Patricia Fierro brilla en Destinos y Sabores y El Garage pero este año quiere ir por más. En ese sentido, se propuso cruzar el charco y encontrarse con 'Chato' ´Prada, una de las autoridades de Ideas del Sur.
Patricia Fierro siente que “este va a ser su año” y trabaja para que así sea. A sus ciclos televisivos en Uruguay, le suma la posibilidad de trabajar en Argentina. Se lanzó a golpear puertas en la vecina orilla y consiguió que se abriera nada menos que la de Ideas del Sur, productora de Showmatch. “Estoy hablando con el ‘Chato’ Prada sobre la posibilidad de trabajar allí; creo que me iría bien en el Bailando”, anticipa. La rubia no es una novata del otro lado del charco, ya hizo teatro de revista y formó parte de la apertura del programa de Susana Giménez. Sin embargo, ahora dice sentirse con más fuerza y convencida de poder triunfar en un mercado más completo, aunque también más competitivo. “Tengo otra cabeza, estoy más madura”, afirma. Trabajo, amor y la relación con su hija de 18 años en voz de una Patricia Fierro sin filtro.
—¿Cómo nace el proyecto Destinos y sabores con Patricia que se puede ver a través de Canal U?
—Es algo que tenía en la cabeza hace mucho tiempo pero no lo había podido llevar a un programa de televisión. Fuimos con el proyecto a Canal U, y gustó de inmediato. La idea era viajar, tener una gastronomía excelente como la de Mario Padrón y una entrevista a un invitado central para conocer más profundamente a la persona.
—¿Cómo te llevás con la cocina en tu vida cotidiana?
—Me gusta mucho. Mi especialidad es la lasagna, la hago con todo: carne, verdura, fiambre. De todos modos corro con la ventaja de que a mi hija le apasiona cocinar. Siempre me hace algo: una torta de zapallitos, una isla flotante o una torta de naranja. Le encanta.
—¿Cómo es la relación con tu hija Valentina, de 18 años?
—Somos muy compinches, tratamos de estar siempre juntas y tenemos una relación de confidentes. Cada una cumple su rol, yo soy madre y ella es hija, pero somos muy amigas. Soy una mamá canchera.
—¿Salen juntas?
—No. Yo trato de no ir a los lugares que va ella, y ella trata de no ir a mis lugares. Me pregunta cuándo vamos a salir juntas, pero yo le respondo que no: "cada una a su lugar". Ella tiene que salir con sus amigas y yo con las mías.
—¿Alguna vez se les acercaron a hablar chicos creyendo que eran amigas y no madre e hija?
—Me ha pasado en la playa y los quise matar a todos. Soy una madre muy celosa de mi hija, cada día está más linda y a mí se me hace un poco violento que los tipos se den vuelta para mirarla. Ahí me tengo que controlar.
—Se dice que cuando las hijas son adolescentes empieza a haber una especie de competencia con la madre, ¿has vivido alguna situación así con ella?
—Conozco chicas que sienten eso, pero a mí no me pasa. Seguramente lo que puede ocurrir es que un chico entre la edad de ella y la mía me pueda escribir por Facebook a mí o decirme algo por la calle a mí y eso le incomode.
—¿Cómo cuidás tu figura?
—La genética me ha ayudado durante 34 años. Hoy que ya tengo 35 me puse a entrenar con Cristian, mi personal trainer. También empecé a ir a una cosmetóloga y a una clínica estética para que me ponga electrodos y esas cosas. Tengo una genética increíble pero llegó el momento de ayudarla.
—¿Te cuesta hacer ejercicio?
—Sí porque no es un hábito en mí. Después de que estoy en el ruedo está todo bien, pero me cuesta levantarme y arrancar.
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—¿Tenés alguna operación estética?
—Las lolas es lo único que me hice, el resto es natural.
—¿Tenés amigos en el medio?
—No soy una persona de muchos amigos, y en el medio no tengo, en todo caso son "conocidos".
—¿Claudia Fernández, por ejemplo?
—Es una persona a la que le debo muchísimas cosas y estoy más que agradecida con todo lo que ha hecho por mí, pero no es mi amiga. No nos vemos casi nunca, aunque estemos conectadas por las redes sociales.
