ENTREVISTA
El periodista lleva 10 años al aire en 1010 AM. Luego de un comienzo en A fondo, de Jorge Da Silveira, creó Tirando paredes, que hoy tiene dos emisiones diarias: a las 8:00 y otra a las 17:30.
-¿El periodismo deportivo es una cuestión genética para vos?
-Es genética la vinculación al fútbol. Mi papá fue dirigente y presidente de Liverpool entre los años 70 y 78. Después estuvo aislado del fútbol hasta que un grupo de periodistas lo vino a buscar. En aquel momento, Cacho Barizzoni estaba en un proyecto y buscaba un hombre con una visión política del fútbol. El histórico presidente de Nacional Dante Iocco le dio el nombre de mi padre y así él incursionó en el periodismo. Estuvo primero en Radio Sarandí, después en Radio Oriental en Hora 25 hasta que falleció en el accidente del año 1987. Al otro año me sumé a las transmisiones deportivas y así estuve hasta 1996 en Oriental y Hora 25.
-¿Venías con esas inclinación o el fallecimiento precipitó todo?
-¿Cuándo volviste?
-Con A fondo, que en 2010 desembarcó en 1010 AM. Un día charlando con el Toto en Punta del Este me invitó a volver. Antes, Jorge Baillo me había invitado a su programa en la 1410 que era en la madrugada. Ahí hice la gimnasia de aggiornarme a la dinámica y los tiempos del periodismo actual porque 15 años atrás era otra cosa.
-¿Cómo se vivieron los momentos de pandemia sin actividad?
-Fueron momentos muy complicados. Se dieron varias cosas: nosotros tenemos una vinculación con la radio por la cual somos arquitectos de nuestro propio destino. Alquilamos el espacio y no tenemos una relación de dependencia laboral. Existimos en función de la posibilidad de vender avisos. Está claro que en la pandemia se redujo el mercado publicitario y encima el fútbol se paralizó; estuvimos cinco meses con merma de ingresos publicitarios y no había ni una sola noticia deportiva. Ahí nos replanteamos todo: ¿qué hacemos? Pusimos el hombro para seguir tal cual estaba el programa y la verdad es que tuve de las mejores repercusiones a nivel personal. Hablábamos de los temas y el fútbol no era lo prioritario pero buscábamos siempre la vinculación. Fue en nuestro programa, por ejemplo, que entrevistamos a Rafael Radi y donde dijo por primera vez aquella metáfora de que estábamos jugando un partido en la altura e íbamos 0 a 0 faltando cinco minutos. En ese tiempo me di cuenta de que el periodismo me genera pasión pero no necesariamente lo vinculado a lo deportivo.
-También estuviste en Fox hasta al final.
-Hay una guerra política y de poder en el fútbol desde hace mucho tiempo. ¿Cómo se puede convivir con eso desde el periodismo independiente?
-Está claro que hay una productora de contenidos a nivel deportivo que es la más importante de Uruguay y que se llama Tenfield. También está claro que hay una influencia muy marcada de esta empresa sobre los canales privados. Ese es un análisis de la realidad. ¿Dónde nos paramos ante eso? En un programa que no tiene vínculos con la empresa y que en algún momento dimos opiniones políticas que no eran favorables a Tenfield, no por la empresa en sí, no eran favorables a cualquier empresa que ejerce un monopolio durante 20 años. Entonces, surfamos la ola donde tenemos el espacio para hacerlo. La radio nos da libertad e independencia. Seguimos un camino propio.-De la otra parte, encabezada por jugadores de la selección, también hay una radicalización por momentos del conflicto. ¿Le ves una resolución a mediano plazo?
-Salvando las distancias, esto es como la "grieta" de Argentina. Si me preguntás si considero que hay un mercado donde todos puedan convivir, yo creo que sí. Pero también veo que las distancias están, por ahora, muy lejos. Yo respeto todas las posiciones.
-Hace unos días Wilmar Valdéz estuvo en Tirando paredes en lo que fue su reaparición en los medios.
-Sí, después de dos años y medio reapareció. Creo que tenía un buen argumento con su propio libro. Yo lo leí y creo que está bien hecho y no solo por la última parte donde aborda su salida de la AUF. También se agrega mucha documentación muy valiosa. Él no habla de Julio Ríos o Arturo del Campo. Claro que hace mención al hecho pero cuenta su versión y adjunta las resoluciones de la justicia sobre el episodio. Lo otro interesante es la decisión del comité de ética de FIFA, que resolvió suspenderlo por un año y aplicarle una multa. No porque hubiera evidencias de corrupción, sino porque hablaba con un posible proveedor de manera informal. En la nota hablamos de eso pero también de otros aspectos que hacen a su historia como dirigente del fútbol. Cuando era joven pensaba que de una fogata había que hacer un incendio. Luego vas cambiando con el desarrollo de la vida. Hoy me doy cuenta de que no siempre hay que hacer incendios. En este caso, había que tratar de transmitir la versión de alguien que no aparecía hace dos años y medio. Era la voz que faltaba en el enfoque de este tema.
-Los comienzos de Tirando paredes fueron en sociedad con Fabián Bertolini, algo que luego se rompió. ¿Qué pasó?
-Era una sociedad de hecho. El programa de la tarde arrancó en el fondo de mi casa los dos comiendo un asado. Así empezó la idea. Estuvimos nueve años juntos y en la última etapa quizás nos faltó diálogo.
-¿Quedó algo pendiente?
-Me parece que el programa quizás no era lo que él quería. A lo mejor no tuvimos la suficiente comunicación, llevándonos muy bien, para profundizar cada tanto en el trabajo en conjunto. En la dinámica del día a día lo hacíamos. Además. Fabián tenía la necesidad de relatar fútbol. En un momento, Carve le dio esa posibilidad pero luego se terminó eso. Me planteó que necesitaba tener esa apertura y yo llegué a pensar cómo, desde Tirando paredes, podíamos hacer transmisiones. Eso no se hizo y yo notaba que Fabián no tenía toda la energía en el programa. Luego me dijo que tenía otras prioridades y yo lo entendí, pensando que lo que necesitaba era el relato. No sabía que quería hacer su propio programa, que fue Vamos que vamos y que empezó en la 1010. Me enteré dos meses antes de que terminara el año y porque la propia radio me lo dijo. Eso quizás no es mi molestia, sino mi dolor. Si me lo hubiera planteado directamente, quizás podíamos llegar a un acuerdo de que yo me quedara con la mañana y él con la tarde. Pero bueno, las cosas pasan por algo. Tengo un gran respeto por él; no tengo el contacto que tenía antes. Ahora está en las radios públicas trabajando con gente que quiero mucho y que estaban también en Tirando paredes, como Oscar Cros o Gonzalo Bazal.
-¿Luego de la separación tuviste que rearmar el programa?
-Sí. Quedé un poco rengo. Pero de los momentos críticos hay que salir fortalecido. Ahora estoy muy contento con el equipo que armamos con Tirando paredes, integrado por Hernán Braga, Tiago Cambeiro, Ricardo Lauro, que son muy jóvenes. La juventud te marca cómo piensan las nuevas generaciones y eso me nutre mucho. También sumé al exarbitro Gustavo Méndez y a Edward Piñón mientras que Juanjo Acevedo siguió en el programa. Estamos muy felices y consolidados.