—Se estrena el 20 de enero Mi casa es tu casa, un programa donde recibís a invitados en tu casa real. ¿Cómo surgió la idea?

—Desde hacía tiempo tenía ganas de hacer en mi casa. Lo conversamos con el canal y fue creciendo la idea en conjunto con el productor Álvaro García. Justo el mes pasado vino un parate de El show de la tarde por los partidos del Mundial y se dio el momento para poder producirlo y grabarlo. Se sumó también Ernesto Muniz. Serán ocho programas donde el invitado llega para una charla distendida. A mí me gusta mucho entrevistar y también recibir en mi casa.

—César Troncoso, Ruben Rada, Roberto Musso, Laura Canoura, Gustavo Cordera... son algunos de los entrevistados. ¿Cómo fue la selección?

—Son invitados todos con los que tenía ganas de charlar. Me identifico con su arte y me siento muy cómodo con ellos. Durante las grabaciones se olvidaban que estaban las cámaras encendidas y se sueltan a conversar. Si bien la mayoría son músicos, estamos pensando ya en un segundo ciclo con otras personalidades.

—El comediante argentino Fabio Alberti te acompaña como cocinero. ¿Cómo surgió ese vínculo?

—Él está viviendo acá básicamente. Un día vino como invitado a El show de la tarde y se nos ocurrió plantearle la idea. No pensamos que fuera a interesarle, pero al contrario: se copó. Él es cocinero también por lo que era el ideal para el personaje. Para mí es un capo del humor y pegamos onda enseguida. Él prepara la comida en el programa.

—Hay una banda también...

—Sí. El programa tiene sus espacios: mi casa se acondicionó con tres sets. En el living recibo al invitado y comenzamos la charla, en otro espacio toca la banda y está la cocina. En la banda están Martín y Gastón Angiolini, que van mechando canciones. A veces se suman los invitados. Para mí era un sueño trabajar con Martín. Estaba deseando que volviéramos a estar en el mismo canal para trabajar juntos.

—Es un programa con tu sello, hecho en tu casa. ¿Dirías que es el programa que muestra más tu impronta?

—Sí. He hecho muchas cosas y siempre hice de mí, pero muchas veces adaptándome formatos. Es la primera vez que hago algo tan mío, mostrando mi casa, mis perros. No hay nada artificial en el programa, no hay utilería. La única diferencia con la vida real es que no tengo cocinero. Mis hijos no salen pero ya me dijeron que para la próxima temporada podrían participar. Ellos están dispuestos y copados. Grabamos en 10 días y la casa se revolucionó con toda la operativa. Fue un trabajo muy intenso y muy lindo de hacer.

—¿Se come en el programa, a lo Mirtha Legrand?

—No, se sirve la comida pero en ese momento hay un corte. Se come fuera de cámaras pero eso queda grabado como material de backstage para redes. Todos los programas se grabaron de un tirón, como si fuera en vivo.

—Venís de dos años intensos, con El show de la tarde, que está en un impasse. ¿Vuelve?

—Sí. Volvemos a mediados de enero. Estamos muy contentos con el programa: en rating va muy bien y la energía del equipo es muy linda, con Aldo (Martínez) y Lucas (Fuente).

Foto: Ricardo Figueredo.

—Con El show... volviste a Canal 10 luego de 10 años. ¿Cómo se configuró ese regreso?

—Yo estaba haciendo En su salsa con Puglia (2011) cuando quedé embarazada y decidí irme. Me ofrecieron licencia pero yo quería desconectar y dedicarme 100 por 100 a la maternidad. Ellos lo entendieron y así pasaron cuatro años en los que no hice nada de TV. Me convocó Canal 12 para un proyecto relindo que fue Masterclass.

—Ese programa quedó marcado por la denuncia y luego el procesamiento de Guillermo Freijido, uno de los jurados. por abuso a un menor ¿Cómo te impactó esa situación?

—Fue espantoso. Me agarré una neumonía y una angina nerviosa por ese tema. Nos enteramos el día de la final y fue un momento horrible conducir ese programa. Tuvimos la suerte de que en la biblia del formato (NdR: las instrucciones de realización) se establecía que todo debía grabarse, desde la entrada del niño al canal hasta que se iba y nunca el niño podía estar solo con un adulto, como mínimo tenía que estar con dos. Eso estuvo buenísimo porque cuando explotó el caso, el canal puso a disposición de los padres todo ese material. Él fue denunciado por episodios ocurridos en otros ámbitos.

—¿Se imaginaban algo así?

—Para nada. Él tenía un comportamiento completamente normal. Nunca imaginamos una cosa así. Fue muy difícil porque en su momento había una denuncia pero la justicia no se había expedido sobre la culpabilidad o no. Entonces preferíamos no hablar del tema y el programa siguió sin él. Pero claro nos salpicó todo el caso y fue una lástima. Era un programa precioso. Hasta hoy mantenemos el vínculo a través de un grupo de WhatsApp con Laura Canoura, Gonzalo Moreira, Cristian Cari... y otros que formaron parte del Masterclass.

—¿Qué pasó que luego no tuviste continuidad en Canal 12?

—Me ofrecían cosas. De hecho hice suplencias en Desayunos informales pero quizás en ese momento no estaba lista para un formato diario. Rocío, mi hija menor, era chica. Después vino la pandemia y llegó el ofrecimiento de Canal 10. Cuando tuve la primera reunión, para ofrecerme un programa que ni siquiera tenía nombre en la tarde, me dijeron: “Queremos que seas vos”. Que te digan eso está buenísimo y así empezó El show de la tarde.

—¿Qué significó para vos ese regreso?

—Fue muy lindo porque volví después de 11 años y era como si no me hubiera ido la semana anterior. Nos pusimos al día con los compañeros y nos pusimos a trabajar. Lo mismo pasó el 12, donde también tuve dos etapas. Nunca me fui mal de ningún lado. Cuando me convocaron del 10, dije en 12 que me habían ofrecido lo que yo estaba esperando en el horario de la tarde, que siempre me gustó.

Foto: Ricardo Figueredo.

—No te gusta madrugar...

—Madrugo sí porque acompaño a mis hijos en sus rutinas. Pero prefiero estar a esa hora en casa para desayunar juntos y llevarlos.

—Tu casa, el escenario del programa que se viene, es en la costa, en Shangrilá...

—Sí. Hace 15 años que vivo ahí y estamos acostumbrados. Es un lugar divino.

—En los adelantos se ven estatuas de buda y otros elementos vinculados a lo espiritual. ¿Cultivás ese perfil?

—Sí. Mis compañeros me dicen que soy “macumbera”. A los invitados les doy un regalo vinculado con eso. Hice yoga, tuve épocas de mucha meditación. Leo mucho de todo, no puedo decir que soy budista, pero hay muchas cosas del budismo que me gustan. También me identifico con el Kabalá... Leo todo y me gusta aprender para crecer.