—Estuviste viajando a Buenos Aires en las últimas semanas, ¿qué estás haciendo por allá?
—Me reuní con Daniel Comba (productor teatral), que hace mucho que no lo veía. Él se contactó conmigo y viajé a Buenos Aires, pasamos bárbaro y hablamos de algún que otro proyecto. Además estuve charlando con Chato Prada sobre la posibilidad de trabajar en Ideas del Sur. Sé que el 2015 va a ser mi año a nivel laboral porque me estoy volviendo a animar en Buenos Aires. Las puertas se abrieron y las cosas se están dando como tienen que darse.
—¿Qué te gustaría hacer allá?
—A mí me gusta mucho la televisión, me divertiría hacer un formato de magazine. ¿Y a quién no le gustaría estar en Showmatch? Ahí una tiene la posibilidad de que la vean en todo el continente, y la prensa que genera eso es única. Pero no es ya. En Ideas del Sur las cosas se van a dar cuando se tengan que dar. Estamos en un proceso sin apuros hablando con el Chato.
—¿De dónde lo conocés?
—Cuando hice Revista Latina en Villa Carlos Paz me conecté con el Chato y con (Federico) Hoppe. Fui a Ideas del Sur, estuve reunida con ellos y me propusieron hacer cámaras ocultas, pero a mí no me servía económicamente. Son muy genios, súper simpáticos, pero llegar a ellos es muy complicado. Como los conozco de antes, ahora se volvió a dar la posibilidad de hablar.
—¿Tenés ganas de irte?
—Estoy con ganas de seguir trabajando. En Uruguay puedo continuar en Destinos y sabores con Patricia y El Garage (Canal 10) que me llenan el alma, pero me encantaría trabajar en Buenos Aires porque es un mercado mucho mayor. Lamentablemente en Uruguay hay que ir a Buenos Aires y volver para ser valorado.
—¿Qué te quedó de tu pasaje por el teatro argentino?
—Me encantó pero yo no estaba preparada para todo eso. No me agradaba ver que había que hacerse un personaje. Sentía que todo se manejaba de una forma que no me gustaba, incitando a conseguir prensa.
—¿Y qué cambió ahora?
—Que tengo otra cabeza, estoy más madura. No me armo un personaje pero sí aprendí a jugar con lo que implica el medio. Con todo lo bueno que tengo creo que me iría bien en Showmatch.
—¿Bailas bien?
—No, no bailo bien. Todo se aprende, y si una rinde se queda. Varios ganaron sin saber bailar.
—¿Cómo fue la experiencia de haber sido la "doble" de Susana Giménez en la apertura de su programa hace un par de años?
—Eso fue muy divertido. Estuvimos en La Mary con ella, y andaba por todos lados como una más. No le importa nada. Fue un placer, ella irradia energía positiva, aparece y a una le cambia el humor. Almorzamos todos juntos, y ella salía con todos los ruleros, saludaba, daba besos. ¡Es una genia total!
—¿Estás en pareja?
—Estoy soltera, hay algo pero nada concreto. Yo soy muy selectiva, y con los años cada vez más. Pero hay una realidad: los hombres son bastante miedosos y les gusta ir a lo seguro. Se ve que a mí me tienen miedo, no sé. Noto que por temor a que una le rebote, prefieren no arriesgarse.
—¿Cuáles son tus exigencias?
—En lo físico, lo más importante es que tengan una sonrisa perfecta. Me fijo mucho en eso. Además, tiene que ser gracioso y acompañar en los proyectos. A veces pasa que al principio les encanta el trabajo de una, pero después la quieren separar de su profesión. Eso no hace una buena pareja, hay que apoyar siempre.
—¿Te pasó?
—Sí, una vez me pasó y no está bueno.
—¿Qué son los tatuajes que tenés en las muñecas?
—En la mano izquierda tengo las iniciales de mi hija y en la derecha su nombre. Antes también tenía el nombre y las iniciales de Sebastián (Viera, su expareja), y eso lo tapé con una flor arriba. Me costó bastante retatuarlo porque fue algo importante en mi vida. De todas maneras sigue estando ahí.
—¿Te volverías a tatuar el nombre de una pareja?
—Sí, creo que sí. No me arrepiento de haberlo hecho.

EntrevistaPablo Cayafa