Los dos tienen varios años trabajando en televisión, en ciclos inolvidables como Videomatch y Agrandadytos, y en los últimos años han sido parte de distintas producciones teatrales de Pedro Alfonso. La última comedia de esta troupe, Misterio en la cabaña y donde también actúan Paula Chaves y Sabrina Rojas, tiene funciones hasta el domingo en el teatro Metro. Sobre esta obra, la televisión, los cambios en el humor, el recuerdo de la gente, el trabajar con amigos y esperar ansiosos la llegada a Uruguay es esta charla de Sábado Show con los artgentinos Pachu Peña y Rodrigo Noya.
La jornada para Pachu Peña y Rodrigo Noya comenzó a las cinco de la mañana, cuando los pasaron a buscar para venir a Montevideo. Desde entonces y durante el día han participado en programas de televisión, radio y también tuvieron tiempo para charlar con Sábado Show.
La dupla paseó por Montevideo porque es parte de la comedia argentina Misterio en la cabaña que tiene funciones desde el viernes al domingo en el Teatro Metro. Allí comparten elenco con Sabrina Rojas, Pedro Alfonso y Paula Chaves, entre otros.
“No había salido el sol y ya estábamos en pie; a esta hora la batería se te va gastando”, comenta Noya entre risas, mientras Peña asiente. “Igual la pasamos bárbaro en Uruguay”, agrega Peña.
—Ya es como una compañía lo que ha hecho Pedro Alfonso, ¿no les parece?
Pachu Peña: Sí, transmitimos lo bien que nos llevamos arriba del escenario, y abajo somos un grupo de amigos que disfrutamos lo que hacemos y es un placer trabajar con gente así.
Rodrigo Noya: Se forma como una familia y también creo que se complementa lo que dice Pachu con que arriba del escenario también nos sentimos así, porque al conocernos de memoria las cosas salen mucho más simple, lo que facilita todo a la hora de la creación. Sabemos en dónde explotar cada uno para poder sacar lo mejor y vamos cediendo el lugar y ayudando ninguno quiere estar arriba de otro. Es un placer trabajar así.
—Pachu, en la comedia sos como un gurú medio chanta, ¿no es así?
Peña: Sí, soy un gurú medio chanta, pero que también tiene su corazón. Soy el dueño de la cabaña con Sabrina Rojas, donde vienen a atenderse, o a pedirme ayuda espiritual, para que los guíe por el buen camino. Es una comedia de enredos, muy familiar, donde hay equivocaciones, es muy dinámica y divertida. Tenemos un gran elenco, con Pedro, Paula, Sabrina, Rodri, Camilo Nicolás, Michelle Mansson y quien les habla.
—Vienen de una buena temporada en Carlos Paz.
Peña: Sí, estuvimos en verano y también en Semana Santa con mucha gente. Y ahora en Montevideo con esta gran comedia.
Noya: Para sumar lo que decía Pachu, es una comedia donde nosotros también tratamos de reinventarnos, porque al ser casi el mismo elenco nos gusta venir con algo nuevo, distinto, para mostrarle a la gente. Y creo que con esta comedia lo logramos más que nunca. Tenemos público que ha visto varias de las obras que hemos traído y nos han dicho que Misterio en la cabaña es la mejor. Capaz porque estamos más conectados entre nosotros, y porque tiene una vueltita de tuerca que otras comedias de Pedro no tuvieron, con respecto al suspenso, al misterio. Es para venir a disfrutarla en familia.
—Generalmente vienen por una fecha y terminan haciendo seis. ¿Le encuentran explicación a ese éxito?
Peña: Uno viene con los pies sobre la tierra, arrancamos de abajo y el público sigue respondiendo, así que vamos por más.
Noya: Hasta no hacer 14 como Maxi de la Cruz, no paramos.
Peña: Sí, Maxi la rompió, es un crack. Como te decía, arrancamos de abajo y cuando venimos, ya sea Montevideo o algún maravilloso lugar del interior, nos reciben divino y tienen unos teatros fantásticos. Y en las funciones siempre tratamos de tocar algún tema local. Averiguamos un poco las cosas del lugar, lo metemos en la función, y la gente se sorprende y lo disfruta.
Noya: Hemos tenido la posibilidad de recorrer el Uruguay con otras comedias de Pedro, y el público uruguayo nos acompaña de una manera hermosa. Incluso cuando hacemos las funciones en Buenos Aires. Cuando hicimos la obra en el Broadway, en vacaciones de invierno estaba repleto, y un 70 por ciento serían uruguayos. Es verdad que estaba barato, pero es increíble que, igualmente, la decisión de la gente de Uruguay era venir a ver la obra.
—Es teatro, lo que significa que todas las noches puede pasar algo. ¿Tienen alguna anécdota divertida que les haya pasado en estos años?
Peña: Una vez Camilo Nicolás, no me acuerdo en qué localidad estábamos y la pifió, dijo otro lugar, porque veníamos de mucha gira por el interior del Uruguay. Ponele que dijo: “es un placer de estar acá en Salto”, y estábamos en Durazno, y la gente se enojó un poco.
Noya: Y en Nueva Helvecia se nos quedó el micro por el camino. Estábamos llegando, serían las cinco o seis de la mañana, y bajamos con Pachu en calzoncillos a ver qué pasaba, a ver si podíamos dar una mano. Pachu me dice, “acá en una cuadra es el teatro”, y como era tan temprano nos fuimos caminando a verlo. Y nos grabaron y sacaron fotos. Estábamos durmiendo, nos pusimos una campera, pero estábamos en calzoncillos, porque no nos dio ni para cambiarnos. Nosotros nos divertimos, es que son muchas horas compartiendo juntos, y lo disfrutamos.
