Paola Bianco: Anfitriona de emociones

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Paola Bianco. Foto: difusión

Luego de cinco años fuera de la TV, Paola Bianco regresó a la conducción con MasterClass, un show de talentos que va todos los domingos en Teledoce (21:30) y que erradicó la competencia y la eliminación de sus reglas. Los 16 niños participantes que ingresaron al ciclo permanecerán hasta el final. “Es una escuela.Ellos van todos los días al canal y la clave es ver los progresos de cada uno”, asegura la comunicadora. Añade que el proyecto tenía todo para provocar su regreso y se declara emocionada cada domingo.

FOTOS. CARLA URRUTI (TELEDOCE.COM)

—Después de cinco año fuera de la pantalla, ¿qué fue lo que te sedujo de MasterClass para regresar a la conducción en TV?

—Todo. Cuando me llamaron y me contaron del proyecto, que era con niños y no en términos de competencia, dije que sí inmediatamente. Es un programa removedor también de mi historia personal. Yo entré a los 10 años a canal 12, cantando y en ese mismo estudio en el que ahora hacemos MasterClass. Fui una de las coristas de Cacho Bochinche. Desde entonces, he trabajado gran parte de mi vida para niños, en TV y en el teatro. Lo musical es algo que también me acompaña desde siempre. Así que me pareció el proyecto ideal para volver. Si bien estuve en Me resbala (2015) unos meses, desde 2012 que dejé En su salsa (Canal 10) no estaba haciendo nada de TV. Fue una decisión personal: tengo cuatro hijos y quiero estar más cerca de ellos. Algunos me dijeron que estaba loca al alejarme del medio, pero no me arrepiento de nada. Al contrario: lo volvería hacer.

—¿Dirías que el diferencial de MasterClass es la no competencia?

—Sí, entre otras cosas. Como es un formato, el programa tiene una "biblia" (así se llama) con las pautas a seguir. Me encanta esa guía. Por ejemplo, todas las personas que trabajan en el programa, desde los cámaras a la producción, deben ser personas a las que vos le dejarías a cargo tus hijos. Se ha creado un ambiente muy familiar en el programa. En el casting, al que se presentaron 1.000 chicos, tratamos a cada niño como si fuera el mejor y el único. La devolución que tuvimos, incluso de la gente que no quedó, fue divina.

—¿Qué dirías sobre el trabajo conjunto con los "maestros"?

—Muy bueno. Cuando era chica mi sueño era cantar los temas de Laura Canoura, así que quedé fascinada cuando ella se sumó. A Gonzalo Moreira lo conocía por Canciones (para no dormir la siesta) y a Guillermo Freijido y Vicky Ripa no los conocía pero tuvimos química de inmediato. Tuvimos muchas instancias de preparación así que cuando salimos al aire lo hicimos muy aceitados. Es un disfrute ir a trabajar. Todos en el canal se pusieron el programa al hombro. Los 16 niños van todos los días a clases porque esto es una escuela. Se ve el progreso cada semana y es muy emocionante. Realmente me emociona mucho verlos. También se logró entre los participantes una comunión muy buena; se lleva rebien y se divierten.

—¿Cuáles dirías que fueron los momentos más emocionantes?

—Lo que más me ha emocionado es ir a la casa de los niños. Cuando fuimos a Aiguá, a la casa de Tamara, vivimos un momento increíble. Eran ocho hermanos y nos pusimos todos a llorar con la historia de esa familia. Después hubo una interpretación de un tema de Silvio Rodríguez, que me marcó en mi adolescencia y que se llama Óleo de una mujer con sombrero, y me desarmó. Lo cantó uno de los chiquilines y fue increíble. Pero todo en el programa es emocionante. Me pongo en el lugar de los padres, que ven cómo el hijo supera la timidez, aprende y crece.

—¿Crees que el desafío es doble al no existir la competencia y la eliminación, como ocurre frecuentemente con este tipo de programas?

