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Pablo Turturiello, el uruguayo que conquistó Calle Corrientes y debuta como investigador de "La Máscara"

El artista que se sumó al show de Teledoce cuenta cómo vive su primera experiencia como comunicador en las grabaciones del ciclo. "Me gustaría seguir haciendo televisión en Uruguay", sostiene.

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Pablo Turturiello
Pablo Turturiello debuta en "¿Quién es la máscara?".
Foto: Federico Díaz (@fefodiiaz)

El nombre de Pablo Turturiello es una de las grandes novedades de la nueva temporada de ¿Quién es la máscara?, que estrena Teledoce el próximo lunes 17 de junio. El artista uruguayo radicado Buenos Aires tiene por estos días su semana partida al medio. Cada lunes se instala en la casa de sus padres en Montevideo y se dirige al canal donde se pone el traje de investigador en las grabaciones del ciclo que se volvió el gran suceso televisivo de los últimos tiempos. Cumple ese rol hasta los viernes, cuando regresa a la a la capital argentina. Allí le pone la voz y el cuerpo a Rent, el emblemático y exigente musical de dos horas y media que protagoniza en el Teatro Ópera de Calle Corrientes junto a Ángela Torres bajo dirección de Fer Dente.

Días antes de que ¿Quién es la Máscara? salga finalmente a la luz, Turturiello habla con Sábado Show sobre esta inédita experiencia y evalúa todo el recorrido que inició cuando se mudó a Buenos Aires justo antes de que decretaran la cuarentena obligatoria en 2020, que incluye desde contraer covid tras besar a un hombre que no le gustaba en una audición hasta la emoción de sus padres por ver carteles gigantes con su rostro por las principales avenidas porteñas.

-¿Cómo te estás sintiendo en las grabaciones de La Máscara, donde debutás como investigador?

-Estoy muy entusiasmado. Al principio estaba bastante nervioso porque nunca había hecho algo así en televisión. De todas formas pongo mucho de mí en el proyecto. El director me dijo desde el primer día que no hiciera ningún personaje sino que fuera yo mismo. Me siento muy cómodo y me divierto un montón.

-¿Habías visto las temporadas anteriores?

-No. Miré el argentino y me entretuvo, aunque sé que no le fue bien de rating. El programa uruguayo lo vi cuando me convocaron. Miré todas las temporadas juntas para estudiar y me encantó.

-¿Con cuál de los otros investigadores te identificaste más?

-Todos aportan un montón y nos llevamos muy bien, pero Pati (Wolf) me divierte mucho. Es medio parecida a mí, espontánea y colgada.

-¿Había algún aspecto del programa que te preocupara especialmente?

-Hicimos un ensayo antes de grabar que era como un falso programa y me sorprendí de la cantidad de cosas del formato de las que hay que estar pendiente. Hay una forma de decir las cosas, una fórmula para preguntar. Además yo soy muy mal hablado y me tengo que cuidar con las palabras porque es un programa familiar. Me tenía que anotar en una libretita las cosas que tenía que decir y hacer. Las pistas son difíciles. En estos días me despierto, desayuno y ya estoy nervioso pensando en quién me tocará hoy en el programa. Hay que estar muy atento al momento que dicen las pistas y eso es lo que más me preocupa porque no sé qué tanta gente conozco. Políticos y futbolistas, por ejemplo, conozco muy pocos. Por otro lado lo que más me entusiasmó es que entrás en un universo distópico de máscaras raras y uno se lo cree, es como Disney.

-¿Cómo fue el primer día de grabación?

-Siento que el primer día la rompí. Pensé que me iba a ir adaptando con cada programa, pero ya el primer día me dijeron por la cucaracha que parecía mi programa número 10. Divirtiéndome y estudiando los programas hubo algo en mí que fluyó.

-¿Lo tomás como una experiencia puntual o te dan ganas de hacer carrera en la televisión uruguaya?

-Hoy ya estoy adicto a esto y quiero seguir. Me encantó la experiencia. Yo tenía mi vida muy enfocada en Argentina pero ahora digo que me encantaría seguir en televisión en Uruguay y hacer carrera en mi país. Hay algo de comunicar en lo que me siento muy cómodo, y no solo en lo que tiene que ver con espectáculos.

-En Buenos Aires estás protagonizando nada menos que el emblemático musical Rent en Calle Corrientes, ¿cómo vivís semejante desafío?

-Estoy cumpliendo el sueño de mi vida al protagonizar Rent con Ángela Torres y que haya un cartel con mi nombre en Calle Corrientes. Estoy muy agradecido.

-¿Cómo te llegó la propuesta?

-Cuando estaba grabando una serie de Disney me llamaron para audicionar para Heathers, el musical que dirigió Fer Dente el año pasado. Cuando terminamos se supo que este año iba a hacer Rent, así que preparé casi toda la obra, hice dos semanas de audiciones y quedé en el protagónico. Yo disfruto mucho de audicionar. Voy con mucha seguridad y dispuesto a lo que quieran probar en el momento.

-¿Cómo es compartir el protagónico con Ángela Torres?

-Tenemos muy buena química. Es muy estudiosa y está agradecida con la oportunidad. Yo también estoy agradecido pero esto es lo más grande que hice, en cambio en su caso ya protagonizó mil espectáculos.

-¿Cómo es Fer Dente como director?

-Espectacular. Le pregunto mucho por las marcaciones que me hace y trabajamos en conjunto. Pensamos de manera parecida, tenemos mucha confianza y nos reímos de las mismas cosas. Es un placer trabajar con él. Él es actor y sabe cómo decir las cosas.