Peña: Está buenísimo cuando te dicen: “vamos para Uruguay”, porque lo pasamos genial, sino estamos nosotros pidiendo para venir, porque es cruzar y llegás a otro mundo. Somos muy parecidos en muchas cosas y, gracias a Dios, muy distintos en otras, eso los hace un país increíble.
—En los últimos años los espectáculos argentinos pareciera que nos tienen como integrados a la gira. Van a Misiones, Córdoba, Salta, y también a Montevideo, o incluso el interior de Uruguay.
Peña: Sí, para mí es el primer destino a recorrer. Donde vamos nos reciben con mucho cariño. Probamos los platos típicos de donde sea, y un día podemos estar en un hotel cinco estrellas y en otra localidad en uno más casero, y la pasamos bien también. Así que es muy lindo venir. Además tengo muchos amigos, como Pichu Straneo, que es como un hermano, que está trabajando conmigo allá en Luzu, también Seba Almada, mucha gente querida.
—Es que los dos tienen muchos años en televisión.
Peña: Aquel (Noya) puede ser mi hijo, le llevo el doble de años; y la gente te dice: “te veo de chico”, o ahora por streaming, o nos conocen por el teatro. Siempre el público se va renovando, y está bueno.
Noya: Para mí es una gran virtud la que tiene Pachu, de reinventarse constantemente, y ahora está en un stream donde el público es más joven pero que gracias a la tecnología, Youtube, accede a cosas que nosotros mirábamos de chicos, porque ya tengo 30 años.
Peña: Hace poco nos pasó con Pablo Granados que fuimos a México DF, y nos pusimos a hablar con una chica de producción por un trabajo que fuimos a hacer y nos dice: “en Argentina hay dos tipos increíbles, le hacían nota a la gente en la calle y ellos se hacían pasar por sus familiares”, y le dijimos: éramos nosotros, y no podía creer. Esa nota tendrá 30 años y la chica mexicana estaba fascinada con esa parodia. Hay gente que te descubre por cualquier cosa que se hace viral, como esa nota.
—¿Les ha pasado de que les hablan de algún sketch que ni ustedes se acordaban?
Peña: Sí, a veces ni me acuerdo cuándo fue o cómo dije esto.
Noya: Es que son muchos años.
Peña: Era otra televisión y también era otro país.
Noya: Antes nadie cuestionaba. El humor se ha ido reinventando. Con cosas que dije en Agrandadytos también me dicen: ¿cómo dijiste tal cosa? Pero es que nadie lo ponía en tela de juicio.
Peña: Fue una época donde éramos así.
—Así era el mundo y el humor que se manejaba, y pocos años antes de Videomatch, estaban las revistas con Olmedo, que también era otro tipo de humor.
Peña: Sí, vamos evolucionando. Lo importante es saber ubicarse y reinventarse.
—¿Cuesta mucho esa reinvención?
Peña: Creo que te va llevando la vida, y uno mismo va dejando de hacer ciertas cosas. Vas entendiendo las reglas del juego, cómo funciona la cosa, aunque tampoco tuve que reinventarme mucho. Hay algunos chistes que ya no hago más, y sin embargo vas a hacer un show a un evento y te piden que cuentes esos chistes de antes. “Metele más pimienta”, te dicen.
Noya: Vos mismo te das cuenta que hay chistes que ya no van. Es como un crecimiento personal, una evolución.
—Más allá de todos los cambios, Videomatch fue una escuela.
Peña: Sí, aparte era un programa que salía todos los días, entonces todos los días tenías que apostar a más y mejorar lo que habías hecho el día anterior. Linda época.
—¿Y a vos te siguen recordando por Agrandadytos?
Noya: Sí, por supuesto. Creo que porque quedó mucho en la gente esa imagen. Creo que representábamos cosas cotidianas de la familia, de la Argentina, esa manera de ser de pueblo. Esas cosas, indefectiblemente a la gente le llegás, y no reniego ni a palos. A veces me pregunto si me molesta esto o lo otro, y la verdad no. Es mi inicio, es parte que mi carrera, como que a él (Pachu) le moleste que le digan de Videomatch. Después uno ha hecho mil cosas pero es el inicio de uno y está bueno que quede como un clásico, por decirlo de alguna manera.
—Los dos comparten eso de haber empezado en programas muy fuertes y recordados.
Peña: Sí, los dos estábamos en canales que eran dos bombas, porque en aquella época Telefé y Canal 13 eran dos tanques. Hoy en día cambia mucho todo, pero seguimos tirando.
—Hoy parece que salvo Gran Hermano, nadie mira nada.
Noya: Sí, pero todo se va reinventando. Hay menos ficción, pero está volviendo el humor.
Peña: No hay ficción, pero los canales se animaron a pasar series que están en plataformas, como la de Ringo Bonavena o la de Coppola; y si funcionan, me parece que se tienen que dar cuenta que la gente quiere ver buenas ficciones. No te digo de hacer una cosa costosa, pero se puede hacer algo más aggiornado a lo de hoy.
Noya: Para mí fueron perdiendo peso las ficciones cuando se subestimó al público. Entiendo que había algo que en la calle que se decía que era lo mismo, lo que importaba era el primer capítulo, el último y lo demás es relleno. Cuando a la gente la subestimás, se da cuenta y por eso están buenas las ficciones de calidad como la de Bonavena. Y las plataformas dan lugar para trabajar y que te miren a nivel mundial.