ENTREVISTA
El realizador argentino habla de la película que protagonizan Nicolás Francella y Maxi de la Cruz, y que ya se encuentra en la cartelera uruguaya
Luego del avant premiere que se realizó en Buenos Aires, Ricardo Hornos, codirector y colibretista de la película En la mira habló con Sábado Show sobre cómo fue realizar este thriller. Habla del aporte de los artistas uruguayos tanto delante como detrás de cámaras, del trabajar con Maxi de la Cruz y con el “Puma” Goity. Este thriller, prácticamente filmado en Uruguay ya se estrenó en cines.
—Es un policial con algo de comedia, pero también una historia de venganza. Además de dirigirla sos, junto a Adrián Garelik uno de los guionistas. ¿Cómo fue crear esta película?
—Yo era productor asociado en la película El robo del siglo y los productores de esa película habían comprado un guion hace tiempo y me dijeron: tenemos este material, nos gusta la idea y si le encontrás una vuelta te ofrecemos dirigirla. Fue así, básicamente. Entonces empecé una reescritura a fondo de lo que estaba que originalmente era una comedia negra lo que había escrito Adrián, y yo fui para otro lado. De entrada pensé para el personaje principal en Nicolás Francella. Lo conozco desde hace muchos años a Nico, desde chico y sabía que ante la oportunidad de tener un protagónico absoluto, iba a poder demostrar el amplio rango que tiene. Y está fantástico. Así empezó la historia.
—La película es él, con sus nervios, sus corridas por el edificio y pese a los secundarios que lo rodean.
—Absolutamente, pero es que está muy bien rodeado. Es como en las obras de Shakespeare, si tenés un Hamlet, depende de quién lo rodee si brilla más o no. La actuación es muy dependiente de los demás, y creo que rodeamos a Nico con un elenco uruguayo de primerísimo nivel. Empezando por Maxi de la Cruz que es un fenómeno.
—Su personaje, por tener un poco más de poder que el protagonista en el trabajo, se cree el dueño del mundo.
—Es una película que tiene eso, intenté retratar la vida cotidiana de esos personajes que conocemos todos, desde la trama misma. ¿Quién no ha tenido que lidiar con una oficina que se llama Atención al cliente? Desde ese punto de partida lo armé, pero también como decís, de ese tipo que tiene un poquito más que vos, y es algo tan del ser humano en cualquier país del mundo que tenés un cachito de poder y sos el Cabo del ejército, apenas por encima del Soldado. Mientras que el Capitán o el Teniente seguramente se portan mucho mejor, porque saben que son oficiales, pero el que tiene un poco más tiene que demostrarlo permanentemente. Y era un personaje muy difícil de interpretar, para no caer en el estereotipo o la caricatura, y Maxi lo hizo de manera extraordinaria. Con mi codirector, Carlos Gil siempre decíamos que teníamos un problema importante hasta que apareció Maxi, y ya dejó de serlo. Y lo genial es que no tenía idea que era un tipo tan popular en Uruguay, entonces fuimos sin ningún prejuicio. No sabía ni que era comediante, yo vi un actor, muy bueno, y un tipo de primer nivel.
—Maxi no es el único uruguayo en la película.
—No, fue un lujo tener por ciertas escenas a Jorge Temponi que fue protagonista de 25 Watts, o a Kairo Herrera que viene de otro palo pero está fenómeno. A Walter Rey, señor de las tablas. Realmente tuvimos un lujo de poder contar con talento uruguayo delante de cámaras y por supuesto el equipo técnico. Acá hubo una enorme injerencia de Uruguay, es realmente una película rioplatense, y el que quiera prestar atención va a ver que hay una ciudad que presuntamente es Buenos Aires pero no se menciona justamente por eso, y se te fijás el World Trade Center está permanentemente ahí.
—Hay una escena en la que el personaje de Nicolás Francella tiene que ir a la oficina de Maxi, y se ve de fondo el logo del hotel Garden Inn.
—Tal cual. Estuvimos pensando si lo dejábamos o lo borrábamos, y al final dijimos, dejémoslo para que sea un guiño y quien quiera reconocer que lo reconozca. Como dice la canción: “Quien quiera oír, que oiga”.
—¿Cuánto fue lo que se filmó en Uruguay?
—Si querés ser exacto fueron 24 días en Montevideo y dos días y medio en Buenos Aires, creo que eso da como un 90 - 10 la relación. Fue Montevideo y alrededores, porque también filmamos la escena de la fiesta pasando Carrasco. En la mira es una película que tiene mucho de Uruguay, y Carlos y yo estamos enormemente agradecidos porque nos trataron bárbaro, y descubrimos un elenco buenísimo entre los secundarios.—¿Tiene algún momento favorito de la filmación?
—Me gustó mucho cuando a Maxi se le arma esa rebelión en la granja. Fue un momento muy bueno y difícil de armar para que quede bueno, porque teníamos que conseguir que se mantuviera la tensión y además esos momentos de humor, de cierta ridiculez por lo que ocurre. Fue complicado lograr que pudieran coexistir las dos cosas.
—En la película, el personaje de Nicolás Francella está todo el tiempo hablando por teléfono, mientras interactúa con sus compañeros de trabajo. ¿Eras vos el que le hablaba mientras filmaban?
—Sí, es muy gracioso porque la voz del “Puma” Goity la grabamos antes, como se hace en las películas de animación. La grabamos él y yo en un estudio durante tres sesiones, y Nicolás tenía el armado del Puma para ensayar él en su cuarto, porque por el Covid no había ensayos presenciales. Entonces ensayó contra esa voz, la tenía internalizada, pero después, para lograr la inmediatez, que no hubiera latencia, en lugar de ponerle Play a la voz y adaptarse a lo que lo corría Nico, y como yo también la tenía internalizada, imitaba al Puma para darle los tiempos. Lo que hacía era irme a una carpa que quedaba a unos metros mientras Carlos se quedaba en el set dirigiendo, y mirando al monitor le hablaba como si fuera el personaje en ese auricular que tiene Nico. Entonces, la verosimilitud de su actuación estaba apuntalada por las circunstancias y por mi voz.
—Si bien solo aparece en una escena, el “Puma” Goity tiene una gran presencia a través de su voz. Comienza siendo la voz de una llamada más y en poco tiempo se vuelve amenazante.
—Qué bien que lo definís. Era imprescindible que tuviera esa versatilidad, y el “Puma” es un tipo que, la gente se olvida porque es tan gracioso pero es un actor formadísimo que ha hecho desde lo clásico a lo que imagines. Viene del conservatorio y tiene un manejo de la voz asombroso. Para la película se necesita una gran cantidad de matices para pasar de ser una llamada más, para después ir por otros caminos. Hace falta un gran actor para hacer eso, y el “Puma” tiene todo el rango del Universo.