. No esperar que esté todo perfecto para arrancar sino arrancar e ir perfeccionándolo después, e hicimos eso.
—¿O sea que no hubo un ensayo siquiera para Viviana?
De Virgilis: No hubo ensayo, y la primera presentación ante la cámara y el micrófono fue ahí. Fue un debut en vivo.
—¿Y cuándo empezó la relación?
De Virgilis: Hace menos de un año que estamos juntos.
—Pablo, pero en enero anunciaste que estábas saliendo con Viviana.
De Virgilis: En enero ya estábamos viviendo juntos.
Magno: Sí, fue rapidísimo. Igual, ella me conoció hace como 10 años en el teatro, yo ni sabía de su existencia.
De Virgilis: Yo fui a ver teatro, y cuando surfió su parálisis facial le mandé un mensaje felicitándolo por su actitud frente a lo que le había pasado, y empezamos a hablar. Después le compré un libro, y ahí fue todo, a través de los vivos que estaba haciendo con la venta del libro empezamos a interactuar un poco más, hasta que me animé y dije: “lo voy a invitar a salir”.
Magno: Sí, fue ella. Y la primera vez que nos vimos los dos, no por redes, fue en la Vieja Farmacia Solís, en una función que hice.
—Que hayan hecho el streaming ahí, como que cierra el círculo.
Magno: Sí, es medio mágico.
De Virgilis: Sí, ahí también nos tomamos la primera foto juntos.
Magno: Esa foto es un desastre. Nunca la subimos a las redes porque los dos salimos horribles. Era una función donde me cambiaba de ropa y se ve que me despeiné y salimos mal. A los meses de estar juntos empezamos a buscar fotos y la encontramos en el teléfono y dijimos: “que mal salimos”. No tiene arreglo.
De Virgilis: Yo había ido a verlo y me saqué una foto como cualquier persona que va al show. A la amiga con la que fui le dije: “esta es la primera de muchas”. Lo había decretado; y cuando veo la foto dije: tienen que venir más, porque esta no se publica.
—Lo que me sorprende es que ella fue la que te encaró.
Magno: Sí, pero cuando la vi, me flechó. Le vi algo especial, me llamó la atención. Por eso también después se dio todo esto de encontrarnos, empezar a salir y todo. Estuvo bueno eso.
—Y los dos venían con experiencias en relaciones que se terminaron.
De Virgilis: Sí, ya hemos convivido, yo tengo una hija de seis años.
Magno: Ella no, pero yo soy un tipo grande, entonces ya sé por dónde quiero ir. No hay mucha diferencia pero le llevo siete años, y de la diferencia de edad también hicimos un programa.
—¿Y cómo te llevás con esta paternidad producto de la relación?
De Virgilis: Es parte del combo.
Magno: El otro día hablaba con el “Rusito” Gonzalez que lo invitamos a hacer uno de los espacios del programa y me decía: “pero vos alquilaste la familia completa”, porque claro ahora tenemos tres perros, una gata, la nena. Vino todo junto, y yo vivía en un apartamento de un dormitorio. Tenía un sillón para una persona y una planta. El único ser vivo, además de mí, que había en casa. Mis amigos cuando venían me jodían y me decían del sillón que no podían sentarse dos personas; y ella me dijo lo mismo. Y sobre la paternidad, al convivir estamos los tres ahí; el papá de la nena también está presente, yo no me considero el papá, pero si tomé ese rol y descubrí un montón de cosas. Al principio me asombraba de las cosas cotidianas, como hacerle una colita de pelo. Era un logro.
De Virgilis: O el día que le hiciste la trenza. Le desenredó el pelo y le hizo una trenza, dos veces, porque la primera no le gustó cómo quedó.
Magno: Y después el ir a buscarla a la escuela, llevarla a algún lado, ayudarla con algún deber. Ella es la que se ocupa más de todo, pero yo la apoyo en lo que puedo, y me gusta y lo disfruto. Por eso para mí fue descubrir algo totalmente nuevo. Obviamente no tengo hijos y por eso todo me llamaba la atención. Le aprontaba la ropa para que se bañara y decía “¡Pah! mirá como le apronté la ropa”, todo era un logro.
De Virgilis: Yo que lo seguía en redes, sabía que hijos ni soñar; o que no se le vaya a ocurrir tener hijos. Yo pensaba: ya tengo una hija, yo tampoco quiero. Pero la paternidad y el vincularse fue inevitable. Entonces, eso que parecía que tan lejano como el tema de los hijos, quedó de lado, porque le cocina panqueques de banana cuando le pide. A veces estamos medio peleadas y se va a hablar con él y reflexiona. Para no querer hijos, lo llevo bastante bien.