Patricia Fierro y su historia con la maternidad: "Tuve a mi hija a los 17 años y estuvo 41 días internada"

La comunicadora habla de sus ganas de volver a ser madre y recuerda su experiencia anterior, cuando enfrentó un parto prematuro siendo apenas una adolescente.

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Patricia Fierro
Patricia Fierro se sumó al panel de "Algo Contigo".
Foto: Santiago Aquino. Producción Jorge Cruz.

Es un año especial para la modelo y comunicadora Patricia Fierro. Es que regresó a la televisión de aire y nada menos que en el clásico Algo Contigo (Canal 4). Allí vuelve a acompañar a Luis Alberto Carballo, quien fue uno de sus mentores en la pantalla. “Tenemos muchos recuerdos divertidos juntos”, menciona sobre la época de Pizza a Carballo (2006). En un diálogo íntimo, la comunicadora habla de sus ganas de tener el primer hijo con su pareja, el rugbier Rodrigo Silva, y darle así un hermano a su hija Valentina: “Es un plan que está sobre la mesa”. Y a la vez recuerda el día en el que se convirtió en mamá a los 17 años y en el marco de un parto prematuro: "Estaba en clases de matemáticas y me fui directamente a la mutualista”, relata.

-Debutaste este año como panelista de Algo Contigo (Canal 4), ¿cómo te sentís en este nuevo rol?

-Espectacular. Desde el primer día me sentí muy cómoda y nunca me hicieron notar que soy la nueva. Me trataron muy bien. Además, volver a compartir un programa con Luis (Carballo) me trajo muchos recuerdos de la época en la que hacíamos Pizza a Carballo y nos divertíamos mucho. Tengo un montón de situaciones con él que recuerdo con cariño y agradecimiento. Aprendí mucho de él, así que no hay nada mejor que poder volver a trabajar juntos.También le tengo mucho cariño a Canal 4 porque fue el primer canal en abrirme las puertas. Estoy muy agradecida.

-¿Cómo te llevás con este nuevo rol en el que presentás y opinás sobre noticias de farándula?

-Ser panelista no es el rol al que estoy más acostumbrada. Me voy adecuando, pero por suerte tengo un montón de compañeros que siempre me dan una mano. A medida que pasa el tiempo voy agarrando más seguridad.

-¿Hay algo que te haya costado especialmente?

-Tengo que estar más informada sobre cosas de las que antes no estaba. Antes consumía cosas de farándula, pero ahora tengo que hacerlo más y pasa a ser parte de mi trabajo. Por otro lado, me pasa que como también soy una persona conocida me pongo en el lugar de la persona de la que estamos hablando. Pienso mucho en los cuidados que hay que tener a la hora de hablar de alguien porque a mí me puede pasar que alguien hable sobre mí y diga cosas que no me gusten. Es decir, hablo desde el lugar de la panelista pero también como persona pública y busco hacerlo con empatía.

-Estás en el sillón que antes ocupaba Giannina Silva, ¿seguías su trabajo en el programa?

-No siento que esté ocupando el lugar de nadie porque Giannina tiene una personalidad muy diferente a la mía. Ella es extrovertida y yo soy más como para adentro. Además, ella tenía muchos años en el programa y yo recién entro. La sigo en las redes minuto a minuto y me parece una crack.

-¿Cuál creés que es el diferencial que le aportás al panel?

-Eso habría que preguntárselo a quienes me contrataron (risas).

-Has mostrado una faceta muy sensible en tus intervenciones...

-Puedo emocionarme y transmitir esa faceta porque me siento muy cómoda en el programa como para hacerlo. Está bueno estar en un programa en el que puedo ser yo todo el tiempo. Igualmente no sé si ese es mi aporte porque es algo que el programa ya tenía.

-El episodio más notorio fue cuando te quebraste al aire en una entrevista con la médium Noelia Pace, que dijo que sentía la presencia de “una abuela que reclama que no fueron a saludarla”.

-Desde que ella llegó sentí como mucha angustia, es algo que nunca me había pasado. Es cierto que me sensibilicé mucho y terminé llorando, pero siento que eso que dijo sobre una abuela no era directamente para mí sino para alguien de mi entorno con quien yo había hablado hace poco del tema de su abuela.

-Tuviste un breve pasaje por el teatro de revista en Argentina, ¿cómo recordás aquella experiencia?

-Fui en 2007 a trabajar a un espectáculo que se llamaba Revista Latina en Carlos Paz. En el elenco estaban Jésica Cirio, Iliana Calabró, María Martha Serra Lima, Campi, El Bicho Gómez, Floppy Tesouro y Hugo Varela. Yo siempre había querido hacer teatro de revista y trabajar en un elenco así. Cuando Daniel Comba me lo propuso me fui a vivir a Buenos Aires y empecé a estudiar baile. Fue una experiencia espectacular que agradezco haber vivido.

-¿Cómo definirías ese ambiente sobre el que muchas veces hay prejuicios?

-En Revista Latina no hubo peleas, había un lindo grupo de trabajo. Íbamos a almorzar a la casa de Iliana, que era una gran anfitriona. Lo que me pasaba era que sentía que tenía que estar haciendo un personaje todo el tiempo, no me sentía en un ambiente en el que pudiera ser auténtica. Fue por eso que decidí volver a Uruguay.