-Hace unos días le comentaste una foto en Instagram con el emoji de una ranita.

-Sí. Le digo que es como un sapito porque tiene cachetes grandes.

-¿Tienen una relación que va más allá de lo profesional?

-Para nada. Tenemos buena relación pero no pasa nada más.

-¿Alguna vez tuviste que remar un trabajo con alguien con quien no tuvieras química?

-Me pasó en castings. He tenido que darle un beso a alguno que no me gustaba y una de esas veces me agarré covid. Era para una película argentina sobre una historia de amor homosexual con un hombre más grande. El actor no me gustaba, pero igual lo di todo en el beso y a los dos días caí con covid.

-¿Cómo recordás tu llegada a Buenos Aires hace cuatro años?

-Viajé dos semanas antes de que nos encierren por la pandemia, pero nunca se me pasó por la cabeza volver a Montevideo. Estuve apenas unos meses sin actividad y enseguida me convocaron para cantar con Floppy Tesouro en el Cantando. Sentí que hubo como un acuerdo entre Buenos Aires y yo. La ciudad me daba oportunidades y yo me tenía que quedar. En ese momento estaba de novio con un argentino, pero no me quedé por él. Siempre fue por lo laboral.

-¿Pero te fuiste a Buenos Aires por él?

-No, me fui por mi carrera pero sabiendo que él estaba allá. Lo conocí en el Teatro Solís. Vino a hacer una obra a Montevideo y nos empezamos a escribir. Pero no perduró mucho.

-Desde tu llegada a Buenos Aires no paraste: estuviste en el Cantando, participaste de producciones de Disney y de ahí saltaste a los escenarios de Calle Corrientes, ¿cómo evaluás todo este proceso tan vertiginoso?

-Era lo que tenía ganas de que pase. Me mudé a Argentina para vivir de esto, aunque nunca pensé que se iba a dar de esa manera. No imaginaba que iba a empezar con un programa en horario central producido por Tinelli. Creía que iba a hacer obras y pegarla con alguna. Todo me tomó por sorpresa. Cuando pasan los meses tomo noción de la dimensión de cada proyecto, pero mientras que lo hago lo tomo igual que mi padre se toma su trabajo como contador cuando va a la oficina. Soy muy pragmático. Voy y hago el trabajo para el que me contrataron.

-¿Cómo vivís toda esa parte más superficial de tu trabajo como ver los carteles con tu foto o sumar seguidores de Instagram?

-Uno tiene su ego y es imposible no disfrutar de todo eso. Está bueno que sea tan visible un trabajo del que estoy muy orgulloso. En estas cosas pienso en mis viejos, que cruzan a una ciudad como Buenos Aires que es gigante y ven mi cara en carteles. Los hace sentir orgullosos y eso me emociona. Con respecto a las redes lo tomo como una marca o una empresa: me despierto y digo “qué contenido hace la empresa Pablo Turturiello hoy”. También lo disfruto mucho.

-¿Sos muy obsesivo con el cuidado de tu cuerpo y de tu voz?

-Estoy encontrando un balance. Me puedo tomar una cervecita días antes de una función o una copa de vino después, pero no me tomaría cinco. Me cuido mucho del frío por la voz, por ejemplo. Tengo cuidados pero también está bueno relajar la cabeza y darse un poco de rock and roll, que para mí es ir a un bar a charlar con amigos.

-¿Lamentás tener que privarte de mucho “rock and roll” o ni te interesa?

-Para mí el rock and roll es juntarme con amigos. Nunca me gustó mucho la dinámica de los boliches. De chico iba a boliches muy heterosexuales y no conectaba con la música ni con la gente. En Buenos Aires encontré lugares donde me siento cómodo pero sigo prefiriendo quedarme jugando a las cartas.

Pablo Turturiello, el nuevo investigador de "La Máscara"
Pablo Turturiello, el nuevo investigador de "La Máscara"
Foto: Federico Díaz (@fedediiaz)

-¿Siempre supiste que te ibas a dedicar a la música y la actuación?

-Siempre tuve mucha energía y de chiquito quería que me presten atención. Me gustaba armar shows y dirigir a mis primos. Había algo de la cámara que me gustaba y le pedía a mi familia que me filme. Me gustaban mucho los medios, pero no sé si quería ser actor. Cuando fui creciendo tuve el anhelo de trabajar en Broadway.

-¿Fuiste en busca de ese sueño cuando viajaste para estudiar en Nueva York?

-Fui a hacer una licenciatura de artes dramáticas a Nueva York pero la dejé al toque. Me dio pánico. Me sentí totalmente expulsado. No pensé que tenía tan presente la cultura latina hasta que viví allá. Me faltaba poder salir a tomar una cerveza con un amigo, sentía que la gente no hacía los mismos chistes y si bien yo sabía inglés no me gustaba no poder expresarme en mi idioma como yo quería. Era muy chico, me fui a los 18 cuando recién terminé el colegio. Compartía el cuarto con un yanqui que no sabía ni quién era. Fue un quiebre y tuve que reestructurar mi vida. Me anoté para hacer una carrera de cuatro años y no duré ni un semestre.

-La vida te dio revancha y hoy estás protagonizando un espectáculo al nivel de los de Broadway…

-Yo siento que sí. El otro día me encontré con una señora que era madre de una persona de mi colegio y me dijo que tenía que irme a Broadway. Le dije que hoy estoy tan orgulloso de lo que hago en Argentina que no tengo nada que envidiarle a un artista que trabaja en una obra de Broadway. Me di cuenta de que no tengo que irme.

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