ENTREVISTA
Son más de dos décadas en que se puede escuchar su voz en los avisos de Monte Carlo y, pese a no conducir durante 10 años, la vuelta a Monte Carlo a sus órdenes lo muestra más vigente que nunca.
-Mi retorno se dio un 12 de marzo, es decir, un día antes a que se decrete la alerta sanitaria en Uruguay y eso generó un compromiso extra. Pensá que me fui del ciclo en 2010 para dedicarme a la gerencia de programación de Monte Carlo y de Radio Cero, para dedicarme a sus contenidos. Y en 2010, naturalmente, no teníamos el impacto de las redes sociales, ni de WhatsApp, por lo que me reencontré con un mundo totalmente nuevo en la interacción con la audiencia.
-¿Qué tan importante fue la presencia de Natalie en ese reencuentro con los oyentes?
-Nathalie fue muy importante porque ya tenía la dinámica de la radio, cosa que fue muy importante. Fue la mano que precisé para volver, sumado que ya tenía una amistad con ella, porque estudiamos en Universidad ORT.
-¿En qué medida influyó la pandemia? ¿No surgió una necesidad de la sociedad por informarse, de recurrir nuevamente a los medios tradicionales para saber qué pasa en el lugar que vive?-La pandemia generó una crisis, un cisma en la población que determinó que la gente se quedara en sus casas y recurriera a los medios de comunicación tradicionales. Siguieron con las redes, pero volvieron a escuchar televisión y radio. Y logramos captar un segmento de público interesantísimo, más joven, que descubrió una nueva versión de Monte Carlo a sus órdenes. A diferencia de lo que teníamos antes con la audiencia, cuya principal herramienta de interacción era el SMS ahora todo es mucho más dinámico.
-Cuando dejaste la radio, en 2010, Twitter era una red emergente.
-Es más, armé la cuenta de Twitter durante mi gerencia en Monte Carlo pero en ese momento era una cuenta social más que informativa. Hoy ya es una cuenta de noticias con inmediatez. Pero ahora está Instagram, que se convirtió en una red de contenidos más variados y que estamos disfrutando mucho, que generó un ida y vuelta muy interesante con la audiencia en el programa.
-¿Qué tan importante es la función del programa como servicio social?
-Fuimos trabajando en lo que denominamos con Natalie ‘la demanda de la compañía’ porque se necesitó una palabra más local y cercana. Tené en cuenta que en el 2024 Monte Carlo cumple 100 años. Con una estructura tan rígida, a partir de esta movida en redes se instaló una interacción con gente joven que la leo como un milagro.
-Llegaste a Montevideo proveniente de Treinta y Tres para estudiar medicina, ¿la coyuntura actual con la crisis sanitaria te genera particular interés?
-Me vine en el ‘92 a Montevideo con la intención de estudiar medicina, que la empecé y estudié durante tres años. Obviamente que continúa siendo una de mis pasiones y me intereso cuando surgen temáticas vinculadas a la ciencia. Pero a los tres años empecé comunicación que era mucha más cercano a lo que estaba estudiando.
-Y ahí conociste a Nathalie...
-Exacto, nunca había tenido la oportunidad de trabajar con ella y, si bien no teníamos una amistad, teníamos una muy buena relación. Por eso se generó un gran vínculo al aire desde el primer día.
-La vigencia de Monte Carlo, en materia de audiencia sobre todo, imagino que ayuda...
-Ni qué hablar. Lo comento cada vez que tengo la posibilidad de hablar con colegas que trabajan en otros medios de comunicación: habilitar un medio de contacto con la audiencia de tu programa y ser consciente que vas a tener cientos de mensajes en un rato te da una responsabilidad muy importante, pero también te marca la diferencia respecto a otras propuestas en los que no sabés si te llaman. Acá sabés que siempre hay alguien escuchando y que la interacción es inmediata.
-¿Qué cambios tuvo el formato de Monte Carlo a sus órdenes con la pandemia?
-Al empezar el día antes de la emergencia sanitaria surgió un grupo de amigos para ofrecer sus contenidos y ser la compañía de la audiencia. Apareció, entonces, el Gaucho influencer, toda una referencia en Instagram con casi 60 mil seguidores. También Javier Artigas, el médico que salvó la vida de Hernán Casciari en Uruguay, y Daniel Denisse, que presenta todos los lunes canciones para chicos que tocan ukelele. Esto ha hecho que el formato sea variado con tres horas y media de programa diarios que, por suerte, se nos pasa volando.
-¿Y las nuevas plataformas para escuchar la radio? Eso también fue cambio significativo con respecto a tu primera etapa.
-Otra cosa que para mi fue como descubrir un mundo nuevo: la cantidad de audiencia que nos escucha desde España, Estados Unidos, México, Perú, entre otros, no se puede creer. Sumale que se puede grabar el contenido con la aplicación de la radio y la gente puede escucharnos siempre on demand.
-¿Te siguen reconociendo por El juego de la cédula?
-Hay gente que me felicita por haber vuelto a la radio, pero muchos no tienen idea quién soy. Con ese público no tengo ningún preconcepto, es más, es algo que me gusta porque no hay nada del pasado que los ate afectivamente con mi actual trabajo. Eso también motiva muchísimo porque los jóvenes ni me recuerdan, aunque admito que los que me reconocen me tratan muy bien. El uruguayo es muy afectuoso con su memoria. Es muy lindo todo lo que hay con la audiencia ahora. Sumale que tenemos dos operadores que le han dado un cambio abrupto a la programación musical de Monte Carlo a sus órdenes, que hace bien variada a la musicalización del programa.
-Te considerás más comunicador que periodista, pero tenés muy buena formación integral, ¿a la radio no la cambiás por nada?
-Mi medio por naturaleza es la radio, la considero una extensión de mi cuerpo. Entré a un estudio de radio por primera vez cuando tenía 12 años y nunca más salí de ella. La comunicación me fue llevando por otros ámbitos y soy bastante multifacético. Me adapto de la mejor manera a los otros medios porque me encanta escribir y salir en cámaras, pero la radio es mi zona de confort y forma parte de la construcción de mi personalidad. ¡Llegué a conducir Monte Carlo a sus órdenes cuando duraba cuatro horas durante 17 años!
-Tenés 46 años y parece que estás hace más tiempo en el medio.
-Cumplo 47 el 7 de agosto, pero hay gente que tiene 60 años que dice escucharme de los 9. O gente que recuerda que dije algo en los ‘80 ¡tenía poco más de 10 años! Pero sí, eso pasa por los años que llevo en Monte Carlo. Era un riesgo, sobre todo pensando para las nuevas generaciones, que a veces no eligen una voz tan estructurada como la mía. Sin embargo me están aceptando.