—Yo creo que lo mejor que tiene el programa es la no competencia. Mucha gente preguntaba los primeros días "¿dónde hay que votar?" y la verdad es que no hay que hacerlo. La clave es ver el crecimiento de cada niño. Todos tienen pasión por la música, pero son diferentes. Lo que más impresiona son lo que entraron con menos nociones y hoy se les nota más el cambio. Por suerte, el público entendió y nos va muy bien. Ahora quedan cuatro o cinco domingos pero seguramente el canal haga una segunda temporada.

—¿Qué han dicho tus hijos de tu vuelta a la pantalla?

—No les cambió la vida porque yo les digo que el trabajo de mamá es igual al de cualquier otro. Ellos no tienen esa asociación de que mamá es importante porque sale en la tele o en una revista. Lo que sí les copó es que trabaje con niños y con música. Los cuatro tienen oído y les encanta cantar y bailar. A todos en casa nos gusta el programa. De hecho, hago algo que nunca había hecho. Nunca me gustó mirarme porque me encuentro todos los defectos y errores. Sin embargo, todos los domingos me siento a mirar MasterClass. Porque en realidad los protagonistas son los niños y los maestros, no yo.

—¿Qué es lo que más te sorprende del crecimiento de los niños participantes?

—Todo, pero creo que un aporte fundamental del programa es que les abre la cabeza en cuanto a lo musical. Vamos mucho más allá de los temas de moda que suenan en la radio. Hay domingos temáticos: Río de la plata, dúos, hits.... el día de rock nacional tuvimos un apoyo increíble de las bandas de acá. Todos mandaron saludos y quedaron fascinados. Está buenísimo ver niños cantar temas que están buenísimos pero no son los "conocidos". Todo eso se traslada a la casa y también a los espectadores. Me parece genial.

—¿Qué cantabas de niña?

—En mi casa se escuchaba mucho bossa nova, María Bethania, Caetano, Vinicius, también Serrat. En inglés, mis primeros discos fueron de ABBA y de Bee Gees. De mujeres, me gustaba mucho Laura Canoura y Sandra Mianovich. Después empecé con Fito Páez, Charly García, Fabiana Cantilo, con Sumo y Sui Generis. Soy de esa época... Y todo eso lo cantaba en el espejo. Mi madre es cantante por lo que la música siempre tuvo un lugar muy importante en mi casa. Mis hermanos son músicos también y yo estuve en el coro del Sodre hasta los 18 años.

—¿Soñabas con ser cantante entonces?

—No, porque ya había experimentado la conducción en TV y supe que quería ser comunicadora.

—En las redes han aparecido fotos tuyas con Maxi de la Cruz y Rafa Cotelo, ¿qué están preparando?

—Vamos a hacer un show juntos. El año pasado estuve como invitada en un espectáculo que ellos tienen hace años. Después de esa experiencia, quedamos en armar algo los tres. Estamos ensayando una obra escrita por Fernando Trotta. Tenemos monólogos cada uno pero también hay interacción. Va a ir en julio y agosto en el Movie. Estoy muy contenta porque se termina el primer ciclo de MasterClass y hacemos esta obra con dos amigos.

—En las redes sociales has sido muy activa e incluso ostentas el título de "Reina de Twitter", ¿seguís ejerciendo?

—Sí, por supuesto. Las redes me ayudaron a mantener el contacto con la gente más allá de que estuve cinco años fuera de la pantalla. Es un ventana para mostrar mis intereses, mi humor... todo. Y para ayudar a causas solidarias. Me encanta usarlo como herramienta para ayudar a los demás.

—Volvés a la TV en un año muy productivo para la pantalla local, con varias apuestas...

—Sí, por suerte. Me encanta que los canales demuestren que se pueden hacer formatos internacionales y quedar muy bien parados. Se demuestra además que la gente está ávida de ver producción nacional.

—¿Has visto MasterChef, en Canal 10?

—No, pero por lo que sé les va muy bien y me alegro mucho. Soy amiga de Diego (González) y de Sergio (Puglia). Aquí somos pocos y nos conocemos y me encanta que les vaya bien. Cuanto más producción haya, mejor para todos.

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Paola Bianco. Foto: difusión

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