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"Vamos a polemizar y discutir. No porque el otro piense distinto, es mala persona", anticipa el equipo del nuevo ciclo que va los lunes 22.30 horas por Canal 4.
El renovado Canal 4 lanzó su primera carta de programación local 2019. Sergio Gorzy, Eduardo Rivas, Edward Piñón y equipo están al frente de El diario del lunes, un programa que pone nuevamente a la polémica deportiva en el horario central de la TV uruguaya. Todos los lunes a las 22:30, los panelistas irán componiendo una “tapa” de diario con los conceptos o contenidos más destacados de cada ciclo. Producido por el canal y Clic live contents, el programa pretende “sacarle el cartón a los periodistas” y que se debata como en las casas u oficinas. La política en el deporte será tema obligado en tiempos convulsionados para la AUF. “Hay una grieta en el fútbol uruguayo”, considera Sergio Gorzy.
Canal 4 vuelve a apostar a un programa deportivo y en horario central. En la semana que renovó su imagen y logo, Monte Carlo puso en pantalla El diario del lunes, un ciclo de polémica y análisis de fútbol como no había en esa pantalla desde la época de Gol a gol (año 2000).
Sergio Gorzy, Edward Piñón y Eduardo Rivas están al frente de este nuevo programa que busca conquistar al público con opiniones, polémica y también producción de tapes con enfoques diferentes de cada fecha del campeonato local. El equipo lo completan Jorge Seré y Fernando Alvez como columnistas y Gustavo Fernández Insúa y Leonardo Sanguinetti que aportarán su mirada con informes especiales.
“Es importante porque hace mucho tiempo que el canal no tiene un programa de fútbol. Estuvo Supersport pero con una concepción distinta”, considera Eduardo Rivas. El debut fue este lunes a las 22:30 y contó con la visita como invitado del entrenador de Peñarol, Diego López.
A nivel de formato, en cada capítulo se confecciona una “tapa” de diario con los principales conceptos o momentos del programa. Sobre la temática y el enfoque, Gorzy explica: “Pretende abordar lo que ocurra a partir de lunes. Basados en lo que pasó el fin de semana, qué se hace con eso y qué puede pasar después. No es un programa resumen de la fecha anterior porque la gente ya sabe todo”, asegura.
La opinión y la polémica están muy presentes. “Lo que nos gusta es hablar de fútbol como se da en las casas o en las oficinas. Pretendemos sacarle el cartón a los periodistas y hacer un tipo de comunicación distinta, como si fuera una reunión entre amigos. Polemizar, sí, discutir, también. Si opinás distinto al otro, marcar la posición y defenderla con argumentos”, considera Piñón.
El programa en vivo permite, además, interacción con los espectadores a través de las redes sociales.
El diario... cuenta con un espacio final titulado “El alargue”. El programa “termina”, las luces bajan, los periodistas se desajustan las corbatas pero las cámaras siguen encendidas por tres minutos para darle un espacio “yapa” al debate sobre los temas que acaban de tocar.
La grieta. La política en el deporte será parte del programa en tiempos convulsionados para la Asociación Uruguaya de Fútbol, escenario de una lucha encarnizada de intereses. “Cuando las partes están radicalizadas es muy difícil. Ninguno quiere dar el brazo a torcer”, analiza Piñón.
“Es un tema empresarial”, considera Rivas. “Como periodista cada uno puede tener su visión. Lo peligroso es considerar al que piensa distinto como una especie de enemigo”, complementa.
“A mí me ha pasado”, interviene Gorzy. “Hay gente que me descalifica porque trabajo para una empresa (Tenfield) y justo me critica quien trabaja para una empresa competidora”.
Los derechos de TV, si se paga poco o no, si hay abuso de poder son los temas que dividen a dirigentes, periodistas y jugadores. “Hay una grieta en el fútbol uruguayo y es enorme”, dice Piñón.
Sobre el tema de fondo, que enfrenta a Paco Casal y Nelson Gutiérrez con los jugadores de la selección (Diego Lugano al frente), Gorzy opina: “Lo único que quiero decir es que ninguna de las dos partes lo hace por el bien de la humanidad. Los dos están pensando en un negocio”.
“Quienes nos conocen saben que tenemos miradas diferentes sobre estos temas y las vamos a poner sobre la mesa seguramente”, añade Gorzy.
“Lo bueno acá es el intercambio. No porque el otro piense distinto es mala persona. Podés debatir, discutir, enojarte incluso. Pero de ahí a tomarlo como una ofensa personal, no”, dijo.
Otros tiempos. Los tres coinciden en rechazar la tendencia mundial y uruguaya que limita el contacto con jugadores y entrenadores por la vía de conferencias de prensa u oficinas de comunicación de los clubes.
“No me causa gracia. Yo iba a los Aromos o los Céspedes y hablaba con quien quería. Miraba los entrenamientos, hablaba con el técnico. Todo era muy distinto”, recuerda Rivas.
Hasta el Mundial de Sudáfrica el contacto era muy fluido. Describe Sergio Gorzy: “Me acuerdo de haber entrado a la habitación de Forlán mientras él miraba una película”.
“El periodista de raza no lo puede permitir”, dice Edward Piñón, también periodista en Ovación, de El País. La riqueza de un diálogo mano a mano no se sustituye con las conferencias de prensa. Piñón reconoce, incluso, que prefiere no acudir a estas citas entre algunos de los protagonistas y los medios.
“Muchas veces hacés la pregunta pero perdiste el micrófono. No se puede repreguntar. Además, la relación personal se pierde”, opina Rivas.
Para Sergio Gorzy, esta distancia hace que los periodistas tengan que apelar cada vez más al ingenio para ejercer en el fútbol.