Redacción El País
Paola Cruz recuerda en fogonazos aquella noche. La madrugada del 7 de abril, la cantante artíguense regresaba de un show en Durazno con los compañeros de la banda Konsagrados cuando la camioneta despistó en el kilómetro 302 de ruta 5, en Tacuarembó. El vehículo volcó y impactó contra un árbol. Ella iba dormida en el asiento del acompañante, sin cinturón de seguridad.
“Con el tiempo me vienen recuerdos (luces, gritos, sirenas, me veo lastimada…) pero en el momento no me di cuenta del accidente, no sabía lo que estaba sucediendo. Volví a la consciencia en el CTI”, asegura la artista artíguense.
Paola Cruz tuvo once fracturas, un coágulo en el cráneo y varios cortes en todo el cuerpo. Después de un mes internada, diversas cirugías reconstructivas a nivel facial y un largo período de rehabilitación, hoy ha vuelto a los escenarios. Con dudas y temores, sí, pero convencida por su pasión por el canto encabeza el proyecto “Paola Cruz y la banda”, que ya ha tenido presentaciones en Tacuarembó, Artigas y otras zonas del norte del país. Siempre en el género tropical romántico, que caracteriza a la voz dulce la artista artíguense.
La banda Konsagrados llegó a su final aquella madrugada de abril porque a consecuencia de las heridas en el accidente perdió la vida el director del grupo Néstor Martínez unos días después del siniestro.
Desde Artigas, donde además atiende una chivitería, Paola Cruz habló con Sábado Show de su nueva etapa artística y las marcas de una noche fatídica en la carretera.
-¿Cómo te sentiste en tu regreso al escenario?
-Fue muy fuerte. La rehabilitación implicó un proceso largo pero, cuando subí al escenario, lo que más jugó lo emocional. Tuve siempre el apoyo de la familia y los amigos que fueron el puntal decisivo para que volviera a la música. Ellos estaban ahí animando y fue muy emocionante.
-¿Dudaste en algún momento de volver?
-Sí, tuve muchas dudas. No sabía si iba ser capaz, si me iba a generar la misma satisfacción, si estaría la conexión… Pero todo eso cuando vi el recibimiento de la gente se disipó. Muchas personas se me acercaron con lágrimas en los ojos y me llenaron de abrazo. Fue muy emocionante y sigue siendo, volver a cantar.
-Aquella madrugada volvían de un show…
-Así es. Habíamos actuado en Durazno y nos volvíamos a Artigas en la camioneta. Cerca de las 00:30 fue el accidente. Yo iba durmiendo en el asiento del acompañante y no tengo muchos recuerdos. Con el tiempo me vienen recuerdos (luces, gritos, sirenas, me veo lastimada…) pero en el momento no me di cuenta del accidente, no sabía lo que estaba sucediendo. Volví a la consciencia en el CTI. Mis compañeros me dicen que yo hablaba y si preguntaban algo, yo respondía. Pero como que bloqueé gran parte de los recuerdos de esa noche. Y lo poco que me acuerdo son como imágenes de un sueño, sin mucha conexión.
-¿Cómo fue el proceso de rehabilitación?
-Tuve 11 fracturas, cuatro de ellas en el rostro, costillas, fémur, además de un coagulo en la cabeza que llevó su tiempo de reabsorción. Lo que más costó, de todos modos, fue la pierna. Tuve pérdida de tejido muscular y llevó su tiempo. Me hicieron una cirugía grande con hierros y tornillos y todavía estoy con fisioterapia.
-¿En la voz no tuviste ningún contratiempo?
-Afortunadamente no. Al principio me sentí distinta pero tenía que ver con el tratamiento en sí. Había estado intubada por momentos.
-Al momento del accidente eras una de las vocalistas de Konsagrados. El grupo tenía mucha actividad…
-Sí, estábamos en un gran momento. Teníamos shows y eventos todos los fines de semana. Yo estaba desde hacía seis años en la banda. Lamentablemente, después del accidente falleció el director quien ya tenía algunos problemas de salud y se terminó el proyecto. Ahora estamos embarcados en otra etapa con Paola Cruz y la banda.
-¿Te da miedo andar en la ruta? Van a volver los shows y los kilómetros en la noche…
-Me da miedo sí. Pero no puedo quedarme bloqueada. Lo que aprendí es que nunca más sin cinturón de seguridad. De haberlo tenido puesto, seguramente no hubiera salido tan lastimada.