-¿Te sugerían armar escándalos mediáticos, por ejemplo?

-Me decían “si hacés tal nota sirve a tu difusión”, y eso implicaba pelearme con gente y eso no me gusta. Por ejemplo, me acuerdo que en aquel entonces al final del espectáculo mucha gente me confundía con Jésica Cirio. Hubo un productor teatral al que le había llegado ese rumor y me sugirió que lo usara y me presentara algo así como diciendo que era “la Jésica Cirio uruguaya”. No accedí a eso, no me interesaba. Yo tenía a Jésica pegada a mi camarín y la tenía que ver todo el tiempo.

-¿Cómo te llevabas con ella y Floppy Tesouro?

-Eran las más distantes del elenco.

-¿Te quedaste con las ganas de hacer carrera en Argentina?

-No. Me volví a Uruguay sabiendo que había cumplido la experiencia que quería vivir. Tuve la suerte de poder hacerlo y me volví satisfecha. No me vine frustrada por no haber seguido, ni siquiera lo intenté. En aquel momento mi hija Valentina iba y estaba conmigo, pero tenía 10 años y no podía viajar todo el tiempo.

Patricia Fierro
Patricia Fierro recuerda el día que se quebró al aire por la presencia de una médium: "Me angustié desde que llegó".
Foto: Santiago Aquino Producción: Jorge Cruz

-Fuiste mamá con apenas 17 años, ¿te gustaría tener otro hijo en esta nueva etapa con tu novio Rodrigo Silva?

-Sería un muy buen plan. Me encantaría volver a ser mamá, tengo ganas de agrandar la familia. Capaz que en algún momento puedo llegar a sorprender. Las ganas están y es un proyecto que está sobre la mesa. A veces pienso que Valentina es súper grande y tendría que volver a empezar todo de nuevo. Pero sería maravilloso vivir la maternidad desde otro lado, primero a los 17 y ahora de vuelta a los cuarenta y tantos. Valentina pide un hermano constantemente y a Rodrigo le gusta mucho la idea. ¡Hay pedidos por todos lados!

-¿De casamiento también hay pedidos?

-No. Seguimos así que estamos muy bien. No deseamos ni lo pensamos. Yo nunca me casé. En otro momento de la vida lo deseaba pero hoy no me interesa en absoluto.

-¿Cómo fue enfrentar la maternidad cuando eras todavía una adolescente?

-Fue difícil. Yo tenía 17 y su papá 19. Por suerte ambas familias y nuestros amigos nos apoyaron mucho en el proceso. Lo que complicó más las cosas fue que Valentina nació a los seis meses, y después estuvo 41 días internada de los cuales una semana estuvo en CTI. Me acuerdo que yo estaba en clase de matemáticas cuando me fui a la mutualista de Pando que es donde vivo, y de ahí me mandaron a Montevideo. Nunca pensé que la tendría ese día. Los días siguientes tuvimos una relación muy linda a través de la incubadora. Yo le leía cuentos y le hablaba de la gente que la esperaba afuera. Fueron días largos pero por suerte ella siempre evolucionó positivamente. Es lo más lindo que nos pasó en la vida.

-¿Cuánto tuviste que reacomodar de tu vida con su llegada?

-Después de la clase de matemáticas que interrumpí porque me fui a tener a Valentina no volví más. Dejé el liceo y retomé años más tarde el nocturno, pero se me hizo difícil porque yo ya estaba separada del padre de Valentina y trabajaba mucho haciendo promociones de noche, así que tenía que faltar. Siempre me quedó ese debe, tal vez en algún momento lo termine.

-¿Cómo combinaste la maternidad con la búsqueda de tu lugar en el medio artístico?

-Valentina fue una hija que siempre me acompañó. Yo iba a la televisión y ella iba conmigo. Yo hacía sketches en los que aparecía con poca ropa y la gente se podía hacer ideas que no son, entonces yo quería que ella fuera y conociera bien todo el entorno en el que yo trabajaba.

-¿Cómo es hoy tu relación con el papá?

-Yo me separé del papá de Valentina unos cuatro años después de tenerla, pero la educamos ambos y él siempre fue y sigue siendo muy presente. Yo lo quiero y nos llevamos bien.

-Mencionabas los sketches picarescos que hacías hace unos años, ¿cómo los ves hoy en perspectiva?

-En ese momento se hacían así y no es ni que me arrepiento ni que me incomodo. No soy de mirar lo que hice años anteriores y no sé qué me pasaría si me viera. Hoy ya no estoy para eso ni para las producciones muy jugadas porque creo que hoy sí me sentiría incómoda. Cuando hago producciones en bikini ahora me cuesta un poco.

-¿En aquel momento te incomodaba y lo hacías igual porque era tu trabajo o lo disfrutabas?

-No, no era que me costaba. Eran otros momentos y yo era más extrovertida. Lo hacía y no me lo cuestionaba. No lo sufría, sino me divertía y la pasaba bien. Era natural para mí.

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