Redacción El País.
El símbolo de paz más grande del mundo que se construye en Uruguay en homenaje a las tres religiones abrahámicas y en agradecimiento al Papa Francisco fue presentado hace poco días en Londres ante más de 43 mil musulmanes que participaron del Congreso Mundial de la Comunidad Musulmana Ahmadia.

La comunicadora Noelia Franco y su hija María Sol Caballero viajaron en representación de El Secreto en las Sierras, el establecimiento en Lavalleja en donde se está construyendo el símbolo, en misión interreligiosa donde participaron de tres intensas jornadas del denominado Jalsa Salana UK.

Además de tener la oportunidad de brindar detalles de lo que será el Símbolo de Paz más grande del mundo, el cual ya se encuentra delineado dentro de un círculo de 2 hectáreas en el Departamento de Lavalleja, las representantes de la familia Caballero Franco participaron de distintas conferencias, interactuaron con invitados de todo el mundo y tuvieron un encuentro privado con el Califa de la comunidad Mirza Masur Ahmad, al cual entregaron el sello del Símbolo de Paz construido por la artesana floridense Alejandra Pérez Alvaréz.

“Realmente tenía muchas expectativas y prejuicios antes de asistir. Es importante para nuestro proyecto en Uruguay conocer de cerca el Islam y, en especial, el trabajo que viene realizando esta comunidad que ha sido pionera en rechazar categóricamente el terrorismo”, contó Noelia Franco.

Añadió que se sintió “muy cómoda” en un ambiente de “respeto y alabanza constante a Dios”, y tuvo la oportunidad de aprender mucho sobre el Islam.

“Hay un solo Dios, Alá, Jehova o como cada uno lo sienta o lo llame, pero es el mismo Dios, y eso es innegociable a la hora de abrir la cabeza para entender a quienes podemos ver como distintos. Asistir al Jalsa Salana y tener la oportunidad de contar nuestra historia y lo que estamos haciendo en El Secreto en Las Sierras tuvo un impacto significativo en mi vida espiritual”, sostuvo la comunicadora y añadió que el momento más memorable de la experiencia fue ver a los hombres llorar cada vez que le rezaban a Dios.

Por su parte, María Sol Caballero, quién viajó desde Barcelona donde estudia para oficiar de vocera de El Secreto en las Sierras y traductora de su madre, destacó que los discursos “fueron cautivadores”, y destacó como su favorita la primera sesión.

“Fue crucial transmitir un mensaje de ‘amor para todos, odio para nadie’, especialmente en el contexto actual de agitación internacional, en el que la paz parece desvanecerse en la oscuridad, sólo para ser iluminada por la luz”, dijo la joven. “Estamos muy agradecidos por la invitación y en especial con el misionero Yousaf Khan y su familia”, añadió Caballero.

“Aprendimos mucho y estamos seguros que vamos por el buen camino, generando desde El Secreto en las Sierras un espacio interreligioso que ayude a contarle al mundo que somos muchos los que queremos paz y que los hermanos vuelvan a ser hermanos. Uno de los momentos más memorables fue la reafirmación de la fe ahmadí del domingo, en la que todos rezaron al unísono y cayeron lágrimas, demostrando una pasión de fe más fuerte de lo que jamás había visto”, recordó la joven.

La convención internacional de la Comunidad Musulmana Ahmadía, denominada Yalsa Salana, tuvo lugar del 26 al 28 en Alton, en las afueras de Londres. Allí 43.460 musulmanes áhmadis de más de 100 países del mundo se congregaron para sembrar un sentimiento de unidad, elevación espiritual y fraternidad universal.

Se trata de la convención más importante de su género en Europa Occidental y se ha convertido en una importante plataforma para la promoción de la paz, la hermandad y el entendimiento.

El tema central de este año fue: «Oraciones por la paz, voces por la paz», cuyo objetivo es inspirar a los musulmanes de todo el mundo a desempeñar su papel en la búsqueda de la paz y la justicia.