Redacción El País.
En las últimas elecciones internas, en un circuito de Maldonado, hubo un voto anulado que contenía la lista 7777 característica del movimiento P.U.T (Partido Unificado de los Trabajadores) y la foto del “no candidato” más recordado de los últimos años: Pinchinatti, una parodia encarnada en 1989 por el actor Ricardo Espalter para el programa Decalegrón, de Canal 10.

Que 35 años después sigan apareciendo simpatizantes “putistas” debe configurar un verdadero récord para un personaje que estuvo al aire unos pocos meses. Julio Frade, hoy con 80 años e integrante de aquel elenco de humoristas, recuerda los orígenes, desarrollo y final del personaje, con detalles inéditos.

“Todas las semanas nos reuníamos Espalter, (Enrique) Almada, (Eduardo) D’Angelo durante dos horas para pensar ideas. En una de esas reuniones surgió la idea del personaje. Como estábamos en campaña electoral, pensamos en hacer un candidato con ideas disparatas. Nunca imaginamos la repercusión que tendría”, recuerda el actor y músico.

El nombre se lo puso Enrique Almada y Frade recuerda que en algún momento les llegó un comentario de supuesto desagrado de parte de Julio María Sanguinetti, entonces presidente. “Había cierta rima entre Pinchinatti y Sanguinetti, pero nunca lo hicimos pensando en eso”, recuerda.

El sketch comenzó tímidamente: en los estudios de Canal 10 se armó una escenografía que emulaba un club político donde Pinchinatti y su equipo de colaboradores presentaban sus propuestas disparatadas. Las referencias eran reales. Según se acuerda Julio Frade, lo hicieron pensando en Domingo Tortorelli, un político que desde el balcón de su casa en 18 de julio lanzaban promesas alocadas, como canillas de leche en la ciudad o hacer en bajada la ruta 5.

Así, Pinchinatti proponía convertir a Uruguay en la “gran oficina pública de América Latina” para hacer trámites en todo el continente o usar los autos oficiales para los recorridos de ómnibus los días de paro.

Sin embargo, en estudios el sketch de Pinchinatti era uno más del programa de humor de los lunes. El click se dio cuando el “candidato” salió a la calle. Según reconoció el propio Ricardo Espalter en una entrevista de 2002, fue Eduardo D’Angelo el que propuso que Pinchinatti hiciera actos públicos.

“Primero pedimos permiso a una familia, que vivía en un apartamento frente al canal. Hablaba Pinchinatti en el balcón. Y después nos fuimos a la Plaza de los Bomberos”, recordó el actor, fallecido en 2007.

Julio Frade creó el jingle, recordado hasta hoy por los “putistas”: “Pinchinatti también tiene madre / Pinchinatti también tiene fe / Pinchinatti es un hijo de pueblo / Pinchinatti trepa, yo lo votaré”, decía la pegadiza canción.

“Alquilamos una chata y todos los lunes había “actos” en la Plaza de los Bomberos. Se juntaba cada vez más gente”, recuerda Frade.

Foto: Archivo.

Nelson Lence, actor integrante de aquel elenco, recuerda aquellas jornadas todavía sorprendido por la repercusión. “Los políticos sentían cierta envidia por la convocatoria de Pinchinatti. No iba tanta gente a los actos reales de políticos reales”, asegura el artista, hoy con 75 años.

El paso siguiente fue organizar un acto de “proclamación del candidato”. Sucedió el domingo 5 de noviembre de 1989 en las instalaciones del Palacio Peñarol, a pocas semanas de las elecciones reales de aquel año, que fueron el 26 de noviembre.

“El acto estaba previsto para las 6 de la tarde. Nosotros llegamos a las 2 para preparar todo y a esa hora ya estaba lleno”, recuerda Julio Frade. “Y nos 500 o 1.000 se quedaron afuera”, añade.

Los asistentes llegaron con carteles del P.U.T o pancartas de Pinchinatti. “Todo eso fue confeccionado por la gente. Nosotros no armamos nada”, dice Frade.

Espalter recordaría en 2002 que al ver aquella multitud esperando al candidato, le temblaron las piernas. “Me daba un poco de vergüenza y en medio de los disparates, por ahí largaba una cosa en serio”, aseguró el actor. “Se fue de las manos”, complementó.

La hija del legendario actor, Alejandra Espalter, recordó en El origen (Teledoce), contó que la familia lo acompañaba a estos actos y nadie entendía nada. “Quedábamos impactados. Las señoras mayores lloraban creyendo que era un candidato. Mi hijo, que era chiquito en ese momento, creía que el abuelo iba a ser presidente”, dijo.

El propio Espalter y otros componentes de Decalegrón dieron cuenta de que el fenómeno Pinchinatti sorprendió a todos. Los políticos reales no estaban cómodos con la situación en el entendido de que una elección era “cosa seria” y este candidato distorsionaba el discurso político.

“De común acuerdo con el canal, resolvimos matar a Pinchinatti”, contó Espalter en 2002.

Así fue como el lunes previo a las elecciones, todo el elenco de Decalegrón salió ante cámaras con el gesto serio y Pinchinatti se sacó su bigote característico. “Es solo un personaje creado para divertir y divertirnos juntos. Por eso y hasta después de la elección, vamos a hacer que Pinchinatti vuelva a ser Espalter y que cada personaje deje paso al actor o actriz que lo encarne. Para que el próximo domingo cada uno ejerza con seriedad responsable el derecho y el deber de elegir a nuestros gobernantes”, dijo.

En las elecciones siguientes, de 1994, se debatió en el seno de Decalegrón si volver con el sketch del personaje. Incluso llegaron cartas y llamando de los “putistas” pidiendo a su líder, pero ni Espalter ni el resto de los referentes del programa quisieron revivir al personaje.

Hubo un regreso, sí, pero en 1997, lejos de la campaña electoral. Sin actos, con un sketch donde el candidato recibía a invitados, ya no tendría el mismo impacto.

Foto: Archivo.