NOTA DE TAPA
En un año con menos oportunidades en los medios y de pérdidas familiares, Patricia Fierro resalta su faceta de emprendedora al lanzar su propia línea de bikinis para el verano.

-Desde hace dos años, hay una línea de bikinis y ropa interior con tu nombre, ¿cómo surgió esa iniciativa?
-En el verano pasado nos juntamos con Luján y con Rosana (de la marca Pippos) y ellas me ofrecieron la cápsula de bikinis y ropa interior. Me tienen bastante consentida cuando planteo los diseños; lo nuestro es todo 100% industria uruguaya. Manejamos licras nacionales que en su mayoría son lisas y de muy buena calidad. Hacemos todos los talles para llegar a todo el mundo. Me encanta esta faceta de diseño; siempre me gustó. Es un rol bastante diferente y atípico de lo que la gente conoce de mí. Está bueno seguir creciendo.
-También implica un regreso a tu faceta de modelo...
-Sí, de algún modo se trata de una vuelta a las raíces. Hoy con 41 años vuelvo a posar como lo hacía con 17 o 18. Hubo muchos cambios en este tiempo, a nivel físico y también de aprendizaje. Poder aceptarte y mostrarte tal cual sos forma parte de un gran aprendizaje. En la actualidad estamos frente a una movida muy positiva en ese sentido. Si bien todos tenemos algún que otro complejo, está bueno aceptar el paso de las etapas y el cuerpo tal cual es.
-En tus redes sociales, ¿cuántos filtros usás?
-Trato de usar poco, aunque de vez en cuando uso. Mi hija Valentina (22 años) empezó a recomendarme que no los usara. “Te ves mejor al natural”, me decía. Y tiene razón: en definitiva así es mi cuerpo con 41 años y no hay por qué mostrar algo que no es. Las redes sociales en la actualidad implican también una herramienta de trabajo y hay que ser auténtico.

-En materia de comunicación, ¿cuáles son tus proyectos?
-Estamos trabajando para lanzar el programa de verano. Todavía no tengo el canal. Se va a llamar “Experiencias.uy” y la idea es mostrar las diferentes experiencias que se pueden vivir en Uruguay y no solo en Punta del Este. Se nos suma Rodrigo “Coco” Zeballos en la coconducción. Es un piloto de rally que rinde muchísimo en cámara y nos conocemos hace mucho tiempo. Siempre dijimos de hacer algo y ahora se va a concretar.
-¿Está más difícil el terreno de los medios para conseguir oportunidades?
-Puede ser. Nosotros estábamos haciendo Alguien tiene que hacerlo con Andrés Airaldi en VTV y con la pandemia se frenó. Determinados auspiciantes se dieron de baja y hasta el momento no pudimos volver. Nos dio mucha pena porque es un programa que disfrutábamos mucho hacer. La idea es regresar en 2022; esperemos que se concrete.
-¿Emprender está un poco en tu naturaleza?
-Sí, me gusta mucho. Soy inquieta. Además de los bikinis, estoy en otro emprendimiento con amigas de gorros personalizados. En breve haremos el lanzamiento. Ha sido un año por algunos motivos familiares no muy bueno, pero por el lado del emprendimiento, positivo.
-¿Qué pasó a nivel familiar?
-Hace unos meses me tocó perder a dos tías que eran muy importantes en mi vida. No tuvo nada que ver con el COVID pero en este año tan triste, las cosas duelen más. Este tipo de golpes te hacen entender que los años pasados y no es cierto que vas a tener a tu gente toda la vida. Hay que disfrutar el día a día de la mejor manera.
-¿Cómo te imaginás el verano?
-Con mucho calor, para empezar. Quiero pensar en que la gente va a ser precavida y tendrá mayor responsabilidad, más allá de que estemos todos (o casi todos) vacunados.
-¿Te invitaron a fiestas clandestinas en este tiempo?
-Hace unos días participaste emocionada desde la tribuna del triunfo de la selección uruguaya de rugby, donde juega tu pareja Rodrigo Silva y que implicó la vuelta de Los Teros al Mundial.
-Sí, fue un triunfo increíble. Conviviendo con Rodrigo, sé el trabajo y el amor que le pone a él. Sus compañeros también ponen todo de sí mismos. Fue un logro súper merecido después de un partidazo. Nosotros fuimos con mi hija y una familia amiga y lo vivimos con una adrenalina tremenda. Sé lo que significa la clasificación para Rodrigo y me pone muy feliz. Ojalá pueda ir a Francia 2023. Voy a empezar a juntar para poder viajar a acompañarlo.
-En una época eras muy hincha de Nacional. ¿Mantenés ese sentimiento?
-Sigo siendo hincha pero perdí un poco el fanatismo por el fútbol. Se ve que se lo heredé a Valentina porque ella sigue mucho los partidos. En mi caso, miro a Uruguay y a Nacional también pero se me pasan los partidos o no me entero de nada.
-Eran muy amigas con Claudia Fernández. ¿Tienen vínculo en la actualidad o la vida las llevó por caminos diferentes?
-Con Claudia, tengo la mejor. Cada tanto nos hablamos por Instagram por diferentes cosas. Soy muy agradecida porque ella me dio una gran mano cuando empecé a trabajar en los medios de comunicación. Ella fue quien me recomendó con Luis Carballo, cuando hizo su programa en Canal 4. También me dejó otros trabajos, como la conducción de El garage TV. Así que lo que tengo con ella es puro agradecimiento. Sé que si mañana necesito una mano, ella me la va a dar y lo mismo viceversa. Más allá de que no nos vemos muy seguido, tenemos una muy buena relación.
-Con Carballo también hubo un malentendido cuando dejaste Pizza a Carballo. ¿Quedó bien el vínculo?
-Pienso que sí. Cuando estaba en el programa me salió la oportunidad de hacer teatro en Villa Carlos Paz y decidí irme para vivir esa experiencia. Pero todo bien. De mi parte, tengo los mejores recuerdos. Luis es una persona de la que aprendí muchísimo y con quien disfruté esos dos años de trabajo juntos. Estoy muy agradecida con él, así como agradezco a Juan Carlos Scelza que me dio trabajo en Locos por saber.
-Eran tiempos diferentes en la televisión. Existía aquel rol de la “secretaria” que hoy ya no se usa. ¿Cómo te sentías en esa función?
-Es verdad. Se usaba aquello de la secretaria sexy e inocente. Eso ya no está tan bien visto o por lo menos, fuera de moda. Me parece que está bueno cambiar y mostrar a la mujer de diferentes maneras. Creo que está bueno que más allá de la imagen, se muestren otras cualidades de la mujeres.
-¿Hubo momentos de incomodidad?
-No, nunca me sentí incómoda trabajando con nadie. Siempre sentí que me trataban bien y me cuidaban. Había una relación y un clima de trabajo que era como una gran familia. Te hablo por ejemplo del programa de Luis (Carballo). Funcionábamos con un grupo muy unido y todos trabajábamos cómodos.